Jessica quiere a Mike, Mike quiere a Bella, Bella quiere a Edward y sorprendentemente parece que cierto Cullen está interesado en Bella, o al menos eso fue al principio.
Todo cambia, para bien o para mal, nada es permanente.
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"¡+4!" Jessica grita con pasión, sus ojos chispeando con determinación, mientras lanza la carta sobre la cama.
Pero la sorpresa no termina ahí, porque Edward, con una sonrisa maliciosa y un brillo de astucia en sus ojos, mueve su mano para tirar su carta.
"¡No!" grita Jessica al notar lo que el Cullen va a hacer.
"Y otro +4" Edward ríe mientras la carta cae sobre la mesa.
La expresión orgullosa y altanera de Jessica se transforma instantáneamente en una mueca agria y molesta. "¡Tu maldi...!"
Pero antes de que pueda completar su maldición, la abuela de Jessica, una figura autoritaria y sabia, irrumpe en la escena con una mirada de reproche, silenciando la maldición inminente con un solo gesto.
"Jessica." la abuela pronuncia el nombre de su nieta con una voz tranquila pero firme, haciendo que Jessica baje la mirada avergonzada.
"Pero, abuela..." Jessica intenta protestar, pero la mujer le corta nuevamente con un gesto de desaprobación.
"No usamos esas palabras, querida." la señora Jessica le recuerda con seriedad.
"Ok..." Jessica responde con el ceño fruncido, pero no puede evitar lanzar una mirada furiosa a Edward. En un tono apenas audible, murmura: "Tu maldito desgraciado."
"¡Jessica!" La voz de su abuela la llama en un tono que la toma por sorpresa, haciendo que Jessica gire la cabeza hacia ella con una expresión de asombro, como un ciervo que ha sido sorprendido en medio de un claro del bosque. Esta reacción provoca una risa suave en el Cullen, quien observa la escena con diversión.
"¿Cómo haz podido escucharme, abuela?" Pregunta incrédula la rubia.
La señora Jessica sonríe con nostalgia y mira a Jessica con cariño. "Tuve cuatro hijos, bueno, en realidad tu padre fue el que hizo que todos mis sentidos como madre aumentaran", comenta con un toque de humor en su voz. "Denver, fue posiblemente el que hizo que tu abuelo y yo tuviéramos canas", añade con una risa, recordando a su hijo menor con cariño.
Jessica comparte una risa cómplice con su abuela, disfrutando del momento de unión familiar antes de volver su atención al juego de cartas. Sin embargo, su mirada asesina se enfoca intensamente en el castaño mientras recoge las ocho cartas que ha sido forzada a tomar.
"Me vengaré," susurra Jessica para sí misma con determinación mientras observa las cartas en su mano, su voz llena de promesa y desafío.
Edward sonríe con confianza y una chispa traviesa en sus ojos mientras promete: "Ganaré."
"¿Te he mencionado lo poco que me agradas?" pregunta la rubia, con un toque de sarcasmo, al notar las desfavorables cartas que le han tocado en su mano.
El de ojos dorados, con una sonrisa juguetona, finge que sus palabras le han herido profundamente. "Estas siendo mala conmigo, Jessica,"
"Jessica, no seas mala con Edward." interviene la Señora Jessica, como Edward había anticipado.
