Aquella mujer solo era una cocinera como las demás. Dulce, sonriente, amable, todo lo que un ser humano necesita para poder ser feliz . Pero ella, cayó en las manos equivocadas, cayó entre las manos de su jefe, el Capo de la Mafia japonesa.
Akihiro...
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Fuazia Abbas
Mi mente parece haberse quedado pausada.
Este hombre que solo conozco su vida laboral necesita de mí?
- Perdone- una risa mezclada con un susurro sale de mi boca cuando las palabras no se deciden- parece que no entendí a la perfección lo que usted busca en esta oficina-
Él no parece molestarse en nada, su cara aún sigue con las mismas facciones de seriedad que tuvo desde que entró. El hecho de que siempre esté serio causa una sensación rara en mí.
En su cara no se puede leer nada, ni mucho menos lo que siente ante la situación tan confusa.
- Señorita Abbas, no es novedad decirle que sus talentos en la cocina es algo que la hace resaltar, yo mismo probé uno de tus platos y estoy seguro de que los rumores son ciertos-
- No entiendo en que puedo ayudarle, señor Fujiwara, mi talento en la cocina es algo totalmente cierto, pero eso es algo personal-
- no soy un hombre que toma varios caminos para llegar al mismo destino- sus ojos oscuros están puestos sobre mí, su mirada es tan penetrante que es imposible mirarle a los ojos a larga duración- Necesito la ayuda de un nuevo chef para mi uso personal, necesito de alguien que esté capacitado de hacer platos al nivel de mis exigencias y después de los rumores esa persona seria usted-
Me quedó paralizada ante sus palabras
Pero mi cuerpo actúa por sí solo.
Me pongo de pie aun bajo su mirada, pero esta vez si puedo notar una leve sensación de confusión ante mi acto. Los segundos pasan y él repite mi acción, poniéndose de pie en frente de mí.
- Fue un gusto conocerle, señor Fujiwara, pero me temo que rechazaré su propuesta- digo firme conociendo mis razones.
- Si usted me lo permite, le gustaría conocer sus razones-
-Señor Fujiwara, no es por ser grosera. Pero apenas conozco su apellido para un puesto tan poco conocido en el mundo. Quiero decir, ser chef personal de alguien se debe tener varios conocimientos hacia la persona a quien cocinaremos a largo plazo, en este caso no tengo ni la menor idea de los caprichos, gustos, alergias y demás que usted puede tener. Esa es una de las razones, las demás las consideraremos personales- soy clara como él lo es.
Cuando mis ojos se posan en los de él, esa sensación de oscuridad se apodera de mi mente.
Es como si sus ojos oscuros crearan esa sensación tan negativa a en mí.
El silencio se apodera de nosotros dos, pero segundos después, veo cómo él da un paso para atrás extendiendo su mano de forma simple.
