Aquella mujer solo era una cocinera como las demás. Dulce, sonriente, amable, todo lo que un ser humano necesita para poder ser feliz . Pero ella, cayó en las manos equivocadas, cayó entre las manos de su jefe, el Capo de la Mafia japonesa.
Akihiro...
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Fauzia Abbas.
Sigo el paso del hombre quien avanza sin parar hacia donde debe de ser la cocina, desde mi lugar puedo escuchar voces cerca de nosotros y sin esperar nada más nos adentramos por unas puertas corredizas blancas casi transparentes.
Mis ojos observan la gran cocina ante mi, diría que este es un sueño cumplido cuando esta se ve como la de los restaurantes. No sabría describiros lo que veo, hay tantos objetos para la cocina, una larga y gran encimera de mármol negro que separa la cocina de un espacio parecido a un salón.
Wow, esto sí que está bien hecho.
Mis ojos no se detienen en ningún lugar, oh bueno, eso era antes de ver como un grupo de personas se acercan a nosotros de forma seria y profesional. Todos y cada uno de ellos avanza siguiéndole el ritmo a la cabeza del grupo y de la fila, quien parece ser un chef gracias a su sombrero y delantal diferentes a los de los demás. Ellos caminan sin emitir ni un solo sonido hasta pasarse delante de nosotros.
Mis ojos se despegan de ellos y se posan en el hombre quien está parado en frente de mi con una cara seria, y ninguna expresión en la cara, solo una figura facial que no transmite nada.
Cuando vuelvo a ver al frente, los que supongo son mis próximos compañeros de trabajo se encuentran unos a los lados de otros en línea recta con la mirada hacia abajo como si le temieran de alguien.
Vaya, se ven realmente profesionales y sobre todo, serios en sus trabajos.
- Hoy os presentaré a lo que puede ser vuestro próximo jefe de cocina- la voz del señor Fujiwara habla fuerte para todos- Ella es... la señorita Abbas, estará por aquí unos días, cuestión del veros como buenos trabajadores que sois trabajar con profesionalidad, como siempre lo hicisteis-
Nuestras miradas coinciden con las miradas del equipo, aunque sienta que sus caras son serias, debajo de sus miradas cálidas puedo sentir una sonrisa que se asoma tímidamente.
- Os dejo hacer vuestro trabajo- El quién será mi jefe me saca de mis pensamientos, cuando siento que se irá sin decir nada, él se gira para verme directamente a los ojos- Señorita Abbas, como lo indicamos, la duración del día de hoy será de una hora, eso será suficiente para que conozca al equipo principal el resto lo dejaremos para los demás días-su voz resuena en mi orejas por culpa de su masculinidad en ella.
- Si estará bien, que pase un buen día-
Esas fueron mis últimas palabras antes de apreciar su sonrisa rápida en su rostro y ver como se aleja de nosotros poco a poco.
***
-Fue un gusto conocerles- hablo sonriendo hacia el equipo.
Quede impresionada por la gran profesionalidad del equipo, todos ellos tienen en mente sus trabajos en la cocina y parece que no hay ningún problema entre ellos, trabajan sin quejas en lo que el chef mayor les indica.
