Fauzia Abbas.Abro los ojos intentando ver algo en medio de la oscuridad.
Pero lo único que hago es perderme entre ella.
La oscuridad amenaza en expandirse más y más. Las preguntas en mi mente no dejan de multiplicarse haciendo que el agobio se haga presente en mi sistema.
¿Dónde estoy?
Mi vista se va aclarando de más en más cuando la fuerzo, hasta el punto de dejarme ver un túnel oscuro en el que estoy, las paredes parecen estar lejos de mí, y el final de este parece inexistente.
Hasta que veo una luz al final de este túnel parpadeando sin cesar.
Intento correr hacia él.
Pero parece que algo me retiene, porque la luz parece estar en el mismo lugar desde un principio.
Intento gritar.
Pero mi voz es un susurro ahogado en medio de la oscuridad.
Me empiezo a agobiar cada vez más, hasta el punto de sentir mis lágrimas caer por mi cara...
Lo intento, una vez más, corro hacia la luz, pero nada.
La oscuridad mata mis esperanzas...
Veo que la luz se aleja cada vez más de mí.
Intento gritar, llorar, pero nada, en medio de un silencio solo se escuchan mis susurros...
Me dejo caer de rodillas, sintiendo el ardor en ellas, sintiendo como la oscuridad se apodera de mi sistema.
Las lágrimas bajan como cascadas por mis ojos.
¿Dónde estoy?
¿Dónde están los demás?
¿Qué hago aquí?
Las lágrimas caen en medio del silencio oscuro.
Pero siento que algo se mueve por delante. Levanto la mirada aun con lágrimas cayendo por ella.
El silencio es lo que apodera todo el lugar, pero un aleteo se escucha cerca de mis orejas, mi vista no alcanza ver de que se trata, pero mi alma, me indica que avance en medio de toda esta paranoia.
Mis pasos son silenciosos.
No sé cuanto avanzo en medio de este túnel oscuro, pero siento que es lo suficiente cuando veo un objeto en el suelo.
O Mejor dicho... una rosa... muerta...
Mis ojos la detallan sin saber qué hacer, no sabría decir cuantos pasos doy, pero los para suficiente poder pararme delante de ella.
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El Capo y su Dama
RomanceAquella mujer solo era una cocinera como las demás. Dulce, sonriente, amable, todo lo que un ser humano necesita para poder ser feliz . Pero ella, cayó en las manos equivocadas, cayó entre las manos de su jefe, el Capo de la Mafia japonesa. Akihiro...