Capitulo 12

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Fauzia Abbas

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Fauzia Abbas.

Hoy será un día bastante especial.

Por fin podré trabajar en lo que más le gusta, recibí mensajes de parte del chef, informándome que todo estaba listo para mi primer día de trabajo.

El nerviosismo en el sistema está algo presente, pero la verdad es que no había razón de porque estarlo. Bueno, no nos vamos a mentir ver como hablaban del señor Fujiwara me daba la impresión que será muy estricto con nosotros.

Coloco todo en mi bolso de forma rápida, mientras veo el reloj en la pared. No llegaba tarde, solo que el estrés me hacía ser más eficaz.

Los pasos junto a un pequeño ruido me hacen levantar la mirada y despejar mi mente por unos segundos. Delante de la puerta de mi habitación, el abuelo se posa delante de ella.

Su mirada es seria, bueno como siempre lo fue.

Pero esta vez no entra en mi habitación, solo se para delante de ella mirándome a los ojos directamente.

Mi mente sabe lo que pasará dentro de segundos, así que dejo todas las ideas estresantes de lado y me concentro en las palabras de mi abuelo cuando nuestras personas se ponen cara a cara.

El silencio abunda entre nosotros dos, sus ojos me miran directamente como siempre lo hizo, porque entre nosotros no hay nada que no sean dos mentes con los mismos objetivos.

-El día de hoy trabajarás para alguien que no tiene nada que ver que con la familia Abbas, debes de estar orgullosa, nuestra familia sabe el valor que tienes en ella, pero para eso quiero que tu mente siga concentrada en el foco, que un segundo trabajo no te haga cambiar de persona- aunque sus palabras pueden sonar absurdas en este instante, sé que el día que pasara algo ellas serán mis salvadoras...- No sabemos quién es el enemigo, mucho menos en estos días- le corto al ver que sus palabras tienen intenciones detrás.

-¿A qué te refieres, Abuelo? ¿El problema del terreno y sus aguas volvieron a aparecer?-

Nuestros ojos no se despegan de entre sí, se miran de forma directa, pero puedo notar un destello de sensaciones frustradas y de enojo puro en él, sé que algo no va bien con este tema. Los segundos pasan, solo su respiración se escucha entre nosotros dos, pero mi mente intenta entender lo que está pasando.

Desde la última vez no tuve novedades de este problema, pensé que sería como los demás, donde el Abuelo daba una orden y todo cesaba, pero sus pupilas hablan por sí solas.

Sus pasos hacen que se adentre en mi habitación, cerrando la puerta detrás dé él.

-No hay nada de que preocuparse, solo son problemas que nosotros resolveremos, nada más- intenta convencerme de algo que el mismo no cree.

-Abuelo, no soy una niña pequeña, sabemos entre los dos que nada va bien con eso, ahora solo falta que me digas que ocurrió-

Suelta un suspiro con fuerza.

El Capo y su DamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora