๑ Siempre Serás Mio ๑

Ꮚ Capitulo 36: Tres son multitud Ꮚ

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Meilek caminaba inquieta de un lado a otro cuando de pronto vio a Spider en la entrada, este entro al Marui y lo cerró acercándose a ella.

—¿Estás seguro de que nadie te vio venir?— Recargo sus brazos sobre sus hombros mientras el la tomaba de la cintura

—No, yo sé cómo pasar desapercibido— le recorrió el cuerpo con una mirada lujuriosa
—Pensé que no te vería— hablo entre suspiros acercándola más contra su cuerpo

—Es que mi papá vino de visita y hasta hace rato se fue— explicó al que se alojaba en su cuello besandolo delicadamente haciéndola reír
—Supongo que no llevas prisa verdad— dijo al notarlo un poco desesperado por quitarle las prendas

—No y espero que tú tampoco— le tomo el mentón para intentar besarla pero ella desvio su rostro

—Pues no, mi esposo siempre llega tarde y quién sabe que haga durante todo el día— comento tratando de dar lastiman frente al otro —Es que hace mucho el tuvo a otra y he tratado de averiguar quién es pero no se nada— explicó a lo que el otro sonrió por su incredulidad

—¿Se ha vuelto tan importante para ti su pasado?— le acomodaba el cabello hacia atrás despejando su cuello y hombro

—Es mi esposo, quiero saber con quién estoy viviendo— aclaro usando un tono lastimoso

—Es un poco tarde no crees— aseguro con una mueca de disgusto
—¿Que piensas descubrir?— se mostró curioso mirándose nos fijamente a los ojos

—No se, pero me gustaría que me ayudarás— lo hizo pensar y fruncir levemente su entrecer antes de hablar

—¿Crees que te engaña?— pregunto a lo que ella se encogió de hombros sin tener respuesta alguna

Lejos de la aldea en un pequeño bosque frondoso donde había comenzado todo, Neteyam estaba observando el entorno cuando un pecesito se acercó abrazándolo por detrás.

—¡Ao'nung!— expreso con alegría, mirándolo y acercándose para besarlo apasionadamente por unos minutos

—Espere tanto este momento— juntaron sus frente con sus ojos cerrados
—Me haz devuelto por completo la vida— tomo su rostro con ambas manos robándole un beso
—Aun recuerdo esa noche que discutimos, quería recuperarte, quería demostrarte que estaba dispuesto a todo con tal de regresar a tu lado— se sujetaron de las manos mirandose con plenitud

—Estaba muy herido y me dolió mucho saber que te habías casado, cuando a mí me prometiste lo mismo— bajo sus orejas y su mirada sintiéndose algo afectado

—Lo siento, pero entre Meilek y yo no hay nada te lo prometo— Afirmó recibiendo su mirada tranquila pero confusa

—Y si no hay nada entre ustedes porque aferrarse— Cuestionó con disconformidad esperando una explicación

—Tal vez por lo que hemos convivido, por el tiempo que hemos estado juntos— comento tranquilo tomándolo de una sola mano
—Es una amistad que fue creciendo pero ella es muy extraña, desde el principio me quiso considerar de su propiedad— comenzaron a caminar buscando un lugar para sentarse
—Por eso cuando supo que tuve a alguien más se obsesionó con la idea de seducirme, vivia con el temor de que regresara contigo— el Omaticaya se sentó mientras el Metkayina se puso en cuclillas al frente
—Pero ahora tiene celos de ti y no sabe que eres el mismo— le causó gracia el imaginar la situación

—No quiere que le quiten algo que nunca ha tenido— aludio a lo que el otro borro su sonrisa al sentirse avergonzado

—Yo sé que no es justo para ella— negó con la cabeza bajando la mirada
—Por eso te fui a buscar esa tarde para contarte todo pero ya no estabas, pase muchos meses pensando el porque te habías ido— explicó con lástima y pesar hacia el mismo
—Al final creí que yo había tenido la culpa por presionarte y había conseguido que te fueras para siempre— le acaricio la mejilla suavemente