Capítulo 09

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End of war

14 de Noviembre de 2005
T/N

Welcome! —exclaman mis padres al verme. Ambos tenían carteles que decían en letras colorida y brillantes: Welcome To Home, My Idol!

Sonreí y arrastré la maleta con ruedas, varias personas me tomaban fotos o me pedían autógrafos, yo no me les negaba (lo bueno es que hay algunos guardias vigilando el parámetro). Abracé a mis padres con fuerza y ellos correspondieron gustosos.

—¿Cómo te fue, mi niña? —pregunta Oka-san.

—Muy bien. Estuvo excelente —respondí.

—Vamos, creo que las personas se volverán algo locas si estás más tiempo aquí —Dad me ayuda con la maleta.

—Ok.

Salimos por las enormes puertas de cristal. Fui cegada por los flashes de las camaras de los paparazzi y fans. Los guardias parecían una muralla, usando sus cuerpos para evitar que alguien se nos acercara a mí y a mis padres. Algunos gritaban mi nombre, pedían selfies, autógrafos, e incluso, darme obsequios.

Caminamos hasta el auto. Dad guardó las maletas y subimos para irnos a casa. El clima estaba frío, ya se acercaba el invierno, lo que significa...

¡Día de Nieve!

—¿Y a ustedes cómo les va? —pregunté en el asiento trasero.

—¿Qué puedo decir? Muchas emergencias en el hospital, papeleo, turnos nocturnos y noble turnos —dice Oka-san, soltando una gota de disgusto en lo último.

—Llamados de emergencias, rescastes que hacen jugar con tu propia vida y no olvidemos... El papeleo —Dad suelta un agotado suspiro.

—A dónde seas que vayas, hija, siempre habrá papeleo —Oka-san se gira sobre el asiento y me ve—. En cualquier trabajo siempre habrá papeleo.

—¡Buuu, papeleo! —abucheé con pulgares abajos.

Los tres reímos y seguimos el tranquilo trascurso a casa. Me puse a pensar en todo lo que ha ocurrido antes de que fuera a mi viaje a Estados Unidos.

—Má —digo—, ¿qué sabes de Mikey? No lo he querido molestar mucho por lo que ocurrió, ya sabes, lo de Baji —hice una mueca al recordarlo—. ¿Mikey ha ido por ayuda o te ha dicho algo de cómo se siente?

Ella parpadea y dice con detenimiento y severidad:

—¿Ya lo sabe?

Me congelé.

Enterré las uñas en el asiento de cuero, la boca la sentí seca al igual que los labios, un cosquilleo en la boca del estómago me molestaba, era como si tuviera acidez.

Y de respuesta solo le di un:

—No.

***

—¡Kenchiiinn! —corrí hacia él, di un pequeño salto y me aferré a su torso como un koala.

—Oe, oe, vas a provocar que caigamos —pone las manos debajo de mis muslos y me sube un poco más—. Bienvenida de vuelta —susurra.

La Chica de ToMan (Mikey x Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora