La Chica de ToMan (Mikey x Tu)

Capítulo 21

Mis queridas flores de Carambuyo, les tengo una noticia... Ya estamos llegando al final del Fanfiction. Nos quedan dos capítulos más el epílogo, o sea, tres caps.

Al final les dejaré otro aviso.
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Dejando en claro

T/N

—Yo soy la que te va a cazar, Kisaki. Tú eres la presa y yo la cazadora —quito el seguro y apunto—. Es hora de jugar, Ki-sa-ki.

—¡¿De dónde sacaste eso?! —Baji exclamó exasperado.

—¿A quién le importa? —digo, sonriendo poco a poco—. Vamos, Kisaki, juguemos. —Ladeé la cabeza.

El susodicho me veía aterrado, con el pecho subiendo y bajando como si le costara respirar, movía la boca; tal vez quería decir algo, y el cuerpo le temblaba como un flan.

—¡T/N, baja esa arma! —grita Kenchin.

—Dame una razón para hacerlo, Kenchin —dije, sin despegar los ojos de la escoria.

—¡La ToMan nunca usaría armas ni muchos menos asesinaría!

—La ToMan es la ToMan, yo soy yo, y la escoria es escoria. —Di un paso y él retrocedió.

Mi sonrisa es de oreja a oreja, me sentía como Alastor de Hazbin Hotel, aura espeluznante, dando pavor/terror a las víctimas, siendo psicópata y haciendo lo que le plazca.

—¿Quién demonios eres? —Kisaki pudo articular esa oración.

—Alguien que le hará un favor al mundo de que ya no existas, pequeño parásito.

—¡Kisaki!

Una motocicleta pasó enfrente mío y el conductor agarró a mi presa. Era el perro faldero de Kisaki.

—¡Te tengo! —exclamó, escapando con la escoria.

La oscura sensación se apoderó de mí. La ira me ciega pero la mantengo al margen de no perder el control. Solté un gruñido y respiré profundamente para caminar hacia mi gabardina, cuando la veo busco mi celular. Pulso el contacto que dice "Shadow" y pongo el cel en mi oreja.

Al primer tono ya atiende.

—Segunda fase del plan —dije, bajito para que nadie me oyera, mirando la pistola en mi mano—. La presa quiere escapar y no está sola. —Una endemoniada sonrisa me aparece esta vez—. Ya sabes qué hacer. No me falles. —Colgué y escucho una motocicleta.

—¡Takemicchi! —lo llama Kenchin—. ¡Sube! ¡Vamos tras él!

Él dudó un poco ¿El por qué? Porque estaba Hina, de seguro no quería dejarla sola. Cosita.

—¡Takemicchi, yo cuidaré a Hina-chan! —asegura Mikey—. ¡Haz lo que tengas que hacer!

—Oe, Takemicchi —lo llamo y él me ve—. Demuéstrame que sabes pelear y gana esta guerra.

—¡Hai!

Me despedí moviendo los dedos de mi mano libre. Giro y oigo el rugir de la moto de Kenchin. Tengo una corazonada que todo saldrá bien.

—Ok. Creo que ahora sí me estoy sintiendo algo mal. —La extraña sensación desaparece y todo el dolor está despertando pero de una manera, digamos que, agresiva y más dolorosa que antes—. Ay, me duele el cerebro. —Limpio la sangre que seguía expulsando de la cabeza—. Ten. Aguanta allí. —Le doy la pistola a Baji y él la agarra—. Necesito sentarme. —No siento un lado de la cara—. ¡¿Y dónde putas está la ambulancia?! ¡¿Se perdieron o qué mierda?! —Solté con brusquedad—. ¡Manjiro!