Prólogo

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Era mi destino, sabía que esto llegaría, aunque no esperaba que fuera tan pronto. Pero le tenía delante, en su territorio, mirándome fijamente y apuntándome con una pistola a punto de disparar, era lo que quería, que acabará ya con todo y que mis padres fueran libres por fin. Escuché el disparo y cerré los ojos con fuerza. Silencio, alguien desplomándose, no era yo, estaba viva, lentamente abrí los ojos y no podía creer lo que tenía delante.

—¡Hijo! ¿Qué has hecho? ¿Porque te pusiste delante de ella? –mientras sujetaba a Joan me miró serio y me señaló —por tu culpa, por ti él está así y si llega a dejar de respirar tendré aún más razones para no dejarte tranquila.

Caí al suelo cuando me di cuenta que de la única persona que me había enamorado había dejado de respirar y eso significaba que yo haría lo mismo.

Un Riesgo Para CometerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora