Capítulo 1

34 6 8
                                    

Era mi primer día de clases, primer día en bachillerato y en un lugar desconocido. Hace unos días nos habíamos mudado de México a España, concretamente Segovia. Podría decir que es bonito la verdad, pero tener que empezar de cero para huir de nuestros problemas, los cuales tarde o temprano nos pueden encontrar, no me hacía mucha gracia.

Echaría de menos a mis amigos, familia y comida de allí, acostumbrarse a nuevos horarios, no hablar mucho sobre mi por si acaso, estar atenta a cualquier movimiento extraño.

El pasado siempre estará presente mientras tú lo desees así y no hayas solucionado nada. Lo tuve muy claro cuando ocurrió lo que esperaba, temí por mi vida, hasta que tuve que crear una nueva para intentar que no me encontrarán.

—¡Hija, vas a llegar tarde tu primer día! –llamó mi madre desde el piso de abajo y me sacó de los pensamientos.

Cogí mi mochila y me puse nerviosa.

—Elanna, desayuna algo rápido y vamos al coche –espetó mi madre.

—No hace falta tanta prisa mamá –dije con tranquilidad mientras cogía una tostada para comérmela.

—¿Que no? Vas a dar una mala imagen llegando tarde el primer día y encima con la boca manchada –cuando me acerqué a ella para salir limpió los restos de migajas alrededor de mi boca y vi que también tenía en la camiseta.

—Ay ya mamá, ya estoy lista, ya vámonos –dije sin más abriendo la puerta de casa, mientras ella salía yo me acerqué donde estaba el coche, un Seat Ibiza blanco, abrí la puerta, no me agrada el color, pero bueno, ya conseguiría uno mejor para mí.

Poco después llegó mi madre y se sentó a mi lado al volante, en realidad el instituto estaba cerca, pero ella se había empeñado en acompañarme para que conociera mejor el camino, arrancó el coche mientras yo miraba por la ventanilla y volvía a mis pensamientos.

Me va costar conocer gente sin poder hablar apenas de mí, sumando que casi no me gusta salir, prefiero quedarme leyendo o viendo alguna serie la verdad, cosas tranquilas. Casi no he vuelto a hablar con mis amigos de México es como si se hubieran olvidado de mí, me duele bastante teniendo en cuenta que entre ellos está mi mejor amiga de la infancia, no entiendo porque no responde mis mensajes, aparte me ha bloqueado de algunas redes sociales. Cuando vine no tuvimos ningún problema, no discutimos ni nada, entonces no lo entiendo y por más que intento hablar con ella, me ignora. Por eso aunque sé que aquí no será lo mismo me gustaría intentar hacer amigos, poder tener con quién hablar de drama amoroso, aunque en verdad en lo que menos estoy interesada es en tener pareja, hasta que yo no esté del todo segura no puedo arriesgar la vida de otra persona por estar conmigo, diría lo mismo con las amistades pero trataría de mantener distancias y que no crucen la línea de cariño para que nadie más que yo tenga peligro.

—Ya llegamos, ten cuidado Elanna y no mires ni hables mal a la gente –me dijo mi madre con amabilidad sacándome de mis pensamientos.

—Yo no miro mal, es mi cara –dije mientras me quitaba el cinturón — tendré todo el cuidado posible mamá, no te preocupes –me bajé del coche —ten un buen día en el trabajo –me despedí con la mano y me dirigí al mogollón de gente que había en la puerta del instituto.

Todo era un caos, había grupos de amigos, gente sola pérdida como yo, todos buscando sus clases, porque aunque había muchos que ya conocían en el sitio tenían clases nuevas.

Tuve que preguntar a varias personas hasta que di con la clase en la que tenía que estar, aún no había ningún profesor, igualmente entré y busqué un lugar al final del todo, justo en la ventana, era dónde más me gustaba. Poco a poco fue entrando más gente hasta completar toda la clase. Una chica se sentó al lado mía.

—Hola, me llamo Leyre, estoy bastante nerviosa no conozco a nadie, lo siento si te molesta que me siente aquí pero es que no sabía dónde más ponerme la verdad y tú me diste buena vibra –no entendí lo último pero tampoco me dió tiempo a preguntar porque siguió hablando — por cierto, ¿cómo te llamas? ¿No eres de aquí verdad? Lo siento lo siento te dejo hablar. –Si se notaba que estaba nerviosa, yo también pero creo que lo disimulaba bien la verdad.

—Soy Elanna un gusto conocerte –dije poniendo una sonrisa algo tímida a lo que ella me imitó — Y has acertado no soy de aquí.
—¡Lo sabía! –dijo alegre y yo solté una pequeña risita – ¿De dónde eres entonces? No te había visto antes por aquí, ¿Eres nueva? ¿Vienes de otro centro de aquí? –hacía demasiadas preguntas y como siguiera la acabaría contestando mal, de todas formas intenté ser lo más amable posible.
—Soy de México, hace poco vine de allí así que no he estado en ningún otro centro de aquí la verdad –ella iba a preguntar algo más pero se quedó callada, igual que toda la clase, no sabía porque hasta que mire a la puerta y me di cuenta que ya entraba nuestro profesor.

No me fijé quién era hasta rato después, no podía ser él, tenía que ser una broma, alguien parecido, él seguía allá en México, no podía estar aquí.

Era él.

Un Riesgo Para CometerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora