Narra Joan:
Era 1 de diciembre, habían pasado demasiadas cosas. Elanna despertaba unos sentimientos en mi que estaban totalmente prohibidos. Pero me saltaba las normas de mi padre ayudándola.
Alguien entró de golpe a mí habitación, yo estaba tumbado en la cama con los ojos cerrados intentando relajarme, sin abrirlos sabía quién era.
—Tú no entiendes lo que estás haciendo hijo, te dije unas normas al venir aquí y las estás incumplimiendo todas –hizo énfasis en todas, yo seguía sin abrir los ojos, ya me cansaba el mismo discurso cada mañana —Sabes perfectamente que vinimos aquí por esa guarra y vas tú y la defiendes. ¿Eres también como ella? No cumples las promesas, ella tiene que pagar lo que debe porque si no estará arruinada de por vida –abrí los ojos de golpe y me senté —¿Eso sí te interesa no? Pues avisa a tu amiguita que se entregue hoy mismo, si no lo hace, haré que maten a sus padres, manchare su nombre para que no la admitan en ninguna universidad ni trabajo, le haré la vida imposible hasta que muera rendida.
—Ramón, ¿Cómo puedes hacerle eso? Ella es una buena chica, no merece que le hagas ese daño, deberías… –no me dejó terminar la frase, dió un golpe fuerte en mi escritorio.
—Soy Carlos ¿Entiendes? Por mucho que estemos en casa alguien nos puede descubrir. –dió un suspiro frustrado —Deja de defenderla, es una zorra inservible, solo me gusta como se removía debajo de mí y su cuerpo –me empezaron a entrar arcadas —es maravillosa ¿Sabes? Cuando la capture te dejaré probarla, pero para eso tendrás que estar de mi parte, porque si no te irá mal a ti también, dejarás de ser mi hijo y sabes lo que eso conlleva.
Lo miré con terror, era verdad, si él me separaba y dejaba de ser su hijo todos los clanes podrían ir a por mí y yo no tendría defensa. Sabía de lo que mi padre era capaz, por eso me daba miedo. Pero no quería que Ela pasara por lo mismo otra vez, antes era pequeño y no podía defenderla, ahora sí podía y haría lo que fuera.
—Estoy de tu parte Carlos, lo sabes, te doy información de ella cada día e intento ganarme su confianza para hacer que venga aquí ella sola. Lo sabes, tú mismo lo has oído –tenía un rastreador con micro en mi teléfono. Asintió con la cabeza y salió de la habitación.
Me pasé las manos despeinándome, frustrado, no sabía lo que me estaba pasando. Este último mes empecé a sentir cosas por Ela, pero nadie lo sabía, ni siquiera Aleix, porque no dejaría de lanzar indirectas y burlas y eso acabaría conmigo. Nadie podía saber lo que sentía por ella, pero Isa no dejaba de preguntarme, ella sospechaba, por toda la atención que le daba a aquella chica, nunca he sido así, pero con ella… con ella es diferente, me sale solo el hecho de querer protegerla de mi padre, de arriesgarme, de darla atención y detalles.
No. Nadie puede saber eso, ni siquiera la misma Ela, porque correría peligro si estamos juntos.
Tengo que seguir con el plan.☆☆☆☆☆☆☆☆
Iba conduciendo con Aleix de copiloto y ya me tenía harto. Paré en un semáforo y di un golpe fuerte al volante.—Callate ya, tú no sabes nada, ¿Entiendes? Prefiero salvar a Ela y arruinarme la vida que hacer caso a mí padre y dejar que la torture hasta matarla, porque por si no lo sabías ese es su plan Aleix, la quiere matar y no se lo voy a permitir joder.
—Chaval esa chica si que te pego fuerte. Deja de mentirme y admite que te gusta.
El semáforo se puso en verde y retomé el camino hasta el bar dónde trabaja Ela, allí nos encontraríamos con ella y Isa para irnos a ni yo sé dónde y eso que era quien conducía.—Aleix como vuelvas a decir eso juro que te tiró del coche en marcha.
—Me lo tomaré como que si te gusta –sonrió el muy capullo y yo le miré demasiado mal, pero no quitó la sonrisa.
Le quiero como un hermano y como hermano a veces me dan ganas de darle una paliza con cariño.
El resto del camino fueron eso, burlas por parte de él y amenazas por mi parte, no entiendo que le cuesta quedarse callado, menos mal que ya llegamos al bar.
Ya había cerrado así que estaban en la puerta esperando nuestra llegada, yo no bajé del coche a recibirlas, estaba de mal humor por culpa de Aleix, bajó él.
Me quedé mirando la sonrisa de Ela, me gustaba que hubiera recuperado el ánimo aún que fuera un poco, no me gustaba verla mal o asustada como estaba cuando la conocí. No debí llevarla el día de la fiesta a mi casa, pero no podía dejarla sola, mi prima se había salido del plan como siempre, por suerte mi padre no se enteró de nada, claro tuve que amenazar a Leyre para que no hablara. Mi vida era así, constantes amenazas. Y si preguntáis por el móvil que rastrea mi padre, ese ahora mismo está en casa de Aleix y yo voy con otro por el que me comunico libremente con ellos.Las chicas subieron a la parte de atrás del coche, eso quería decir que me tocaba volver a aguantar al pesado.
—¿Joan tú si puedes decirnos dónde pasaremos el fin de semana? –dijo Isa con dulzura.
—Yo sigo pensando que esto es mala idea, nos puede pasar algo si estamos fuera del radar de tu padre –opinó Ela nerviosa, Isa le dió la mano y habló.
—¿Por qué sería mala idea estar fuera del radar de Carlos?
Todos nos miramos sin saber que responder, para ella mi padre era la mejor persona por haberla salvado, no sabía lo que realmente hacía, no sabía en lo realmente trabaja su madre para pagarlo. Era demasiado inocente. No podía decirlas que realmente nos íbamos porque Elanna estaba en peligro.
Suspiré y me animé a hablar.—Mi padre aún no conoce a Ela y sabes lo estricto que es conmigo. No quiere que salga por ahí con gente que no tiene en sus registros, si se entera que voy con ella, la investiga y averigua de su familia la puede hacer algo malo –Isa hizo el amago de hablar pero no la dejé —sé que tú le tienes como hombre bueno, pero él es capaz de muchas cosas malas que pronto te darás cuenta, no hará falta que nadie te lo diga –ella asintió rendida y vi como a Ela se le escapaba una lágrima que rápido limpió y se puso a mirar la ventana.
—Vale ya está todo aclarado, ¿Amor mío puedes arrancar?
—Aleix de este fin de semana no pasas, quedas advertido.
Por el momento tenía que mantenerle cuerdo porque era el único que sabía dónde íbamos y tenía que darme las indicaciones, no entendí tanto misterio. Emprendí camino y se formó un denso silencio que Aleix opacó con música.—¿Pero entonces dónde vamos? –volvió a estar animada y eso me hizo sonreír cosas que Aleix notó así que rápidamente me puse serio como de costumbre.
—No lo sé, que sea el que conduce no quiere decir que siempre sepa dónde vamos.
—¿Estás conduciendo sin saber dónde ir?
—Si se dónde ir, bueno, yo no, lo sabe Aleix por eso está pesado dando indicaciones, ni siquiera me deja usar el GPS porque dice que así sabríamos fácil donde vamos. Así que si, estoy conduciendo sin saber exactamente dónde nos quiere llevar este gilipollas y confiando que no es a un matadero.
—¿Aleix, mínimo di cuántas horas son? Por si me da tiempo a dormir
—Cariño, ¿Solo piensas en dormir? Para que pregunto si se que si, os da tiempo de sobra a descansar chicas, seguramente lleguemos cuando esté amaneciendo.
—¿QUE? —le respondimos los tres a la vez.
—No os preocupéis, prometo que valdrá la pena.
—Mas te vale –respondí amenazante.
Una hora después ya en la autopista las chicas se habían dormido, no sé cómo podían con el ruido de la música y de Aleix hablando. Espero que realmente valga la pena.
Hubo media hora durante la que Aleix se quedó en silencio lo cuál me relajó, la carretera era recta, no había problema, me ofreció un café frío el cuál acepté a la primera, lo necesitaba, me estaba dando sueño, solo me mantenía despierto la intriga y que las chicas llegaran seguras. Ya podía sacarse este año Aleix el carnet. Lo había suspendido ocho veces: por estrellarse contra una señal, saltarse un semáforo, ir demasiado más rápido de lo debido, ir demasiado lento, chocar con la basura, acabar en medio de una rotonda, ir en dirección contraria, insultar al profesor porque según él no estaba puntuando bien. Era un peligro, pero al menos no tendría que aguantar dando indicaciones en viajes sorpresa como en este caso, no era la primera vez y agotaba mi paciencia.
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Un Riesgo Para Cometer
RandomElanna huyendo de su pasado, escondiéndose de su mayor trauma, se cruza con Joan, el cuál tiene una misión vinculada con ella, pero ella no lo sabe. Ella solo investiga el punto débil de su trauma para destruirlo y lo acaba consiguiendo. Él también...