Epílogo

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TOM KAULITZ

10 meses después

—¡Basta adele!— grito nick —¡Mama! ¡adele me esta arrancando las greñas!— grito de nuevo.

—Es solo una bebe, no seas exagerado— me encogí de hombros viendo la divertida escena, nick jugando play y mi pequeña arrancado de sus greñas.

—¿Podrías agarrarla y evitar que nick quede calvo?— se unió una tercera voz, esa voz que para mi es como una melodía, alba.

—Estoy con Gian, más que suficiente— respondí mirando al pequeño niño dormido en los brazos de mi gemelo, quien me miró mal por lo recién dicho.

—¿Tu o bill?

—Ambos.

Ella solo rodó los ojos mientras reía, dio media vuelta para irse por donde vino, imite su acto siguiéndola como perro por donde iba, bueno, si era ella, si me tenia como perro.

—¿Me dejaran tres monstruos acá?— pregunto bill recibiendo una mala mirada de nuestra parte —Los cuido con gusto si se olvidan del condon, quiero gemelos— hablo de nuevo.

No voy a mentir, estos diez meses hemos follado, pero no como antes. He intentado que nos olvidemos del condon, pero al parecer alba quedo traumatizada con el parto y trae uno para donde sea que estemos.

¿Y yo? Yo quiero ganarle al maldito de Liam, quien me a restregado en la cara una y mil veces que que los Ferretti ganaron, algo que no voy a dejar así.

—Tom, basta, no te daré gemelos— hablo apenas llegamos a la cocina.

Me subí a la isla de la cocina viendo su lindo trasero —No me rendiré, y lo sabes— respondí cruzando mis brazos sobre mi pecho.

Escuche un bufido de su parte a lo que yo solo reí, me encantaba molestarla de esta manera, aunque en este momento es lo que menos debería hacer.

Baje de la isla colocándose detrás de ella, su cuerpo se tenso por un momento pero luego solo suspiro relajando su cuerpo. ¿años de relación y todavía se pone nerviosa?

—Te tengo una sorpresa— deje un beso en su hombro desnudo —Una muy grande— subí mis besos a su cuello y ella solo ladeo la cabeza dándome más acceso.

—La última vez que me dijiste eso bill me llamo para decirme que enviaste a nick, gian y adele a otro país— dijo con un tono divertido, si divertido, porque si lo hice.

Verán...







—Alba, llevamos una semana sin tener sexo, los monstruos que dicen ser mis hijos están con bill— dije sacándome la camiseta rápidamente.

—¿Donde están?— pregunto mientras se mordía el labio inferior.

—¿Te gusta la vista?

—No me cambies de tema, ¿donde están?

—Alba...

—Tom...— sonó amenazante.

—Fueron de paseo— fue lo único que respondí antes de tirarla a la cama.

El sonido de su celular llamo la atención de ambos, ella se paro de la cama contestando el celular, mientras yo solo me acariciaba la gran erección que tenia, en verdad necesitaba su ayuda. Mi vista se fue hacia ella quien se había parado frente a mi, su ceño estaba fruncido, sus mejillas coloradas y estaba que le salía humo por la nariz y oreja.

3 Noches - Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora