3 Noches - Tom Kaulitz

Capitulo 22

Albara Ferretti

Mis piernas temblaban, mis manos igual, mi ojos solo podían contener miles y miles de lagrimas que querían salir desesperadamente.

Me dolia como el infierno, y hasta más.

Sentí mi sangre irse de mi cuerpo de un momento para otro, mi cara ocultada el la pared con ambas manos a mis lados para cubrirme. Mi corazón ya no aguantaba más, quería recuperarlo, el lo rompió. Ahora solo tenía miles de trozos adentro, no lo sentía.

––Alba lo siento— senti las manos Alessandro en mis espalda dando caricias.

No le preste atención a eso, solo quería que ninguna lagrima cayeran de mis ojos. No lo quería aceptar, el no me podía haber hecho llorar, lágrimas ardiendo en dolor.

Mis piernas no aguantaban más, quería tumbarme en los brazos de mi hermano, quería unos de sus reconfortantes abrazos.

Otra persona que no está acá.

Mis ojos ardían de tanto que los había apretado para no soltar esas gotas desgarradoras, algo que fue imposible de contener, habían salido, y dolia más de lo que me imagine.

Mis lágrimas cayeron sin control alguno, empapando por completo mis mejillas y boca la cual temblaba tratando de evitar más el llanto.

Mi chico "perfecto" el que me cuido y cambio convirtiéndome en la persona más feliz a su lado, ahora me estaba destruyendo, empezando por mi corazón.

Escuchaba aún más voces dentro de esa cocina, pero, me importaban muy poco, con lo que escuche tenia suficiente, no quería alejarme de su lado, pero tenía que hacerlo.

—¿Lo quieres enfrentar?— pregunto la voz suave de Alessandro y yo solo asentí en respuesta.

Despegue mi rostro de la pared al igual que mis manos agarrando fuerzas para hablar con... El. Mis piernas dolían, mis manos pasaron por mi rostro tratando de quitar mis dolidas lágrimas, lo cual no pude hacer, venían miles y miles más al recordar lo que signifique para el.

Sexo, solo sexo. Tres noches de sexo para su maldita apuesta, donde yo participaba siendo la víctima de este juego.

Me aferre al pecho de Alessandro una vez que recordé eso, jamas diré el dolor que siento ahora mismo, porque se que las personas lo vivirán en algún momento.

—Te quiero alba, el no te merece— me dio un beso en el cabello —Vamos— dijo.

Senti sus brazos rodear mis hombros, agarre el cual me solté, podría estar de todas las maneras posibles pero no tonta para darme cuenta de su juego.

Camine a pasos lentos acercándome cada vez a esos dos hombres tan importantes en mi vida, o lo eran, hablando por teléfono en alta voz.

—Si, georg nuestra apuesta la cual andrew cubrió sera enterrada— escuche su voz. Tan doliente podría ser escuchar la maldita voz de una persona, persona quien te está destruyendo ahora mismo.

Recordé su llamada de hace unos segundos.

Me pare en seco al escuchar eso, ¿georg lo sabía?
Claro, todos los de la banda me vieron la cara de estúpida.

Porque lo soy.

Escuche un carraspeo de garganta totalmente falso detrás mi, proveniente de Alessandro.

Ambos chicos se voltearon hacia nosotros, quedando estupefactos.

Mi llanto aumento aún más de lo que estaba al ver su sonrisa desvanecer al verme a los ojos, los cuales deberían estar tan rojos y empapados.