Capítulo 12

3.9K 507 7
                                    

Los días pasaron sin ningún contratiempo todo estaba tranquilo JI y Jin habían ido al parque y Ji había conocido más a la madre de Jin, la omega y la cachorra rápidamente se habían llevado bien, antes de que terminara la visita ya se habían proclamado abuela y nieta aunque no lo fueran, Jin por su parte se había alegrado por ver a su madre más activa pero ahora el que estaba en cama era su hermano, pero sabía que saldría pronto de ese bache porque él era fuerte y porque sabía que ni él ni Jungkook resistirían tanto tiempo separados, cuando eres el destino de alguien más la vida misma se encargará de ponerte en su camino una y otra vez así no lo desees.

Una semana después Kim Namjoon regresaba de su viaje... pero no lo hacía solo, unas personas lo hacían con él. Ellos eran Jung Hoseok y Kim Minji, nuevos amigos, los cuales querían hacer negocios con él.

Sin embargo el alfa no estaba seguro de que Minji le cayera del todo bien, la había aceptado pues Jung y ella eran primos pero no estaba muy convencido, más que nada por las miradas que le daba la chica, en más de una ocasión le quiso gritar que no fuera tan descarada que él no tenía interés alguno en ella pero no quiso ser tan grosero, más que nada por Jung Hoseok el cual le había caído muy bien y al ser primos tal vez se sentiría ofendido por tratar así a su prima así que se abstuvo. Además que después de encontrar a Jin no tenía interés en nada más que no fuera solucionar los problemas con Jungkook para poder ser feliz con su omega.

- Los veo en mi casa esta noche los quiero invitar a cenar y a que conozcan a mi familia. - le dijo en cuanto llegaron al aeropuerto y se separaron para el ir a casa y ellos al hotel.

- Encantado estaremos ahí Namjoon, hasta la noche.

- Hasta la noche Hoseok.

Cuando llego fue recibido por dos de sus cachorros, Ji y Tae.

- ¡papi! - ambos corrieron a abrazarlo y Jin solo se mantuvo al margen pero con un dolor en su pecho al no poder ser libre de acercársele, besarle y decirle cuanto lo extrañó.

- Hola mis cachorros ¿Cómo han estado?

- Te extrañamos mucho papi.

- ¿de verdad? - Tae asintió.

- Mucho papi - Ji siguió besando y abrazando a su padre - Jin también te extraño - Jin bajó su cabeza para evitar llorar.

- ¿Ah sí? - miró a Jin pero esté no le devolvió la mirada.

- Si, el me lo dijo.

- Ji, él lo dijo porque tú lo hostigaste hasta que te contestó. - contestó Tae.

- ¡a que no! - gritó la niña ofendida a su hermano.

- Bueno, bueno, ya no griten vayan a hablarle a su hermano que lo quiero ver también. - Tae y Ji subieron las escaleras rápidamente y en cuanto Nam dejo de oír los ruidosos pasos se acercó a Jin quien aún estaba con su cabeza gacha. - ¿entonces me extrañaste?

- Por favor señor Kim.

- Jin quiero hablar contigo.

- Perdón pero no puedo... no quiero molestar a Jungkook.

- Pero... - el alfa cayó al escuchar pasos nuevamente.

- ¡te dije kookie llegó papi!

- Hola pa, bienvenido.

- Gracias cachorro, vengan les traje regalos.

- ¡regalos! - gritó ji. - ¿también le trajiste algún regalo a Jinnie papi? - el alfa iba a contestar pero Kook lo interrumpió.

- A él no le debe de traer nada solo es el niñero Ji, le pagan lo suficiente para cuidarnos, él se puede comprar sus propias cosas.

- ¡Kook! - regaño Tae sintiendo el malestar de Jin.

Con permiso señor Kim iré a la cocina.

Seokjin lo siento, iré en un momento tendremos invitados y necesito una cena muy especial.

- Esperare ahí señor. - el omega caminó hacia la cocina con su corazón doliendo.

- Eres un grosero de lo peor Kim Jungkook. - Tae seguía molesto.

- No me importa. ¿Qué regalos nos traes papá? - no lo iba a hacer, Kim no les iba dar nada, pero sería una discusión así que decidió darles lo que les había traído para terminar lo más rápido que pudiera e ir a la cocina a buscar a su omega.

Después de entregar los presentes el alfa buscó a Seokjin encontrándolo en la cocina platicando con la cocinera.

- ¿Park? - Kim supo disimular con la mujer ahí así que fue lo más serio que se pudo tratándolo como empleado y jefe

- Sí señor.

- Venga conmigo por favor.

- Claro. - lo siguió hasta el despacho del alfa y al entrar cerraron la puerta.

- Ahora sí... - Namjoon lo encerró entre sus brazos y sin que el omega lo viera venir lo beso casi con rudeza cuando sintió que Park se empezaba a resistir.

- Nam por favor... mi aroma quedara en ti, no quiero problemas.

- No puedo soportar la separación entre tú y yo amor...

- Por favor Nam no lo hagas más difícil. - los ojos del omega estaban iluminados por las lágrimas retenidas.

- ¿Sabes? Si te traje algo.

- ¿Qué?

- Mira - el morenos sacó una pequeña caja de terciopelo con unos anillos dentro de ella - uno es para ti y el otro para mí. - de inmediato Nam puso el de su pareja en su mano, beso el dedo y después su mano.

- Pero Jungkook lo vera y...

- Ya no dejare que te diga nada hablare con él en estos días no permitiré que me aleje de ti, no puedo, me duele.

- Alfa...

- Me duele que no me quieras cerca omega... - se abrazaron sin importar lo demás. - ¿me pones el mío? - Jin asintió y se alejó para tomar el otro anillo de la caja y ponérselo a su alfa, después dio un beso en el dedo anular y nuevamente se abrazaron.

- Dijiste que me pedirías hacer una cena especial. - habló Jin después de pasar unos minutos abrazado al alfa.

- Ah sí... - Nam besó los labios de Jin - Quisiera un menú que tenga carne, papas, vegetales y vino blanco.

- Perfecto, en este momento iré a ver a la cocinera y veremos qué hacemos con lo que quieres alfa.

- Perfecto. Si pudieran incluir un postre o pastel. - Jin sonrío animadamente.

- Puedo hacer un pastel de vainilla que me queda riquísimo. Déjame eso a mí.

- Perfecto, confió en ti amor.

- Entonces empezaré con ello, no te decepcionaré.

- Sé que no - nuevamente se besaron pero fue un poco más intenso que antes. - cuando Jin salió del despacho llevaba una dulce sonrisa, la cual no pasó desapercibida por Kook la cual logró molestarlo.

- Maldita sea - gruño el alfa joven pues no solo eso notó si no también los labios hinchados del omega y él no era tonto, termino por mandar a la mierda su buen humor cuando su padre salió del despacho con la misma sonrisa y sus labios hinchados también. Para disimular esos dos eran un desastre, pero Kook no se los dejaría fácil.

Omega Niñero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora