X

138 26 3
                                    

No supe a que hora me quedé dormida pero cuando desperté, Matt aún estaba ahí. Su brazos estaban a mi alrededor, su pecho pegado a mi espalda y su rostro enterrado en mi cuello, me abrazaba como si temiera que me fuera en cualquier momento, lo cual, siendo honestos y basándonos en mi historial, era un miedo bastante lógico.

Intenté moverme para salir de la cama, pero nuestras piernas se encontraban enredadas entre sí y sus brazos empezaron a apretarme con más fuerza.

—Jenner. —lo reñí mientras intentaba zafarme de su agarre.

—No te vayas. —murmuró dejando un beso en mi cuello, mostrándome que estaba en realidad totalmente despierto.

En más de un sentido.

—Debo ir a la escuela, Jenner. —me quejé tratando de levantarme una vez más.

—Mentira, hoy entras a las 8:40 por que no tienes clases con el señor Jhonson.

—Es realmente aterrador que recuerdes todos mis horarios. —murmuré consiguiendo levantarme al fin, solo para que él tomara mi mano y me hiciera caer nuevamente a la cama.

Jenner se rió de mi, claro, solo por que él era más fuerte que yo por culpa de la maldita pubertad machista... Y por que me acababa de despertar y no tenía ganas de golpearlo tan temprano.

—Pedazo de imbécil, dejame ir, tengo que llegar temprano a la universidad para arreglar unos asuntos con una profesora. —renegué pero él me silenció poniendo sus labios sobre los míos.

Movió su cuerpo hasta quedar encima de mi, distrayéndome completamente de mi intención de largarme de allí.

—Tú y yo sabemos que lo que dices es mentira. —susurró en mi oído, mordisqueando ligeramente mi lóbulo.

—No miento, de verdad necesito irme.

—Eso no decías anoche. —sus labios se movían a lo largo de mi cuello ahora, provocando que me costara concentrarme.

—Pero anoche no pasó nada... —lo contradije antes de caer en la cuenta de lo que había hecho.

—Me dijiste que me querías.

Oh, bueno, creo que realmente no pensaba mucho lo que hacía.

—Estaba frágil y vulnerable, Jenner, no fue mi intención. —me excusé rápidamente.

—Hablas como si me hubiera aprovechado de ti. —se quejó él quitandose de encima de mi cuerpo y ríendo levemente.

—Ojalá lo hubieras hecho. —murmuré esperando que no me escuchara pero supe por su sonrisa traviesa que lo había hecho de todos modos.

Se movió de nuevo, esta vez para tomarme entre sus brazos y ponerme encima de él.

—¿No preferirías aprovecharte tú?

Asentí con la cabeza, sonriendo ampliamente ante la perspectiva de terminar con lo que habíamos empezado la noche anterior cuando pequeño intruso nos había obligado a parar.

Puse mis piernas a cada lado de su cuerpo y rocé mis labios con los suyos antes de moverlos para empezar a besar primero su barbilla y luego todo el largo de su cuello. Al carajo con los deberes de la señorita Martin, aquello era mil veces más importante.

***

—Entonces, ¿Llegaste tarde por qué estabas enferma? —me cuestionó la castaña cruzando los brazos sobre el pecho.

Rodé los ojos, Tina era una completa chismosa.

—Si, ayer ni siquiera dormí bien por culpa del vomito, puedes preguntarle a mi hermano. —insistí una vez más.

My Adorable Mistake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora