Jenner.
Me desperté a mitad de la noche por culpa de la pegajosa canción que había puesto como tono para mi teléfono, si no hubiese sonado esa canción probablemente no hubiese atendido, esa era la canción exclusiva de Carissa Cannon-Fortier o como yo la había registrado "Pastelito<3".
—¿Si? —murmuré medio dormido antes de darme cuenta que tenía el celular al revés. —¿Bueno? —repetí esta vez un poco más despierto.
No escuché nada, solo llanto de fondo, mi corazón dio un salto y no precisamente por una buena razón.
—¿Pastelito? ¿Qué ocurre? ¿Te encuentras bien?
—¿Puedes simplemente abrirme la puerta? —escuché su voz, apenas audible y no dudé en correr a abrirle.
Corrí por el departamento a oscuras, tropezándome a cada paso pero sin cortar la llamada ni por error. Llegué a la entrada y abrí la puerta lo más rápido que pude.
Casi al instante de abrirla sentí unos brazos envolviendo mi torso y abrazándome fuertemente, como si temiera que me desvaneciera. Colgué finalmente y tiré mi teléfono sin importarme donde cayera, tan solo preocupándome por devolver el abrazo y consolar a mi pastelito.
—¿Qué ocurre, cielo? —pregunté dejando un beso en su frente, sus sollozos sonaban tan desgarradores que me estaba costando trabajo no ponerme a llorar también.
—Me echó, Matt. —murmuró ella con la voz rota. —Mi abuela me echó de su casa.
Apenas pude procesar lo que me decía, ¿La habían echado de casa? Realmente solo se me ocurría una razón para que alguien hiciera algo así y tenía más que ver con su abuela siendo una perra que con Carissa estando embarazada.
—Hey, no te preocupes, ¿Quieres contarme qué pasó? —pregunté mientras caminaba de espaldas para hacernos entrar a la sala.
Carissa se despegó de mi abrazo y entró completamente, enjuagando sus lagrimas inútilmente por que no podía parar de llorar.
—Le dije lo de pequeño intruso esta tarde, April iba conmigo. —murmuró ella y yo asentí mientras cerraba la puerta. —Al principio creí que se lo había tomado bien, ¿Sabes? Aun así April se quedó conmigo hasta que estuvo segura de que estaría bien, de verdad creí que mi abuela iba a apoyarme en esto... Hasta que me despertó hace una hora para gritarme lo malditamente zorra que era y lo decepcionados que estarían mis padres, ¿Te lo puedes creer?
Llegados a este punto, yo sabía que ella estaba más molesta que dolida. Y no se le podía culpar, su abuela no era precisamente conocida por ser buena persona.
—Bueno, pastelito, estamos hablando de la misma persona que llamó a April perra lesbiana la primera vez que la conoció. —razoné avanzando para abrazarla nuevamente.
—Creyó que era mi novia. —confirmó Carissa riendo.
—¿Lo ves? ¡Esa mujer está loca! No te preocupes por lo que ella diga.
Ella asintió, ya no estaba llorando, lo cual era un tremendo alivio por que odiaba verla llorar, era como la cosa más triste del mundo.
—Da igual, el punto es que tenemos que decirle a mis padres lo antes posible por que no quiero que se enteren por ella, ¿Vale?
—No te preocupes, mañana reservo el vuelo, ¿Te parece?
—Bien, ahora a lo que vine. —sonrió empezando a caminar en dirección al pasillo del apartamento.Ladeé la cabeza con curiosidad mientras la seguía con la mirada, preguntandome que estaba pensando hacer hasta que caí en la cuenta de que sus manos estaban bajando el cierre de su falda.
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My Adorable Mistake.
Teen FictionHay 5 muy buenas razones por las yo, Carissa Cannon, no quería creer lo que veía: Razón número uno. Tengo 20 años. Razón número dos. Esto es culpa de Jenner. Razón número tres. Quizá también sea un poco mi culpa. Razón número cuatro. Mi abuela va a...