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Kaleb jadeó luego de tanto ejercicio, es decir, había pasado sus veinticuatro semanas de entrenamiento básico hacía unos años y debía admitir que fue un maldito infierno, pero esto...

Esto que les estaba haciendo Kelly era peor que el infierno.

Sus compañeros de equipo se empeñaban en hacerlo cumplir una rutina que aún no había conseguido. Evidentemente su resistencia era terrible cuando unos casi cuarentones pasaban a su lado sin sudar, y esas sonrisas, eran...

¡Ugh! ¡No podía creerlo!

Estaban burlándose de él como si fuese un pobre novato a punto de rendirse en su primer día, bueno, hoy no lo verían tirar la toalla, seguiría corriendo hasta echar sus pulmones fuera.

—Chicos, si son capaces de hacer una vuelta más los invitaremos a unas cervezas, si no llegan, nos invitan —Kaleb apretó la mandíbula, no tenía ganas de una maldita cerveza, así que no era un buen incentivo, Kelly pareció leer su mente sin problema alguno—. Si no llegan al final el Comandante tendrá vuestros culos haciendo el doble —agregó con esa beta sádica suya.

El Teniente era algo de temer, Kaleb aún no estaba emocionado por saber la rutina del Comandante si ellos hablaban de esa forma.

—Sí, señor —respondió a duras penas, sus piernas estaban casi al límite, su cuello y cara ardían debido al sol, pero aún así siguió corriendo. Paul no tuvo tanta suerte, él simplemente se dejó caer a mitad de camino, el médico no tenía tanta resistencia como él.

Kaleb se colocó las manos en las rodillas apenas terminó su recorrido, sus pulmones necesitaban oxígeno. Kelly le palmeó la espalda haciéndolo toser.

—Eso estuvo bien, Paul nos invitará a las cervezas —Kaleb escuchó la queja de Paul y se echó a reír como podía, por lo menos agradecía que su billetera no se llevara el asalto, invitar a cinco hombres adultos con ese tamaño a beber no saldría nada barato.

—Iré a darme un baño.

—Sí, vayan los dos, estaremos en Crick... uh, ¿conoces algo en este lugar? —Kaleb se encogió de hombros.

—No lo conozco, pero Paul es de aquí, llegaré con él.

—Bien, entonces los veo ahí, pórtense bien esta noche, probablemente Sander esté de mal humor —Kelly dio la vuelta, Kaleb se obligó a preguntar, no quería estar en un lugar donde no lo quisieran.

—¿En realidad nos quiere ahí?

Kelly volvió a girarse, analizó su pregunta por un momento y luego respondió.

—Son parte de nuestro equipo ahora, y sí, Sander los quiere ahí.

—Ahí estaremos.

Luego de una ducha en los baños de la base caminó a su habitación designada, estaba viviendo en la base, después de todo no conocía el lugar y no tenía familia fuera, por lo que no había motivo alguno para vivir fuera de la base.

Sin familia, ni amigos, nada de novio.

Kaleb se detuvo mirando su ropa, no tenía demasiada, puesto que en cualquier momento podrían hacerle la llamada, escogió un pantalón negro y camisa del mismo color con botones, dejó abiertos los dos de arriba y arremangó las mangas largas hasta los codos. Por lo menos se vería sexy para el C...

Kaleb ni siquiera dejó que el pensamiento se asentara. Dios, sí, lo admitía, el Comandante le pareció atractivo aunque estuviese completamente magullado en esa cama de hospital, aún más luego de su confesión de que bateaba para ambos lados.

Eso lo puso en un nivel diferente de intocable.

Ahora lo tenía en el nivel de peligrosamente atrayente e inalcanzable.

Clasificado (BL) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora