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Sander abrazó a los niños, quienes últimamente querían dormir con él debido a Jodie. No es como si él fuera a compartir habitación con ella, Jodie sólo estaba aquí por su madre, no había, ni abría, nada entre ellos.

Suspiró pensando en ese caprichoso novato, ahora estaba completamente jodido respecto a Kaleb, ceder lo dejaría aún peor. Sander ya lo había pasado lo suficientemente mal los últimos dos meses.

Ese Kaleb si que sabía cómo hacerlas, se ignoraron por dos meses completos y de pronto se pone a despotricar sobre sentimientos.

Sander no estaba seguro de creerle, por su maldita actitud estaba seguro de que Kaleb era un jugador, no sabía si estaba haciendo esto otra vez por puro capricho.

No podía vivir así, cediendo a él cada vez que cambiara de idea.

—Papá —Sander miró a Cloe y le acarició el cabello desgreñado.

—Mmm… ¿Qué pasa?

—¿Cuándo se va?

—Pronto —Cloe se sentó en la cama destapando a su hermano.

—¿Vivirá con nosotros otra vez?

—No, no te preocupes por eso —dijo atrayéndola hacia él y besándole la frente.

—Ella no me gusta, nos regañas cuando está aquí.

—Lo siento.

—¿Podemos bañarnos en la piscina?

—Sí, ve a prepararte, pero no te acerques si no estoy ahí, ¿entendido?

—Está bien —dijo corriendo a su habitación, Sander miró a su hijo que todavía pretendía dormir.

—Morgan.

—¿Mmm…?

—¿Vas a levantarte en algún momento del día? —él abrió los ojos.

—También quiero que se vaya.

—Lo sé, y pronto no estará, ahora salúdame y ve a cambiarte —Morgan le dio un beso en la mejilla y bajó.

—¿Lo prometes?

—Sí —Morgan corrió a su habitación más feliz esta vez.

Sander se preparó y colocó su bañador, una vez bajó vio a los niños en la cocina haciéndole la pelota a su abuela. David estaba leyendo el periódico y Jodie ayudaba con el desayuno.

Sander hizo una mueca escuchando los toques en la puerta, los mellizos corrieron hacia allí, ambos chillaron al ver al sujeto del otro lado. Sander arqueó una ceja viendo a Kaleb.

Joder, estuvo hablando en serio sobre querer algo con él.

—Chicos, ¿cómo les va? —preguntó agachándose para ponerse a su altura, Cloe le dio un beso en la mejilla.

—Mal, ella todavía está aquí —Sander caminó cerca de ellos y se recostó en la pared viendo al par.

Los ojos de Kaleb subieron por un momento mirándolo de arriba abajo, Sander apretó la mandíbula.

—No se preocupen, se irá pronto, les traje algo.

—¿Qué es? —preguntó Morgan, Kaleb dejó una caja blanca de cartón en sus manos.

—Aquí tienen, es un pastel de chocolate. ¿Por qué no van a donde está la abuela para que les corte un pedazo?

—Gracias —Kaleb se ganó otro beso de Cloe y sonrió.

—Por nada.

Los niños caminaron suavemente hacia la cocina gracias a que Morgan no quería que se le cayera el dulce. Kaleb se puso de pie y cerró la puerta, Sander esperó a que los niños no estuviesen en su ángulo de visión para hablar finalmente.

Clasificado (BL) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora