Pokémon Mundo Misterioso: Tempus Fugit

Capítulo 1 - Una luz nueva; el reloj retorna a la mañana.

Cuando alguien quiere aferrarse al deseo de la vida, y proteger lo que le ha dado sentido a esta, ¿Cuánto creéis que pueden sacrificar?

¿Cuánto tiempo creéis que un ser puede usar para mantener la fundación de su existencia, incluso si ésta es falsa?
Al final del tiempo y nuestra existencia, lo único que quedará serán nuestros más intrínsecos deseos, dentro de aquel torreón que se cierne sobre el aire.
Sobre la enorme herida que estas tierras nunca llegaron a sanar.

En una torre alzada desde las aguas tormentosas, los hechizos de los dos luchadores retumbaban por sus paredes, llegando a romper partes de los pilares que mantenían la estructura sin caer al enorme mar de aguas negras. Una espiral oscura esperaba impacientemente a cualquier desdichada parte que se cayese, mientras que adentro, los tormentos esperaban al cordero.

Sobre la última plataforma de esa torre, formada por los meros deseos de un muñeco que quería seguir viviendo, él esquivaba los ataques provenientes de la criatura, la cual no cesaba en perseguirle lanzándole cristales afilados como si fueran lanzas. Su vista no quería volver hacia los cuerpos yacidos sobre la pista de cristal, que reflejaba la sangre desde sus mil y un reflejos...

Unas hojas de otoño se oscurecían, muertas, intentando todavía alzar aquella arma punzante.

El hijo nacido de la sangre no pudo abrir más sus ojos que se mantenían cerrados, su mandoble, su misión de proteger, no fue más que un augurio que le seguiría en la siguiente campanada. Las llamas de su espalda cesaron de arder.

Y aquella lechuza, asesino de sí mismo, no pudo levantar su propio cuerpo lleno de cristales y cortes. Ninguno de ellos se mantenía con vida, y el único que podía intentar parar esta pelea era él, quien retornaba los ataques dados como le eran posibles. Una ventana de oportunidades era lo que necesitaba; y era lo justo que le faltaba.

Sabía perfectamente que incluso con las fuerzas que él obtuvo en s viaje, ese enfrentamiento se terminaría muy pronto, con un horrible destino siguiéndolo.

Concentrando lo único que le quedaba, cargó el último ataque que su cuerpo podía conseguir realizar antes de caer, y con un impulso, se abalanzó al ente que todavía se aferraba a la vida.

Las dos energías chocaron en un doloroso haz que acabó con lo único que quedaba en esa cristalizada torre. De una batalla formada por lágrimas y resentimiento, llegaron a la nada más absoluta. Y, aun así, podía escuchar, sentir, y ver las manecillas del reloj que todavía seguía moviéndose.

{...}

—¡Date por muerta, pulga!

Una luz había nublado la vista del toxtricity de forma aguda, y con un rápido movimiento de su cabeza pudo esquivar el golpe proveniente del machoke, quien reventó la pared de un impacto que acabó por llevar un montón de piedra y grava a sus ojos. Sin pararse otro segundo, el pokémon grisáceo arrancó sus potentes brazos de la pared, para después girarse hacia el insensato que se había querido jugar de héroe.

Ese deja vú le había aparecido nuevamente. Desde el anterior par de semanas, su cabeza estaba inundada por el mismo sueño, por esa torre que se alzaba desde un mar negro. "¿Me estaré volviendo loco?" Pensaba constantemente, aunque ahora esas dudas no podían hacerle perder.

—Hah, pues llevo un rato esperando~ —burlándose, Alkrad esquivó otro puñetazo que cortó el aíre en un par de segundos, a la vez que retornaba los ataques con débiles puños trueno que llegaban a desviar algunos de los ataques, y dejaban marcas ennegrecidas sobre las partes del luchador. La furia del tipo lucha le hacía más fácil de esquivar, pero el espacio reducido del callejón dificultaba el movimiento.