vii. disaster

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DISASTER__________________________________

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DISASTER
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La familia Spellman y la familia Stanley caminaba a través del bosque bajo la luz de la luna acompañados de una cabra negra, la chica Stanley llevaba a la cabra con una cuerda que cumplía la función de correa.

Todos iban vestidos de negro acercándose a la piedra donde Sabrina firmaría el libro de la bestia como todos a su alrededor lo habían hecho antes alguna vez.

Cuando todos los conocidos y la mayor parte de miembros de la iglesia de la noche estaban en el punto de reunión vieron entrar a Sabrina, con el mismo vestido de novia que su madre había usado alguna vez, a diferencia que este se había tronado negro, y tarde.

—Bienvenida, hija de la noche. ¿Quién presenta a esta niña para su bautismo profano?. —el padre Blackwood oficiaría el bautismo.

Hilda y Zelda respondieron, ya que la responsabilidad de presentar a Sabrina era suya sin sus padres vivos. Ophelia pudo notar la duda surcando la cara de su amiga, en ese momento supo que lo que había visto ese día iba a suceder, jamás había sentido algo con tanta claridad como ese día.

Ophelia en un intento de disimular su temblor sabiendo lo que se avecinaba tomó la mano de su madre a su lado, esta la miró extrañada pero no la soltó cuando vio temor en sus ojos y sintió el movimiento errático de las manos de su hija.

—Todo estará bien. —murmuró cálidamente su madre tratando de calmarla, pero Ophelia sabía que nada estaría bien después de esa noche.

—Estamos aquí reunidos, en este bosque, en presencia del Señor Oscuro, con todas las almas, vivos y muertos, dentro de nuestro aquelarre. —comenzó el padre— La más profana iglesia de la noche. Arrodíllate, niña.

Ophelia sentía su corazón latir constante y fuerte, no dejaba de ver a su alrededor, un tanto paranoica, y se sorprendió cuando al ver a la señorita Wardwell asomada tras los árboles.

La chica dejó que el destino siguiera su curso, presenció como su amiga hacía lo que se le indicaba temerosa, hasta que el padre Blackwood le pidió firmar en el libro de la bestia, Sabrina se negó y mientras todos la miraban con decepción ella solo encontró como opción correr a través del bosque.

Ophelia miró a su madre como pidiendo una disculpa, y sin dudarlo corrió tras su amiga, vio cómo el bosque trató de consumirla y la ayudó con hechizos para que las platas la soltaran, le ayudó a levantarse y corrieron juntas hasta la casa Spellman, donde Ambrose las vio escandalizado imaginándose lo que había sucedido.

—Ambrose, la chica que vi correr en el bosque, —la castaña llamó la atención del moreno quien se veía confundido por toda la situación— creo que era Sabrina.

—No vas a creer lo que paso.

—Puedo adivinarlo, prima. Detrás de ustedes.

Cuando las chicas dieron la vuelta tras ellas estaban todos los miembros del aquelarre con antorchas, todos viéndose amenazantes intimidaron a las amigas, las cuales sólo pudieron tomarse de la mano en un intento de no gritar.

—Mientras la luna de sangre brille, debes firmar el libro de la bestia. —sentenció molesto el padre Blackwood.

—No lo haré. Existe otro camino para mi, tal como lo había para mi padre y mi madre. Un tercer camino. Y aún si no lo hay, mi nombre es Sabrina Spellman y nunca voy a renunciar a él.

Cuando el padre trató de acercarse a Sabrina junto con las hermanas extrañas, Ophelia tuvo que pensar rápido y empujó a Sabrina contra Ambrose y ella misma se alejó.

—Hay un círculo de protección en esta casa, si intentan cruzar, cualquiera que no sea un Spellman arderá. —Ambrose dijo entendiendo lo que le había sugerido Ophelia— ¡Inténtenlo!.

Todo el aquelarre creyó en la palabra de Ambrose así que se alejaron, Ophelia le dio una sonrisa a su amiga antes de alejarse junto a su madre a su casa.

Los días que siguieron fueron tensos, Sabrina no salía de su habitación, y Ophelia solo acompañaba a su madre a animar a Zelda, ya que Hilda pensaba más en el bien estar de Sabrina.

...

Un milagroso tres de noviembre, Ophelia llegó a la casa Spellman con su madre, además de con galletas recién horneadas.
Cuando la castaña entró a la cocina se alegró de ver a su amiga en la mesa aunque fuera discutiendo con su tía.

Aunque Sabrina saludo y se fue rápido a la escuela, y también la señora Stanley se había ido al trabajo, Ophelia se había quedado ahí para preguntarle algunas cosas a Ambrose.

—¿Cómo puedo hacer hablar al familiar de otro brujo?. —entró la chica a la habitación del moreno invadiendo su privacidad.

—Ophe, la puerta se toca. Y no lo sé, ¿a quién le robaste a su familiar?.

—No lo robe, era de Connor. Los señores Kemper me lo dieron en el cumpleaños de Sabrina.

—Lamentó decírtelo pero morirá pronto, ellos no soportan demasiado tiempo sin sus dueños. —Ophelia de inmediato se desanimó, pensaba que si lograba hablar con el animalito descubriría algo sobre la muerte de su amigo.

—¿Y cómo vas con lo de mi "incidente"?. —dijo la chica entre comillas, ya que no sabía cómo podía clasificar su casi visión.

—¿Tu no deberías de estar en la academia?. —Ophelia se sintió acorralada ante la pregunta ya que llevaba faltando desde ese incidente- Aún no encuentro nada.

—Bien, gracias Ambrose. Adiós.

...

—Nicholas Scratch. Necesito tu ayuda.

—No soy el mayor partidario de torturar mortales así que, si me buscas para eso no seré de mucha ayuda Ophelia.

—No te necesito para eso. —la chica se sentó frente a Nick y revisó que no hubiera nadie a su alrededor— Siempre he sentido las cosas antes que pasen, pero hace unos días pude ver fragmentos de algo que iba a suceder.

—Bueno, tal vez tengas un don de clarividencia. —dijo Nick restándole importancia.

—Ojalá solo fuera eso, cuando vi concretamente lo que iba a pasar, mis ojos se pusieron en blanco y sentía que alguien me asfixiaba.

—Creo que leí algo parecido, en un tomo de la historia de Lilith, veré si lo puedo sacar de la biblioteca para ti, tú aún no puedes entrar a esa sección. —Ophelia se sentía consternada, que tendría que ver Lilith con ella— Pero todo favor tiene un precio.

—Escúpelo, Scratch.

—Dame información sobre Spellman.

Ophelia acepto no muy conforme, pasó varias horas en las que debía estar en clase sentada con Nick, dándole lo que quería, información para ligar con Sabrina.

Hey Ambrose! --> Ambrose SpellmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora