xii. classmates

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CLASSMATES__________________________________

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CLASSMATES
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—No. La mosca se trata sobre la dismorfia corporal. —argumenta Susie.

El grupo de amigos se encontraba en la cafetería del doctor Cerberus, Harvey y Sabrina abrazados y tan amorosos como siempre, Rose estaba frente a ellos en una silla individual mientras que Susie y Ophelia compartían asiento aunque Ophelia cada tanto se estiraba a la mesita del centro para tomar de su malteada, la cual era, por supuesto de vainilla.

—¿No es de un chico que se vuelve una mosca?.

—La original, si. Pero Cronenberg dijo que su versión era una metáfora para las ETS. —Sabrina le explicó a Harvey con detalle haciendo que Susie le diera la razón.

—Chicos, ¿qué haremos el fin de semana?. —preguntó Rose cambiando de tema.

—Mi papá irá a la feria de granjas, así que estaré en casa, conmigo misma.

—Tengamos una noche de chicas. —Rose nos miró emocionada, y no se dejó influenciar aún cuando Susie se negó— Anda, Susie. Te lo pido, mi papá y mi mamá quieren que dirija un grupo de jóvenes en su iglesia este fin de semana. Quedarme contigo sería la excusa perfecta.

—Es que no lo sé, Roz. —Susie seguía negándose.

—Brina, Ophelia. ¿Qué dicen?.

—Lo siento, mi hermano irá el fin de semana a Riverdale. Mi madre me mataría si no me quedo a verlo. —se excusó la castaña mirando a Sabrina en espera de la mentira que inventaría.

—De hecho también iré a la feria el fin de semana. Ayudaré a mi tía Hilda a vender miel. —Sabrina sabía mentir casi tan bien como la otra bruja.

—No estarás allá durante toda la feria, ¿o si?. —Harvey le pregunto a su novia un tanto decepcionado.

A partir de ahí Ophelia perdió el hilo de la conversación concentrándose en su malteada, se asustó cuando de pronto escuchó la voz de Sabrina -no quisiera mentirte, pero me da miedo saber cómo reaccionarías si supieras la verdad- estaba sucediéndole de nuevo. Había escuchado los pensamientos de su amiga.

Trato de pasar la tarde sin inmutarse cuando escuchaba los pensamientos de sus amigos involuntariamente. En cuanto los cinco se despidieron, Ophelia camino a paso acelerado a su casa y aún más rápido se despido de Sabrina para entrar a su casa.

Subió las escaleras rápido y gritó devolviéndole el saludo a su madre que por alguna razón inoportuna había llegado temprano del trabajo, Ophelia se tiró en su cama y fue cuestión de tiempo para que Volkran se acercara a echarse en su espalda.

—¿Qué voy a hacer Volkran? Cada día me entiendo menos. —bufo harta.

Tienes que leer ese libro, y rápido.

—Mierda, está en casa de los Spellman. —la castaña maldijo y se levantó, no sin antes avisar al hurón para que tuviera cuidado.

La chica contempló la situación un rato, y decidió ir a buscar su libro. Se levantó aflojerada y con Volkran tras ella comenzó a caminar un pequeño tramo hasta llegar a la casa de los Spellman.

Ophelia no quería que Sabrina la viera por lo que entró sigilosamente, y subió con todo el cuidado del mundo hasta el cuarto de Ambrose, esta vez tocó la puerta y pasó cuando escuchó el "pase" de Ambrose desde el otro lado.

—¿Cuidaste bien de mi libro?. —Ophelia se acercó al chico saludándolo con un beso en la mejilla, se estaba acostumbrando a eso.

—¿Dudas de mi?. —pregunto coqueto, lo que le causó una sensación extraña de gusto a Ophelia.

—Ni un segundo. —la chica tomó su libro de donde Ambrose le había indicado, y se encaminó hacia las escaleras para salir no sin antes esperar a que Volkran dejara de gruñirle al moreno— Gracias, Ambrose.

Ophelia salió tan rápido como entro dejando a cierto miembro de la familia Spellman deseando escuchar más su voz y oler más su perfume en el ambiente, y no se trataba precisamente de Sabrina.

...

Esa mañana Ophelia había decidido ir a la academia para mostrarle solidaridad a Sabrina, y corroborar que no la hubiera pasado tan mal en su primera noche de iniciación, sabía que la hermanas extrañas podrían ser crueles con ella.

Recordó cómo hacía unos meses la habían encerrado en un calabozo lleno de almas que lo rondaban, pero Ophelia no temió, y supo evadir a los espíritus de malas intenciones, sin necesitar la compañía de su familiar.

Cuando Ophelia llegó a la academia se percató de que había llegado más temprano que Sabrina, por lo que merodeó encontrando a quien necesitaba, Nicholas Scratch, de nuevo.

—Necesito preguntarte algo, Nick.

—Me alagas, pero ahora no estoy de humor para tener sexo. —se burló el pelinegro, aunque a Ophelia sólo le había causado risa su respuesta.

—Yo tampoco, Nick. —Ophelia se le acercó tratando de intimidarlo y hacerle saber que hablaba en serio— ¿Es normal saber lo que alguien piensa involuntariamente?.

—Involuntariamente no, con algún hechizo, tal vez. —Nicholas mostró curiosidad cuando la chica frente a él se tensó ante su respuesta— ¿Acaso tú lo haces?.

—Necesito respuestas, y rápido. —el mujeriego se descoloco un poco al escuchar que la respuesta era positiva— Estoy desesperada, y si te soy sincera comienzo a asustarme.

—¿Por qué te asustarías?. —Sabrina preguntó a espaldas de Ophelia haciendo que esta se sobresaltara.

—Porque esta semana empezaré mis clases de conjuros, tal vez sean difíciles. Por eso le preguntaba a Nick cómo son. —se excusó, aunque en parte era verdad, si tendría esas clases nuevas— Por cierto, Sabrina te presento a Nick, Nick esta es Sabrina. Vamos tenemos ensayo del coro.

Ophelia hizo una rápida presentación y corrió hacia el salón de coro tomando a Sabrina de la mano. Un tanto nerviosa tomó su lugar regular, era bastante buena por lo que se acomodó atrás de Prudence quien era la voz principal.

—Ahora, Sabrina. ¿Puedes leer música?. —preguntó la señora Blackwood, esposa del padre, a Sabrina mientras le extendía la carpeta con las notas— Solo un verso o dos, para saber dónde colocarte.

Ophelia estaba lista para escuchar a su amiga con una sonrisa, sabía que la rubia cantaba de maravilla, mejor que ella, mejor incluso que Prudence. Cuando Sabrina comenzó a cantar todos cuchicheaban sabiendo que Prudence se molestaría por dejar de ser la mejor en el coro.

—Vaya, vaya. —dijo sorprendida la profesora— Prudence, creo que ya te llegó competencia.

Hey Ambrose! --> Ambrose SpellmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora