xiii. poor Sabrina

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POOR SABRINA__________________________________

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POOR SABRINA
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Por más que Ophelia quisiera quedarse a dormir en la academia para tratar de proteger a Sabrina, no podía. Tenía que terminar de leer el libro de Lilith lo más pronto posible, y no podía leer en la academia ya que Nicholas se llevaría una gran reprimenda si descubrían que le prestaba libros a alguien que no acordaba con su clasificación.

La chica llegó directo a su habitación, y comenzó a leer sin cesar. De pronto volvió a encontrar algo interesante Cuando la hija de Lilith desapareció se dice que una estrella murió, los poderes de la bruja su hija heredaría, al ser concebida por un mortal y una bruja inusual nacería Ophelia se asustó al contemplar la posibilidad de ser esa hija perdida.

Pero no había un solo chance, ella solo era una bruja común que vivía en un pequeño pueblo, con amigos mortales y unos pocos brujos, con un hermano y una madre, aunque no conocía a su padre.

Ese tema era un tanto delicado para ella, su madre siempre le contaba una maravillosa historia de amo, le endulzaba el oído con un cuento de hadas, y cuando Ophelia tuvo la edad suficiente para ver las cosas claras, su madre le lanzó una bomba, le dijo que él las había dejado ya que era un hombre casado y lo único que quería era que jamás lo buscaran para que no interfirieran con su vida al lado de sus hijos y esposa.

Eso a Ophelia le había roto el corazón, sabía que su madre tenía demasiados años de vida, para ser exactos 669 años, a pesar de ser tan sabía su madre se enamoró, tontamente consideraba ella. Laura Stanley siempre mantenía su vida privada, no le gustaba preocupar a nadie, trabajaba noche y día, si no hacía nada se volvía loca.

Aunque el trabajo le impidió estar ahí para los festivales de sus hijos, sus juntas y siendo tan olvidadiza cuando Ophelia era pequeña la había olvidado tres horas en la escuela, ahí supo que necesitaba ayuda con su hija, y para no preocupar a su hijo se mudó a Greendale, donde sus fieles amigas Hilda y Zelda se sentían encantadas de que su sobrina y la hija de su amiga fueran amigas.

Así fue como Ophelia se acercó tanto a los Spellman, y se sentía comodisima ya que al ser solo una familia de tres ahora se sentía acogida por los cuatro Spellman. Todos juntos eran ahora una familia.

Ophelia salió de su trance desechando la idea de ser la hija perdida de Lilith y continuó con su lectura, prestando atención a cada detalle mientras acariciaba a Volkran.

Las estrellas miraban entristecidas, incluso los ángeles habían sentido pena por Lilith, aunque sin poder obrar ellos habían seguido todos los pasos de la niña concebida por una bruja y un humano, cada vida que había tenido, su felicidad y tristeza, pero estaban seguros que en alguna de sus vidas se encontraría con su contraria y ahí se marcaría el fin del mundo.

Ophelia tenía ya demasiado sueño, los ojos le pesaban y solo leía por leer sin procesar o entender realmente lo que estaba en el libro, decidió acostarse dejando el libro en el piso y dejando a Volkran dormir en la almohada a su lado.

...

—¿Cómo te fue, Brina?. —Ophelia se preocupó cuando la rubia se acercó a abrazarla con lágrimas en los ojos- ¿Qué te hicieron?.

—Las hermanas extrañas, me quitaron a Salem.

—No te preocupes, vamos a encontrarlo. —Ophelia se molestó demasiado, ella ya había pasado por eso y las tres huérfanas merecían un castigo— Y hay que hablar con el padre Blackwood, urgentemente.

Resultó que el gato de Sabrina estaba en una jaula en posesión del señor Blackwood, y su pijama estaba en efecto en el baúl de Prudence. Ophelia era vengativa, pero cuidadosa con sus planes, sigilosamente cubrió las camas de las tres hermanas extrañas con polvo pica pica, era un método inofensivo pero sería suficiente.

Aunque no se iba a quedar así, cuando la clase de conjuros se termino la chica fue a la biblioteca, y encontró justo lo que buscaba, un hechizo -gallinas cacarentes- convertiría a las tres huérfanas en gallinas, desafortunadamente para su mala suerte el efecto no era permanente.

Cuando la noticia de que las tres hermanas de retorcían de comezón, tratando de alcanzar hasta el más profundo recoveco de sus cuerpos se extendió por la academia, Ophelia puso en marcha el plan. Salió hacia el bosque, cuando encontró un espacio plano, se encargó de trazar un pentagrama con tomillo, mezcló sus hierbas y recitó las palabras adecuadas.

Al llegar a su casa recibió una llamada de Sabrina, diciéndole que nadie sabía cómo devolver a las hermanas extrañas a su estado natural, ya que al parecer alguien las había convertido en gallinas, Ophelia había hecho eso para divertirse más que para darles un escarmiento. Pero se asustó un poco cuando su amiga le mencionó que ya ni siquiera el padre Blackwood podía regresarlas a su forma original.

Así que Ophelia con la esperanza de que todo funcionara, trato de revertir el hechizo desde su casa, sin haberle colgado a Sabrina para saber si daba resultado, cuando terminó con el improvisado hechizo de revertir, espero unos cinco minutos en la línea para que Sabrina le dijera que lo que fuera que había hecho si había resultado.

...

Ante su buen humor, Ophelia había decidido salir de la casa, con el propósito de ir a la librería del doctor Cerberus por una malteada de vainilla, la cual fue saboreando todo el camino hasta que llegó al local.

Al entrar se maldijo a ella y a su suerte ya que se encontró con Roz y Harvey, en este momento había roto la regla de verlos una ves al mes, y desafortunadamente para ella sus dos amigos ya la habían visto entrar.

—¡Lia!¿por qué no nos dijiste que vendrías?. —habló Rose animada mientras se acercaba para abrazar a Ophelia— ¿Y tu hermano?.

—Es que era una sorpresa, estaba a punto de ir con los Spellman. —Ophelia recordó que Sabrina debería estar en una feria por lo que pensó en no decir que iría con ella— Iba a pedirle el teléfono a la tía Zelda, ya que Sabrina no está. Pero, ¿cómo están ustedes?¿y Sus?.

—Nosotros estamos bien, respecto a Susie... ha estado mejor.

—¿Qué le pasó?. —pregunto Ophelia consternada ante la respuesta de Roz.

—¿Conoces a su tío Jesse?. Bueno eso no importa, el vive con el papá de Susie en la granja, y está muy muy enfermo. Susie dice que él vio algo en las minas, y que en serio lo perturbo mucho.

—Pobre, esperemos que se mejore la situación, para Susie y para el.

—Susie quiere que nos quedemos con ella mañana, su padre regresa hasta tarde.

—Yo voy. —Ophelia había violado su propia regla por segunda vez, pero sabía que debía corroborar que no sucediera nada tan malo.

Ophelia se lamentó tratando de ocultar que en realidad estaba preocupada, cómo ya había dicho Sabrina cuando asustaron a los chicos, las minas eran las puertas del infierno, de manera muy literal. La chica suponía que pudo haber visto algún demonio, pero para saber qué le sucedía necesitaba ver al tío de su amiga.

Se sentó con Roz y Harvey para tomar su malteada tratando de descifrar que podría hacer, tratando de no verse tan preocupada para no causarles más tensión a sus amigos.

Hey Ambrose! --> Ambrose SpellmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora