CAOS |: You're in the wind, i'm in the water
nobody's son, nobody's daughter
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La que estaba destinada a reinar al lado del diablo, Lilith era, pero la sed de poder de am...
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—Sabrina el vestido es hermoso. —fue lo primero que Ophelia pudo decir, un vestido blanco de novia, pero sencillo estaba colgado en el cuarto de Sabrina.
—Era de mi madre, lo uso cuando se casó con papá.
—Me encanta. Te verás preciosa con el Brina. —esas palabras intercambiadas templaron la molestia que tenía Sabrina con su amiga por la noche anterior.
Las dos chicas bajaron las escaleras de la habitación de Sabrina dirigiéndose a la cocina donde la madre de Ophelia y las tías de Sabrina discutían animadamente.
—Nosotras ultimaremos detalles para tu bautismo oscuro. Pero ya llame a tu escuela, y dije que tenías un terrible brote de urticaria.
—¿Qué?¿Por qué harías eso, tía Zelda?.
—El día antes de tu bautismo oscuro debes entrar en contemplación, debes leer tus versos satánicos.
Ophelia se desconectó de la conversación luego de escuchar a Zelda, comenzó a sentirse mareada y con un fuerte dolor de cabeza punzante, se levantó de la mesa con la excusa de ir al baño y subió hacia la habitación de Sabrina desesperada por encerrarse en un lugar.
Al subir a la habitación de su amiga su vista comenzó a nublarse, de pronto Ophelia sintió que se iba cayendo al recargarse contra la pared, de pronto estaba en el piso sin ver nada, quejándose de las punzadas en su cabeza que comenzaban a extenderse por su cuerpo.
De repente Ophelia no sentía dolor alguno, solo sentía frío, pudo ver algo, estaba en una habitación completamente blanca, excepto por una polilla la rodeaba, de pronto comenzaron a aparecer más y más polillas, y cuando estaba entrando en pánico por sentirse rodeada del aleteo todo se puso negro, por segunda vez no veía nada y repentinamente parpadeos de recuerdos, una chica similar a Sabrina corría desesperada por un bosque en camisón, mientras era perseguida, veía desesperación y duda.
En su tiempo inconsciente Volkran pudo sentir la desesperación de su ama, apareció en la casa Spellman y comenzó a chillar en un intento de que alguien lo escuchara y fuera a ayudar a Ophelia.
Ophelia sentía que dejaba de respirar cuando algo la sacudió de los hombros y la sacó de su trance, abrió los ojos y encontró a un temeroso Ambrose frente a ella, los esfuerzos de Volkran por hacer ruido habían dado resultados.
—¿Qué demonios Ophelia?.
—Algo no está bien Ambrose. —Ophelia se lanzó a los brazos del moreno tomando a Volkran es sus manos, y a diferencia de él abrazó anterior esta ves se había permitido llorar.
