SHIT
__________________________________—Linda, no te quiero alarmar. —Ophelia se alarmó en cuanto su madre la recibió con esas palabras— Te llegó un citatorio infernal.
—Mierda.
Fue lo único que Ophelia pudo decir, en su mente se veía quemándose en una hoguera, todo eso por ver a sus amigos, ella supuso que la habían descubierto en alguna ocasión visitando a sus amigos mortales.
—Te están acusando de ayudar a escapar a alguien solapando un incumplimiento de promesa. —Ophelia respiró cuando su madre le dijo eso, aunque la situación no mejoraba— Te están acusando de ayudar a Sabrina a escapar.
—Bien, lo solucionaremos.
—Y tiene que ser rápido mi niña, mis canas empiezan a notarse, —su madre se acercó a ella, para murmurar— y se me cayó un diente.
—No entiendo porque te castigan a ti, el supuesto crimen es mío. Las reglas me parecen injustas.
—Somos culpables, hasta que se pruebe lo contrario. No te preocupes, lo solucionaremos, siempre lo hacemos.
Ophelia habló con su madre sobre un abogado, Daniel Webster, un mortal que había hecho tratos con el Señor Oscuro y había salido mal. La chica subió a su habitación en un intento de distraer su mente, alimentó a la iguana y habló con ella poniéndola en su hombro.
—Me siento algo desplazado por ella. —dijo Volkran, algo molesto.
Cuando acariciaba a la iguana, tuvo de nuevo esa sensación, ahora la habitación en la que se había encontrado antes estaba repleta de polillas, tan llena que no lograba ver la pintura blanca del cuarto, y luego los flashes, cosas que ahora eran del pasado, o eso suponía ya que veía a Connor, rodeado de dos chicos con ballestas.
Cuando estuvo consciente de nuevo la iguana y Volkran se movían sobre ella tratando de ayudarla de alguna manera, la chica no sabía lo que le estaba pasando pero le asustaba de sobre manera.
Ophelia dejó a la iguana bajo su lámpara de calor, se despidió de Volkran dejándolo preocupado, y salió apresurada hacia la casa de los Spellman, esta vez tocó la puerta desesperada. Hilda le abrió y Ophelia pidió permiso para entrar en cuanto la tía de su amiga se lo permitió corrió por las escaleras hacia la habitación de Ambrose.
—¡Sucedió otra vez! No se que está pasando Ambrose.
—¿Qué está pasando otra vez Lía?. —pregunto Sabrina quien estaba con Ambrose, Ophelia no la había notado y solo dijo lo que pensó.
—Yo... yo recibí un citatorio infernal. Dicen que fui tú cómplice para escapar.
...
La chica castaña salía de la casa de los Spellman, se estaba volviendo loca, solo Ambrose y Nick lo sabían, pero no eran sus amigos, ni cercanos, si a caso lo podría ser Ambrose.
Ophelia no quería ir a su casa por lo que decidió ir por una malteada, lo único que la podía animar era la vainilla. Llego, tomo un cómic cualquiera y se sentó sola en una mesa de la esquina, pidió lo de siempre, una simple malteada de vainilla sin crema chantilly.
Cuando esperaba su malteada y estaba inmersa en su lectura sintió que alguien se sentaba frente a ella, levantó la mirada encontrándose a la señorita Wardwell, aunque muy cambiada, ya no lucia como una bibliotecaria retraída, emanaba seguridad y se había cambiado el peinado.
—Señorita Wardwell, hace un tiempo que no la veo.
—Lo mismo digo. —Ophelia se extrañó cuando su ex maestra trató de recordar su nombre sin éxito, pronto cayó en cuenta de que la había visto en el bautismo de Sabrina.
—¿Puedo preguntarle qué hacía en el bosque alrededor de las 12 en el eclipse?. —preguntó la menor sin mencionar algo sobre brujas, ya que no expondría así el secreto.
—Así que si fuiste tú quien me vio. Preferiría que eso quedara solo entre nosotras.
—¿Y que ganó yo?. —Ophelia se sorprendio al sentir una extraña familiaridad con la mujer frente a ella, ya que no la había sentido antes cuando era su maestra.
—Un pajarito me contó de tu citatorio infernal, y yo puedo ayudarte con eso.
—Bien, encárguese de que la juventud y vitalidad de mi madre vuelvan, también de que retiren ese citatorio. —Ophelia no preguntó el como ni él porque la ayudaba— Cuando haga eso tenga por seguro que no dire nada.
—Me agradas Ophelia Stanley, me recuerdas a una versión más joven de mi.
La señorita Wardwell se levantó de la mesa despidiéndose y en cuanto se fue, le entregaron la malteada a Ophelia, casi como si huevería previsto que eso iba a suceder. La chica disfruto de su malteada, con un peso menos encima.
Su problema se había solucionado relativamente pronto, o eso pensaba la chica desconociendo que este era el principio de la tormenta. Ya que desde las profundidades del infierno, el Señor Oscuro sabía todo y planeaba que la profecía de las dos chicas polos tan opuestos se cumpliera.
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Hey Ambrose! --> Ambrose Spellman
FanfictionCAOS |: You're in the wind, i'm in the water nobody's son, nobody's daughter ͎. 。˚ ° ⊹ ˚. La que estaba destinada a reinar al lado del diablo, Lilith era, pero la sed de poder de am...