Una historia más: Accidente

22 11 28
                                    

Como era costumbre, Carlos se encontraba en su camerino calentando para salir al ensayo. Escuchó unos golpes en la puerta solicitando entrar, y era Diego. Este no dijo nada, lo vio avergonzado, pero tampoco pidió disculpas. Carlos tampoco dijo nada, y se quedaron en silencio mientras Diego sacaba una caja con cables de sonido que se necesitaban para comenzar el ensayo. Casi cuando iba a salir del lugar, Diego, se detuvo y dijo:

"Es evidente que esto no tiene vuelta atrás. Lamento no controlarme ayer por la noche, pero también estoy seguro de que lo que se rompió ayer no tiene reparación. Así que lo siento y entiendo las consecuencias. Hagamos que nuestras diferencias no afecten al equipo. Te pido que seamos profesionales en nuestro trabajo y demos lo mejor de nosotros por el público. Una disculpa. Y de mi parte, pondré lo mejor para que todo salga bien."

Al terminar de hablar, se fue sin esperar la respuesta de Carlos.

Carlos se quedó paralizado. Sabía que debía hablar con Diego, contarle todo sobre María, pero no tenía valor. El mismo Diego le acababa de decir que su amistad estaba acabada, y si le confesaba todo, no existiría posibilidad alguna de que su amistad pudiera rescatarse.

Ambos chicos dieron lo mejor de sí para que el ensayo fluyera de la mejor manera, pero los problemas personales se veían reflejados en las escenas. Varias veces la producción les pedía que se concentraran. La tensión era evidente, pero nadie entendía la razón. El ambiente se sentía pesado, y la incomodidad se estaba transmitiendo a todos los actores. La productora propuso hacer una pausa, darles un tiempo libre para que se relajaran y gritó a la producción que dejaran todo lo que estaban haciendo y se dieran unos minutos para descansar.

*****

Uno de los ayudantes novatos ató rápidamente una de las escenografías que se encontraban colgadas arriba del escenario, sin tener las medidas de seguridad correctas para detenerse. Después de un rato de descanso, la productora llamó a los actores a subir al escenario en parejas porque quería realizar un ejercicio para generar en ellos complicidad. Sin embargo, cuando les pidió a los actores principales que subieran al escenario, la escenografía que se encontraba mal atada se les fue encima. Carlos y Luz quedaron atrapados por una madera pesada que rápidamente fue removida por el grupo de actores y técnicos. Ambos chicos fueron llevados a revisión médica y, lamentablemente, Luz no podría dar la función, ya que había sufrido varias fracturas. Carlos, aparentemente, se encontraba sin muchos daños, solo algunos raspones.

La productora, al enterarse de que Luz no podría actuar esa noche, enloqueció, ya que no había contemplado quién pudiera suplirla. Un día antes había autorizado a la suplente para que se tomara unas vacaciones, y la actriz se encontraba en un avión rumbo a París. Todos estaban a la espera de que cancelaran la función de esa noche, por el hecho de que era imposible que alguien supiera todas las líneas de la protagonista. Sin embargo, Diego, ante todo ese caos, encontró la solución que más le beneficiaba a él: "Anie podría dar la función, la ha visto y conoce la obra igual que nosotros." Él sabía que era el pretexto perfecto para hablar con la chica.

Productora: Pero ella no es actriz, dijo, descartando la idea de inmediato.

Diego: Sí, lo sé, pero podría intentarlo.

Productora: Esto es una locura y lo sabes, terminó la plática la productora.

Carlos: ¿Creen que funcione? Dijo el chico que se encontraba aún en revisión con un paramédico.

Productora: Podemos intentarlo.

*****

Productora: Hola, Anie, soy Carmelita, la productora de teatro -dijo la mujer, la cual había decidido hacerle una llamada y poner el altavoz.

Una historia MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora