❝ Cada individuo en el vasto universo tiene un destino único, lleno de obstáculos y desafíos. Para Jungkook, este destino tiene un nombre: Lys. No importa cuán difícil sea el camino, Lys es su faro en la oscuridad, su guía en la confusión y su refug...
En muchos momentos de mi vida, el pasado en mí presente ha sido mi peor enemigo y querer borrarlo es un deseo egoísta; pero, lamentablemente el tiempo lo devuelve todo y de formas misteriosas. Una noche cuando regresaba a casa, escuché mi móvil sonar repentinamente desde la parte trasera de mi pantalón .
Sabía bien que Taehyung no era, porque estaba ocupado con su tesis final de investigador forense; y a pesar que estaba en la recta final de su carrera, trabajaba al mismo tiempo en la agencia privada del F.B.I, gracias a los contactos que su padre tiene en la ciudad. Así que tiempo, era lo que menos tenía. Y Lys me escribió más temprano, aunque estaba ocupado con los “negocios” del señor Khan, pero me las ingenié para decirle que cuando estuviera libre le escribiría.
Pensaba hacerlo una vez estuviera en casa, más precisamente bañado y en la cama. La comodidad ante todo por supuesto. Pero dado que ya eran más de dos de la madrugada, no iba a molestarla hasta la mañana siguiente.
Eran los únicos que tenían mi número privado; ya que para los asuntos laborales me empeñaba en hacerlo personalmente. De todos modos me preocupé y para mi pesar, tenía un mal presentimiento. Así que tenía que hacerlo. Entonces cuando logré sacar el móvil, noté en la pantalla una llamada de un número desconocido. Dudé. No voy a mentir.
Sin embargo, cuanto más ignoraba este tipo de llamadas, más llegaban con el transcurso de los días. Lo sabía muy bien ya que, no era la primera vez. Resople antes de contestar.
— ¿Hola?
— Hola, ¿Jungkook? —detuve mi andar. Mi corazón se encogió, cuando reconocí su voz. Se me hizo un nudo en la garganta, no me salían palabras para responderle. — Mi vida ¿Estás ahí? Por favor respóndeme. —la escuché decir. Miles de cosas vinieron a mi mente, y con ello un corazón dividido nuevamente. Tenía una emoción infinita por decirle que la extraño tanto, que la necesito; pero, siendo honesto, todavía me sentía traicionado y abandonado por la manera en cómo se dieron las cosas con ella. Ambos aspectos me resultaban igual de difíciles y confusos de asimilar. Me obligué a guardar silencio. — Sé que me escuchas, soló dime que estás bien. — pasé saliva, ni siquiera tenía valor de cortar la llamada; su preocupación sonaba genuina. — Jungkook dime, ¿En dónde estás? Prometo no decir nada a nadie. —me quedé tieso al oírla decir aquello, los vellos se me erizaron, pero me negué a volver a sentir dolor. Saqué fuerzas de donde pude y corté su llamada sin mediar palabra alguna.
De pronto me sentía bastante enfadado y también decepcionado. Me ardía el estómago del coraje, porque no me había sentado nada bien esa llamada. Sacudí los pensamientos totalmente frustrados y continué mi regreso a casa.
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