Mi Destino Lleva Tu Nombre.

Capítulo XXIII

[ Un golpe de suerte ]

Jungkook

Era una noche como ninguna otra. Me encontraba en la "Cumbre de la Elite", un evento que reunía a personas de la más alta sociedad. Todo a mi alrededor era deslumbrante y exorbitantemente caro, desde la ropa que la gente llevaba, hasta las botellas de champán que se descorchaban a cada instante.

Pero a pesar de todo eso, yo estaba allí por una sola razón: Lys. Mi novia, mi roca en medio de este mar de extravagancia. A su lado, todo lo demás parecía desvanecerse. Su risa era la melodía que prefería escuchar por encima del bullicio de la fiesta.

A pesar de eso, no podía evitar sentirme un poco fuera de lugar. No estaba acostumbrado a este tipo de eventos, a esta ostentación. Pero había aprendido del pasado que lo importante no era lo que llevabas puesto o lo que bebías, sino cómo te sentías por dentro.

Así que, a pesar de todo, decidí disfrutar de la noche. Bailamos, reímos y por un instante, me olvidé de mis preocupaciones y simplemente me dejé llevar por la música y la compañía de Lys.
Después de bailar por un buen rato, decidimos tomar un respiro. Nos dirigimos a la barra, un sitio que parecía un oasis de tranquilidad en medio del bullicio de la fiesta. Lys se deslizó en un taburete detrás de la barra, su espalda contra la madera pulida. Las luces parpadeantes del salón jugaban en su rostro, creando un mosaico de sombras y luces, mientras observaba a la multitud con una mirada pensativa.

- ¿Segura que no quieres beber algo más? -pregunté, ella negó con la cabeza, su atención estaba fija en la pista de baile.

- Estoy bien con mi Daiquiri de sandía, fue difícil para ellos conseguir una bebida sin alcohol. -me responde cerca de mi oído. Asentí no muy convencido; yo ya llevaba dos copas de Manhattan. El líquido ámbar en mi vaso parecía brillar con una luz propia bajo las luces de neón. El sabor fuerte y ligeramente amargo del cóctel, era un contrapunto perfecto para la dulzura de la noche. A pesar de la euforia de haber bailado con mi novia, había una especie de serenidad. Y en ese instante, todo parecía perfecto. La música vibraba en mis oídos, una melodía suave que se mezclaba con el murmullo de las conversaciones y risas.

- Lys. -la llamé, su nombre se deslizó en mi boca. Ella se giró hacía mí, sus ojos brillantes me miraron bajo las luces del bar. - ¿Te gustaría tomar alcohol de una forma diferente? -le pregunté.
Ella me miró bastante confundida. Sabía que Lys no bebía alcohol, pero pensé que tal vez estaría dispuesta a experimentar un poco esa noche.

- ¿Diferente? - preguntó. - Jungkook, sabes que no bebo alcohol. - me aclara, pero había una chispa de curiosidad en sus ojos.

- Lo sé mi vida, pero será una experiencia distinta. -le señalé mi boca. Su expresión cambió a una de sorpresa, sus ojos se agrandaron un poco, pero sé que entendió la indirecta. Mi corazón estaba latiendo con fuerza en mi pecho. No sabía cómo reaccionaría, pero la idea había estado rondando en mi cabeza durante toda la noche. - Sí no te gusta, me lo dices. -dije con mi voz firme.

Ella pareció considerarlo por un momento, mirando el líquido ámbar en mi vaso.

- Está bien. -me responde finalmente. Me acerqué más, aparté sus piernas que estaban cruzadas, y me coloqué entre ellas.

-¿Confías en mí? -le pregunté, mirándola a los ojos. Ella asintió, con una pequeña sonrisa jugando en sus labios. Eso fue todo lo que necesité. Tomé un trago de mi bebida, dejando que el líquido ardiente se deslizara por mi garganta. No lo tomé todo, mantuve solo un poco en mi boca. Incliné mi cabeza hacia la suya y me aproximé lentamente a sus labios.
Lys entendiendo mi acción, abrió su boca para mí. Luego nuestros labios se encontraron en un beso suave y dulce, mientras dejaba correr el líquido en su boca. La sensación fue excitante, pues el sabor del alcohol se podía sentir entre aliento mezclado con el Daiquiri de sandía. Fue una experiencia nueva, emocionante y un poco atrevida, pero por la sonrisa en su rostro cuando nos separamos, supe que había tomado la decisión correcta.