Sinopsis

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— ¿Tengo su sangre en mis manos? —declaró Lys, sin quitar la mirada de sus manos temblorosas. La culpa que sintió en ese momento fue tan real como su propia declaración.

— Mírame —se acercó a ella, tomando sus frías mejillas con ambas manos, tratando de buscar en su mirada a aquella dulce chica de antes, intentando y luchando por mantenerla consciente. Al joven Jungkook se le estrujaba el corazón al verla perdida y envuelta en tan grave situación. Quería en lo más profundo de su ser tener el don de hacerla olvidar, porque sabía que Lys no iba poder hacerlo sola. Aquella escena era espantosa. — No es tú culpa. Era él o nosotros —captó por fin su atención con sus palabras.

— Yo... no...

— ¿Estás lastimada? —la interrumpió.

— No, no... lo sé. —contestó demasiado asustada. Conocer en pocos minutos cuáles serían sus destinos fue demasiado para ella. Lys empezó a derramar algunas lágrimas, preocupada por el futuro de ambos.

— Tenemos que irnos, no es seguro seguir aquí. —Jungkook tomó una de las manos de Lys, para sacarla de aquel sitió. Su mente había traído imágenes del pasado, que lamentablemente no lo hacían sentirse orgulloso. Las decisiones tomadas por rebelarse en contra de su padre, lo habían orillado a su propia ruina y oscura vida. Eso lo iba perseguir siempre, porque todo lo que él amaba, terminaba en destrucción. Todos sus sueños, acababan mucho antes de empezar. Ese era el karma que lo seguía a donde quiera que fuera; hacer cenizas de los cadáveres que dejaba sin mirar atrás, era como una terrible niebla en su camino difícil de disipar.

¿Ese era su destino final?

¿Era la cárcel lo que el destino les tenía reservado? No podían ni imaginarlo. Todo sucedía tan rápido ante sus ojos. Corrían juntos por un oscuro callejón, intentando escapar. Esa noche, parecía que les resultaba difícil desaparecer sin ser vistos. En un momento, algunas personas los vieron, llamaban demasiado la atención. Jungkook bajó la mirada a sus ropas, estaban salpicadas de sangre, no había forma segura de seguir adelante al ver a tantas personas en pleno horario pico.

Jungkook tomó nuevamente la mano de Lys, con la intención de adentrarse en un sendero aún más peligroso. Pero no le importó, quería llegar a su casa y deshacerse de la ropa que los incriminaba. Después, pensaría en cómo huir del país con ella.

De repente, unas luces cegaron a Jungkook, deslumbrando con su intensidad.

— ¡ALTO, POLICÍA! —gritaron unos uniformados, apuntándoles con sus armas. Una multitud de patrullas los había rodeado en cuestión de segundos. El sudor recorría la frente de Jungkook, nervioso y ansioso. ¿Cómo era posible que hubieran llegado a ellos tan rápido? Se preguntó.

— ¡TIENE UNA REHÉN, NO DISPAREN! —escuchó otra voz lejana que advertía a los demás. En ese momento, las palabras del padre de Jungkook cobraron sentido para él. Una frase que lo marcaría de por vida: "Las cosas empeoran siempre antes de que mejoren".

Jadeante y sin aliento por correr en busca de su libertad, se giró para ver a Lys. No podía creer lo que veía. Aquella joven chica a la que apenas conocía, estaba allí junto a él, como cómplice de toda esa locura. Su cabello largo y despeinado, su rostro sucio de sudor; la ropa con evidencias de suciedad, con el pecho agitado intentando respirar para que llegara aire a sus pulmones, con sus ojos vidriosos y sus manos frías que todavía se aferraban a las de él. La quería demasiado y no era justo para ella un final así.

Entonces, tomó una decisión. — Lo siento por todo esto —murmuró Jungkook con el corazón en un puño. Los policías se acercaron cautelosos hasta ellos, con la amenaza de dispararles si intentaban algo que los lastimara.

Pero Jungkook fue más rápido. Giró a Lys para tener su espalda contra su pecho; su mano la tenía por el cuello y con la otra sostenía un cuchillo sobre la yugular de ella.

Su destino estaba sellado desde ese momento. Un malvado destino que conspiraba contra ambos, tejiendo una red de engaños, mentiras y una sed de venganza, que traía angustia para aquellos que se atrevían a amar en medio de un conflicto, del que ellos eran ajenos y desconocidos.

¿Estás preparado para un viaje desafiante y romántico entre el amor y el destino? ¿Estás listo para enfrentar las pruebas que el destino les tiene preparadas? ¿Podrán superarlas y encontrar la felicidad que tanto anhelan? 


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Mi Destino Lleva Tu Nombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora