Capítulo VIII

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[ Todo es por ella ]

Jungkook

Tenía que conseguir dinero extra. Así que hice una llamada; y en poco tiempo tenía previsto un torneo de cinco asaltos en tan solo una noche. El premio era de ciento cincuenta mil dólares. Para nada rechazable.  

Todo había surgido de una necesidad básica, la cual consistía en hacer algo al respecto en mi casa; me gustaba la idea de que Lys fuera a visitarme, lamentablemente tengo carencias visibles en todos los espacios del sótano y llegados a ese punto, no era una estrategía que funcionará para hacerla sentir cómoda.

Cuando llegó el día de la pelea; Taehyung no podía estar esa noche acompañándome; a pesar de que él fue quién me consiguió un lugar dentro del torneo, al no poder asistir por asuntos de trabajo; fui a buscar a Nilsson.

Nils no sabía de mis jugadas ilegales, así que para cuando se lo expliqué, su expresión fue digna de hacer un meme. Su mandíbula rozó el piso cuando entró al muelle ocho, estaba totalmente asombrado al ver la muchedumbre dispersa, preparados para ver otro espectáculo de baño de sangre.

Cuando todo comenzó, Nils se quedó cerca del cuadrilátero. No quería perderse ningún segundo de la pelea, ya que aún no creía que fuera posible verme en acción, nunca lo había mencionado, ya que era parte de mi privacidad. Él se jactaba de ser un luchador nato del kickboxer, invencible, tema del cual no sabía si era cierto; sin embargo, esta presentación era una buena oportunidad para animarlo a que muestre en algún momento su destreza sobre el ring.

Las primeras cuatro peleas las vencí en tiempo, pero ninguno de mis contrincantes me puso fácil la oportunidad de derribarlos con mi gancho derecho bajo la costilla, hasta que comencé a mover las piernas para confundirlos y con un Uppercut de izquierda, busqué con éxito impactar en la barbilla. El último rival fue duro de vencer, y aunque tres veces cayó al piso con mi gancho, siempre encontraba la forma de levantarse, tambaleando como si nada para seguir el combate. Sufrí un fuerte golpe de martillo poderoso, que impactó en mi cabeza y que me había dejado un poco perdido unos segundos. El recinto a esas alturas era un invernadero insoportable por el calor, pero después de evaluar los minutos que quedaban, intente un jab para mantener la distancia y encontrar su punto de debilidad. Cuando lo encontré, después de recorrer entre golpes, me acerqué de manera circular, engañándolo hasta que di un salto desde arriba, propinando un golpe bolo, lanzando el brazo con presión para derribarlo.

¿Resultado?

— Uno, dos, tres, cuatro… —comenzó a contar el árbitro mientras mi oponente seguía en el piso, intentando levantarse. — ¡ESTÁS FUERA!

— ¡El novato Jungkook, termina con el combate y se queda con el premio! —anuncian desde los altavoces.  
Al terminar fui hasta los vestuarios acompañado por Nilsson, quién hasta el momento no me había dicho nada al respecto. Me sentía agotado, con dolor muscular por soportar en parte el intenso calor que se sentía arriba del ring. El muelle estaba alojado dentro de una mina abandonada, que un magnate viejo se había apropiado por más de ocho años y que de la misma, hacía este tipo de “eventos” para su diversión y entretenimiento.

— ¿Te dicen el novato de pantalón negro? —habló por fin Nils, pasándome una bolsa de hielo. Me había sentado para recuperarme un poco, después de estar tres horas bajo el control del torneo.

— Sí, ese fue el apodo que me dieron aquí cuando llegué por primera vez.

— El que pensó que te quedaba bien: “el novato” tiene poca creatividad; me sorprendiste mucho con todos esos golpes tan precisos. No te impacientas, eres meticuloso, no eres de lanzarte de primeras, no sin antes pensarlo bien. Me gusta eso. —me señaló con el dedo índice.    

Mi Destino Lleva Tu Nombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora