Capítulo XXI

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[ A media noche, en el umbral de los sueños. ]

Jungkook

Una idea loca cruza mi mente. En realidad, en todo el camino de regreso me lo imaginaba. Es tan absurda que no puedo evitar sonreír, pero cuanto más la considero, más lógica parece tener.

— ¿Qué te parecería si nos duchamos juntos? — suelto sin pensarlo. Tan pronto como las palabras abandonan mis labios, me doy cuenta de la propuesta que acabo de hacer. ¿Acabo de sugerir que compartamos la ducha? Siento cómo mis mejillas se encienden, pero antes de que pueda retractarme, Lys responde con otra pregunta.

— ¿Qué? —me siento como un idiota.
— No lo malinterpretes, Lys. —respondo, intentando mantener la calma. — Solo será una ducha. —Intento aligerar la tensión con palabras humorísticas, tratando de salir del aprieto en el que me he metido por no pensar antes de hablar. Mi subconsciente siempre me juega malas pasadas.

Tras sugerir la idea de compartir la ducha, decidí ser el primero en entrar al baño, mi santuario personal de burbujas y espuma. Lys, por su parte, se ofreció a buscar ropa limpia. Aunque sabía que no se uniría a mí en la ducha, su gesto era algo que ya había aprendido a esperar de su carácter.

El vapor comenzó a llenar el pequeño cuarto, creando un ambiente más cálido que un día de verano en el desierto. Me despojé de mi ropa y entré en la ducha, dejando que el agua cayera sobre mí como una cascada refrescante.
Mientras me bañaba, podía oír a Lys en la otra habitación. El sonido de sus pasos, el abrir y cerrar de los cajones, era como una melodía que me recordaba que no estaba solo. Me tomé mi tiempo, disfrutando del agua y del momento de tranquilidad.

Cuando terminé, me envolví en una toalla y salí del baño. Lys ya había dejado la ropa limpia sobre la cama. Aprovechando que ella no estaba, me vestí rápidamente y luego salí de la habitación, encontrándola en la cocina.

¡Qué predecible era mi Lys!

— Preparé algo ligero para cenar. —dijo, con una sonrisa que podría iluminar una habitación oscura. Aunque era un pretexto, aprecie su esfuerzo.

— Gracias, ya está disponible el baño para que lo uses. —le mencioné. Ella asiente con las mejillas teñidas de rojo. No puedo evitar dejarme llevar por una carcajada, porque entendía bien el motivo por el que no entró al baño.

De todos modos, lo dejé pasar, y mientras ella se duchaba, yo preparaba la mesa para los dos. Poco tiempo después, aparece con su pijama de dormir y con su cabello húmedo. Se veía adorable.

Sacudí mis pensamientos y la invité a sentarse a comer. Disfrutamos de la comida y de la compañía del otro. Mientras me llevaba a la boca una porción de ensalada de pollo, la veía con tanto anhelo. Pensé en lo afortunado que era; a pesar de las dificultades del día, tenía a alguien que se preocupaba por mí. Y aunque Lys no había tomado una ducha conmigo, su presencia había sido un bálsamo para mi cansancio.

A pesar de los momentos agradables que comparto con Lys, me he encontrado lidiando con una serie de eventos inquietantes. Desde el incidente en el baño, no he podido dormir bien. Cada vez que cierro los ojos, las imágenes vuelven a mí, nítidas y vívidas como si estuvieran sucediendo justo frente a mí.

El descubrimiento aterrador nos dejó a ambos temblando. Sin embargo, esa noche, cuando Lys llamó a la policía para informar del cuerpo que había encontrado, mi primer pensamiento fue, mi padre. Le pedí a Lys que mintiera, que no mencionara que yo la había ayudado. No quería involucrarme, no quería que mi nombre apareciera en los titulares de la prensa.

No era miedo lo que sentía, sino una elección. Había elegido vivir cerca de Lys. Así que me quedé en las sombras, fuera del radar de la policía, vigilando a Lys. Quería asegurarme de que estuviera bien, de que estuviera a salvo. Aunque no podía estar a su lado, no podía dejarla sola en esto.
A pesar de las circunstancias, a pesar de centrarme en el miedo y la incertidumbre, vivo la vida que estoy viviendo ahora. No ignoro la realidad de la situación, pero tampoco permito que me consuma. La muerte es una parte de la vida, pero no es toda la vida. Y mientras esté vivo, elegiré vivir plenamente, con valentía y determinación.

Mi Destino Lleva Tu Nombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora