Capítulo 13

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¿Dolor? Sí, sé de qué trata este sentimiento

Camy

Al colgar el teléfono fijo de casa me sentía la persona más cruel y despechada de todas

Aún no podía creer que le había dicho todo eso sin anestesia a Jones a pesar de que él solo quería ayudarme con los gastos de mi familia

Pero no podía aceptar ese dinero. Yo no lo quería solo para que me pagará todos los gustos y problemas que tuviera

Yo debía trabajar y llevarles el dinero a mi familia. A fin de cuentas la culpa es mía, yo fui la que causó todo esto

No es justo que ahora venga Jones y me pague todas y cada una de mis deudas. No lo merece

—hija, ¿y esa cara? No me digas que...—se calla de pronto porque incluso ella misma sabe la respuesta a esa insinuación

—aún no tengo empleo mamá, es eso—contesto a pesar de que ya todos debían saberla mejor que nadie

—¿y a qué esperas? El dinero no cae de los árboles—va a la cocina para preparar un café y unos bocadillos para la cena

—lo sé, pero tranquila, he visto varios locales y algunos están disponibles y buscan personal—sé que debería sonar entusiasmada por el nuevo empleo o que al menos, no vamos a morir de hambre y no nos van a echar de casa 

Pero la realidad es que odio el trabajo porque no es lo que yo quiero. Mi sueño es ser una gran pintora y no una camarera de un café

—menos mal, ya me tenías muy preocupada con ese tema. Al fin todo volverá a ser como antes

—si mamá, dentro de poco

—¡hija! Tienes teléfono—grita mi padre desde la sala y en ese instante el único nombre que se me viene a la cabeza es: Jones

¿Qué le habrá pasado? Le dije que no llamará de vuelta

—ya voy, solo unos minutos—le respondo caminando apresurado hasta donde está el teléfono y al ponerlo sobre mi oído para escuchar a la otra persona en la línea definitivamente no me esperaba una voz de mujer

—hola, ¿eres Camy?—me pregunta con educación y por un momento pienso en colgarle y decirle que está equivocado pero algo, una intuición, me dice que debo escucharla

—si soy yo, ¿qué pasa?—tengo el corazón latiendo desbocado dentro de mi pecho esperando su respuesta. No sabía cómo logró conseguir mi número pero a pesar de ello, tenía un mal presentimiento

—Jones acaba de tener un accidente. Está en el hospital cerca del parque en Francia, ¿puedes venir?—al salir esas palabras de su boca siento que el mundo se me viene encima y para rematar, un fuerte dolor en el pecho se hace cada vez más fuerte

No podía haber escuchado eso. Debía tratarse de un error. Él no...no podía haber sufrido un accidente

Me dolía la cabeza al mismo tiempo que comenzaba a ver borroso y todo a mi alrededor daba vueltas. No podía tener un ataque de pánico justo ahora que Jones me necesitaba

—¿qué? ¿De verdad?—me sorprende de que no me falle la voz al hablarle porque la verdad es que estoy muy mal, creo que en cualquier instante caeré al suelo

—si Camy, por desgracia, pero ¿podrías venir tú sola hasta acá? Si quieres hablo con Boris para que te vaya a buscar, serán solo unos minutos—sigue hablándome de mi y como le van a hacer para llevarme pero no soy capaz de hacerle caso, mi mente está allá en Francia pensando en mi Jones

Las grietas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora