Las grietas de un corazón roto

Capítulo 16

Todo inicio tiene un final

Jones

Al soltar esas palabras el rostro de la chica frente a mi se pone pálido y con los ojos bien abiertos como platos

¿Quién era ella? ¿La conocía acaso?

¡Pues claro que no! ¡Es de locos!

—¿qué? Soy Camy, tu novia...o al menos lo era—dice con la voz apagada y por un momento pienso en decirle que se trata de una broma porque verla así de triste me parte el alma en dos pero no puedo. Sería hacerle más daño e ilusionarla con algo totalmente imposible

—no...no te recuerdo, lo siento—le digo con sinceridad para después observar como de sus ojos comienzan a surgir lágrimas y sus mejillas se ponen coloradas

Está destrozada

—pero...pasamos mucho tiempo juntos. ¿Cómo puede ser posible? ¿Es por el accidente...?—pregunta dolida con miles de ideas negativas por mi declaración. Soy un imbécil

—no lo sé, de verdad que no recuerdo nada. ¿Acaso tengo casa, padres?—le pregunto acercándome en su dirección lentamente pero antes de que pueda tocarle un brazo o simplemente rozarle un dedo la acción es inmediata: retrocede muy lejos de mi cuerpo

Cómo si fuera algo dañino o la peste. O también como si quemara

—si tienes padres, e incluso casa pero...no te me acerques. Si dices que no me conoces más vale que estés lejos de mi. Vete—ordena intentando sonar firme pero la voz le traiciona y se puede notar a simple vista que está sufriendo

¿Quién es esta chica y por qué parece tan importante para mí?

—ese es el problema. Sé que eres una desconocida y que debo alejarme de ti  pero no puedo hacerlo, algo me dice que tengo que estar contigo. Siento a tu lado...paz—expreso con total sinceridad lo más raro e inusual que me ha pasado en la vida pero que, al mismo tiempo es genial sentirme así como me siento cuando estoy a su lado

—pues no es mi asunto. Tienes que irte con tu banda y tu manager. Te deben estar esperando, no quiero retrasarte—hace el intento de irse del lugar hermoso al que me trajo o que yo la traje, no estoy seguro, pero no la dejo ir. La tomo del brazo y la pego a mi cuerpo lo más posible para que no pueda huir de mi. No lo permitiría

Ni hoy ni nunca

—¿banda, manager? ¿Puedes explicarme? No estoy entendiendo nada de esta situación—me acerco a su rostro intentando besarla y forzar que los sentimientos ocultos resurgan pero es en vano. En último minuto gira la cabeza quedando así mi rostro al aire como un estúpido

—no hay nada que entender, Jones. Te hemos perdido, tal vez para siempre. Yo te he perdido, y no puedo hacer nada por ti e intentar ayudarte—llora con más fuerza haciendo que mi corazón se estruje en frustración por verla así de triste. No merece pasar por esto aunque la vea cómo una desconocida y no como mi novia o amiga cercana

Es horrible

—pero...llévame de vuelta al hospital, ellos deben saber que ha pasado. Por favor, yo también estoy preocupado—le ruego y al ver un asentimiento de cabeza puedo respirar con un poco de normalidad. Tenía que ir allí antes de que pudiera ocurrir una desgracia con esta pérdida de memoria repentina

—vale, yo también quiero saber que ha ocurrido. Estabas tan bien hace unas horas...¿por qué a mí?—lo último lo dice más para sí misma y bajito pero que de igual manera me es imposible no oírla. Me pongo en su lugar y no debe ser nada gracioso que de la noche a la mañana la persona que más amas pierda la memoria y no tenga ni idea de quién seas