Las grietas de un corazón roto

Capítulo 5

Sigue tus sueños, jamás te rindas

Camy

No podía creer lo que estaba haciendo. Me iba a llevar a la galería de arte después de decirle a mis padres que no iría

Aunque claro, era un riesgo que tenía que tomar solo para alcanzar mis sueños

Si no lo hacía, tal vez nunca hubiera conseguido otra oportunidad y eso no me lo podía permitir

Era todo un privilegio al ser una de las pintoras que exponía sus obras en esa galería tan profesional y de gente importante como esa

A pesar de que me haya dedicado el concierto y me enojé con él lo deje pasar. A fin de cuentas me llevará a esa galería

—¿puedes borrar esa sonrisa estúpida de tus labios? Solo es una galería—dice Jones un tanto molesto por mi reacción. Es que, ¿él nunca pasó por nada de esto?

¡Es obvio que uno debe estar emocionado por algo así!

—lo siento, es la primera vez que asisto a algo así y siento muchos nervios. No quería molestarte—le respondo mirando por la ventana de su lujoso auto viendo los árboles y las personas pasar a nuestro lado

Es muy relajante

—no me molestas, pero la verdad prefiero que hables de algo a qué te pases todo el viaje con esa sonrisa. Parece que quieres matar a alguien—pronuncia sus palabras mirando en mi dirección y no puedo evitarlo, una carcajada sale de mi boca antes de que pueda retenerla

—¿tan mal es? No me había dado cuenta. Lo siento—me disculpo secandome las lágrimas que causó las risas y me dispongo a mirarlo. Es muy lindo con la luz de la Luna reflejada en su rostro

—no te disculpes. Ahora, ¿de que quieres hablar? Porque algo debes decir ¿no?—pregunta divertido y hasta ahora, no me había dado cuenta de unos pequeños hoyuelos en sus mejillas cuando sonríe. Es demasiado tierno

—pues...—digo más para mí misma y de repente, no tengo nada que decir. Algo extraño, teniendo en cuenta de que me la paso hablando como por cinco personas—¿cómo empezaste con la banda?

—que fácil, Camy. Pensé que optarías por algo mejor pero es tu pregunta y la responderé. Solo fue un día como cualquier otro y ese hombre, mi manager, acudió a nosotros en un pequeño bar y nos dió la oportunidad. Según él teníamos talento—me encanta oírlo hablar de su vida, y no es porque sea un famoso de una banda popular, sino por su forma de contarlo y expresarlo

Me gustaría yo también causar lo mismo

—eso es muy bueno, a mi nunca se me acercaron y me dijeron: "oye que talento, ¿vienes con nosotros?" creo que desde pequeña sabía mi lugar ¿sabes?

Al decir esas palabras en alta voz siento que un peso se va de mi cuerpo. Lo había guardado toda mi vida y ahora, se lo había contado a un completo desconocido

Pero solo él niega con la cabeza y me toma de las manos para que lo observé con atención

—no lo creo, eres muy talentosa sino no hubiesen puesto tus pinturas en esa galería. Debes darte tu autoestima Camy, nadie lo hará por ti—sus palabras son como un puñal en el pecho y no porque duela, sino porque es verdad. Toda mi vida me he puesto por debajo de los demás sin darme mi verdadero lugar

No era de hacerme la mejor, pero tampoco tan debajo. Tenía que tener un poco de autoestima

La que no tenía, claro