Extra

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Sin solución

Jones

Acababa justo ahora de salir de la empresa donde hacia música con mi banda y tenía muchas ganas de llegar a casa para ver a mi familia

Extrañaba demasiado pasar un rato con ellos, todos juntos en la casa viendo la televisión y comiendo palomitas pues, el trabajo me roba mucho de mi tiempo y por desgracia, no puedo hacer más

Es la dedicación de la música. Imposible de dejar

Por esa razón, me apresuro lo más que mis pies permiten e intento llegar lo más rápido posible a nuestro apartamento para darles una enorme sorpresa

Sin embargo, no puedo ni siquiera cruzar la calle delante de mis ojos porque mi teléfono comienza a sonar avisando que tengo una llamada entrante y de un número que no tengo en mis contactos

Raro pero teniendo en cuenta lo tanto que me pasa a menudo, no le tomé importancia

Descuelgo el celular cuando lo saco de mi bolsillo y con voz neutra pronuncio:

—¿diga?—del otro lado de la línea hay un silencio raro, como si fuese una mala broma, hasta que se oye una voz ya muy conocida por mí y con consecuencia, mis alertas se activan

Mierda, ¿ahora que?

—soy el doctor Ramírez, Jones tenemos que hablar. Urgente—dice con preocupación y automáticamente pienso lo peor. Mis manos, no puede ser. No otra vez

Estaba bien...¿o era una mentira?

—vale, ahora voy—respondo con voz neutra y eso hago: camino muy apresurado hacia el hospital donde trabaja el doctor al que Camy me llevó cuando comencé con esto de las manos y en cuarenta minutos ya estoy allí, esperando mi turno en esos fríos asientos del pasillo

Por suerte, no tardé mucho en entrar

—buenos días Jones, lamento tener que decirle esto y a estás alturas de su vida pero...por desgracia hay dos malas noticias que debo contarle—al oírlo la piel se me pone de gallina al instante y mi corazón late desbocado dentro de mi pecho, ansioso por la respuesta. No por favor, no quiero escucharlo

Sin embargo, contra todo mi ser, pronuncio con la voz apagada:

—dígame doctor, ¿qué pasa ahora?—pronuncio y mi estómago era un desastre en aquellos segundos, estaba totalmente revuelto y no tenía deseos de comer nada. Ni siquiera un  maldito café

Odiaba esta sensación dentro de mi cuerpo y pecho

Pero debía escucharlo, necesitaba oírlo

Por mí y mi familia

—estuvimos viendo sus últimos exámenes de hace unos meses y comprobamos que...tiene cáncer en los huesos, por eso su dolor y aparentemente, su mejoría, lo siento—dice mientras me entrega unos papeles donde dice lo mismo que dijo y tengo inmensas ganas de llorar aquí mismo por escuchar tal cosa de su boca

Cáncer...tengo cáncer de los huesos

Esto tiene que ser una broma

—¿cómo?—es lo único que logro pronunciar sin que se me rompa la voz en el proceso. Definitivamente esto es una mierda, sabía que sería complicado pero no esto

Las grietas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora