Al día siguiente trabajó de nuevo en el campo seis y tras comer se encontraba junto al río cuidando del ganado. A su lado, Andreas dormía profundamente debido al calor que hacía. Él también se sentía algo somnoliento y con mucho calor. Decidió ir a darse un rápido chapuzón, se levantó y fue a la zona del río donde siempre se solía bañar.
Una vez allí se desnudó sin dejar de mirar a ambos lados, aún recordaba al extraño chico que le estuvo espiando al tiempo que se tocaba la tarde anterior. Pero parecía no haber rastro alguno de él, y pudo disfrutar de un refrescante baño.
Salió del agua minutos después, Andreas dormía y nadie vigilaba el ganado. Caminó hacia la orilla y fue donde estaba sus ropas, pero antes de que pudiera recoger sus pantalones una mano le cogió con fuerza por la cintura y otra cubrió su boca impidiéndole pedir ayuda.
—Hola, precioso—susurraron en su oído.
Quiso resistirse, pataleó y dio puñetazos al aire sin lograr que le soltara. La persona que le retenía era mucho más fuerte que él y le arrastró tras unos matorrales.
—Sabía que volverías—siseó una voz masculina—Ayer te vi nadando y me pusiste cachondo perdido. Dejé que te escaparas, pero hoy...hoy nada ni nadie me va a detener.
Bill sabía el significado de sus palabras, negó con la cabeza al tiempo que los ojos se le llenaban de lágrimas. Pero fue inútil, le había tirado al suelo y sentía al chico tumbado sobre él dejando caer todo su peso inmovilizándolo. La mano que le aferraba la cintura le había soltado y la sentía acariciar su espalda hasta perderse más abajo.
—¿Sabes quién soy?—preguntó de repente la voz—Soy Tom Kaulitz, y ahora te voy a liberar los labios. Puedes gritar si quieres, pero como nos descubra alguien te irás de patitas a la calle y yo haré que nadie más te vuelva a contratar. Te morirás de hambre, ¡y todo por no querer disfrutar de un buen polvo!
Bill le escuchó echarse a reír, sintió su fétido aliento rozarle una oreja. Estaba bebido, Tom no sabía lo que hacía o le daba igual. Sintió como la mano que aprisionaba su boca se retiraba y sabiendo que lo mejor era estarse callado, se mordió el labio al escuchar como una cremallera era bajada.
—Eres precioso—susurró Tom suspirando—Ayer te estuve observando, me gusta tu cuerpo y tu piel es muy suave. Y hueles....muy bien...
Bill cerró los ojos con fuerza tratando de retener las lágrimas que ya bajaban por sus mejillas. Sentía sus manos por todo su cuerpo, y no solo eso. Tom se había bajado los pantalones y ropa interior, sentía algo duro contra la parte baja de su espalda, empujar contra ella con fuerza.
—Relájate y todo irá bien—susurró de nuevo Tom acomodándose sobre su cuerpo—Y gime por favor, me pone cuando las putas gimen...
Al momento Bill sintió que le alzaba las caderas con una mano y con otra separaba sus nalgas. Una par de dedos humedecidos juguetearon con su entrada, ahogó un grito cuando los sintió en su cuerpo entrando y saliendo.
—¿Es tu primera vez?—preguntó Tom entre jadeos.
Bill asintió levemente con la cabeza, pensando que así Tom se daría cuenta del error que estaba cometiendo y le soltaría pidiéndole perdón. Pero estaba equivocado, eso pareció poner más cachondo a Tom de lo que ya estaba, le escuchó gemir y jadear entre risas.
—¿Cómo te llamas?—preguntó de repente—Quiero saber tu nombre para decirlo cuando me corra dentro de ti.
Bill rompió a llorar negándose a contestar, pero entonces sintió que Tom metía dos dedos más en su cuerpo con cierta brusquedad.
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Please, forgive me
RomanceVendido como pago por una deuda, Bill Trümper va a parar a manos de la familia Kaulitz. Allí conoce a Tom, su único hijo quien desde que le puso los ojos encima solo tuvo un objetivo en mente, hacerle suyo. Pero...Tom no cuenta que con el paso del t...