Aparcó el coche detrás del hostal y apagó el motor. Bill seguía en silencio a su lado, no había dicho nada desde que llegara a su rescate y le tenía muy preocupado.
—¿Estás bien?—volvió a preguntar mirándole fijamente.
—Lo estaré—murmuró Bill, encogiéndose de hombros.
—Oye...no quiero que pienses mal pero, me gustaría acompañarte hasta la habitación—dijo Tom sin aliento—Estás mal y no me gustaría dejarte solo en estos momentos. Y si quieres hablar me puedo quedar todo el tiempo que necesites.
Bill no se pudo negar, la verdad era que en esos momentos no quería estar solo, y con Tom se sentía a salvo. Salieron del coche y entraron en el hostal, Bill le indicó el camino tras saludar al padre de Paul, quien se le quedó mirando arrugando la frente.
Entraron en la habitación y sintiendo que se le iba un poco la cabeza Bill se tumbó en la cama a descansar. Tom entró en el baño y regresó con una toalla húmeda que colocó sobre su frente.
—¿Mejor?—preguntó, viéndole asentir con la cabeza.
—No sé qué hubiera pasado si no llegas a... ¿qué haces por aquí? ¿Me estabas siguiendo?—preguntó Bill poniéndose tenso.
Tom negó con la cabeza al momento, aunque en el fondo era parte verdad. Había escuchado que él y Andreas tenían unos días libres y decidió acercarse hasta Leipzig a ver si casualmente los veía. Y había acertado, y llegado en el momento adecuado. Pero eso jamás Bill lo sabría, no quería que pensara que le estaba acosando, pero con sus mejores intenciones.
—Había oído hablar del bar y vine a echar un vistazo—explicó Tom por encima—Nada más aparcar te vi salir cogido de la mano de ese chico y me quedé mirando solo para asegurarme que no te hacía nada. Me dio mala espina y acerté.
—Me siento un idiota—estalló Bill en lágrimas—Me volví a dejar llevar por unas palabras bonitas. ¿Cuándo aprenderé?
Tom se mordió el labio al escucharlo, se sentía culpable ya que él mismo le había hecho lo mismo. Decirle que era muy guapo y que le gustaba para forzarle tras unos matorrales. No podía sentirse peor de lo que ya lo estaba...
—Contigo fue distinto—dijo Bill de repente.
—¿Cómo?—preguntó Tom sin entender.
—Me has demostrado que estás muy arrepentido y ahora puedo ver el buen chico que eres—explicó Bill—. Recuerdo...la tarde anterior, me estabas espiando y cuando te vi, solo pude pensar que eras muy guapo, y como sería estar contigo...y cuando....cuando estuvimos juntos...era mi primera vez como te dije, estaba muy asustado por la situación y días después no podía dejar de pensar en lo que había pasado, por un lado te odiaba con toda mi alma, y por otro...
Tom no sabía que decir, Bill le estaba abriendo su corazón y él solo podía pensar en lo cabrón que había sido. Bill era una buena persona, y no se merecía lo que le había pasado. Y él se lo recordaba con su presencia...
—Será mejor que te deje descansar—dijo retrocediendo un paso—Si ya te sientes mejor...
—Me siento solo, Tom—confesó Bill mordiéndose el labio.
Tom se le quedó mirando extrañado, ¿había escuchado bien? ¿Sabía Bill realmente lo que le estaba pidiendo? Tal vez estaba confuso por lo pasado y hablaba sin pensar.
—He visto a Andreas bailando con Paul—susurró Bill incorporándose—Se estaban besando...se les veía tan enamorados...
No pudo seguir hablando, Tom se había lanzado y apoderado de sus labios robándole el aliento. No sintió miedo alguno, porque lo estaba deseando. Desde que viera lo mucho que había cambiado, no había noche que soñara con probar sus labios.
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Please, forgive me
RomanceVendido como pago por una deuda, Bill Trümper va a parar a manos de la familia Kaulitz. Allí conoce a Tom, su único hijo quien desde que le puso los ojos encima solo tuvo un objetivo en mente, hacerle suyo. Pero...Tom no cuenta que con el paso del t...