No podía creérselo, pero era verdad. Tom Kaulitz había regresado, y le tenía delante esperando que le invitara a entrar. Quería decirle que se fuera, cerrarle la puerta y librarse así de más dolor. Pero en el fondo de su corazón, le seguía amando y más de una noche había soñado con su regreso.
—Déjame explicarme, por favor—habló Tom al cabo de unos minutos.
Bill asintió con la cabeza y le dejó entrar. Le llevó al salón y se sentó en el sofá. A un lado estaban aún las sábanas usadas por Georg la noche anterior, que Tom se quedó mirando algo intrigado. Y Bill lo sabía, lo que le dio una idea.
—Date prisa en hablar, Georg puede volver de un momento a otro—dijo tratando que no le temblara la voz.
—¿Georg?—repitió Tom alzando una ceja—¿Es ese el nombre del chico que he visto salir?
—¿Me has estado espiando?—preguntó Bill sin podérselo creer—¿Y...? ¡Eras tú el de ayer! ¿Verdad? Sabía que había alguien espiándome, no has cambiado nada Tom.
—Ayer quise verte pero...no me atrevía—explicó Tom tratando de no alterarle más de lo que lo estaba—Estuve bajo un árbol casi media hora buscando la manera de contarte todo lo que me ha pasado, hasta que llegó el tal Georg y me fui. Esta mañana volví con la firme promesa de no irme sin hablar contigo.
—Pues date prisa—repitió Bill—No quiero que Georg te vea.
—¿Estás saliendo con él?—preguntó Tom sin poderse contener.
—Sí—mintió Bill sin pestañear.
—Y....el hijo que esperas es suyo, ¿no?—preguntó Tom, sabiendo que le estaba mintiendo.
—Si—susurró Bill.
Tom no podía apartar la mirada de esa barriga que se curvaba bajo el albornoz que llevaba, ya la había visto en todo su esplendor cuando se estaba besando minutos antes con Georg, el albornoz se desabrochó y la dejó al descubierto.
—Tom—llamó Bill carraspeando, cruzando los brazos sobre su vientre.
—No hace falta que me mientas Bill, sé que ese hijo que esperas es mío—dijo Tom para su sorpresa—Además, hace poco más de 4 meses que has vuelto y por tu estado diría que estás de unos 6.
—Me he estado viendo con Georg—mintió Bill de nuevo—Cada vez que David me daba unos días libres nos veíamos a escondidas.
—Bill, te recuerdo que eras virgen cuando yo...—empezó a decir Tom.
Pero se calló de golpe, no era un buen momento para recordarle que le había tomado a la fuerza en el pasado. De repente se puso muy pálido, acababa de caer en la cuenta que fue justo unos 6 meses atrás cuando le vio nadando en el río y decidió hacerlo suyo. Entonces....eso quería decir que su hijo era fruto de esa vez...
—Es....es mío...—susurró con un hilo de voz.
—No—negó Bill con firmeza—Es solo mío.
No hacía falta que siguiera mintiendo, Tom acaba de saber cuándo concibieron ese niño que crecía sano y salvo en su vientre. No había más que ver lo pálido que se había puesto y como sus ojos se habían llenado de lágrimas. Era la primera vez que le veía a punto de llorar, y eso de algún modo le conmovió.
—Ahora que ya sabes la verdad, puedes volver con tu mujer—dijo Bill poniéndose en pie.
—¿Mujer?—repitió Tom sin entender—Bill, yo...yo no me he casado.
—¿También las has abandonado tras aprovecharte de ella?—se le escapó a Bill.
Tom arrugó la frente al escucharlo, había llegado la hora de contarle toda la verdad. De que viera que a él también le habían engañado...
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Please, forgive me
RomanceVendido como pago por una deuda, Bill Trümper va a parar a manos de la familia Kaulitz. Allí conoce a Tom, su único hijo quien desde que le puso los ojos encima solo tuvo un objetivo en mente, hacerle suyo. Pero...Tom no cuenta que con el paso del t...