Capítulo 6

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Horas después terminaron de trabajar y aún les sobró media hora que dedicaron a sentarse a descansar.

—David va a saber que alguien me ha ayudado—comentó Bill suspirando—Se suponía que estaría aquí todo el día trabajando y en una mañana lo he hecho todo.

—David no dirá nada—aseguró Tom.

—Cada vez que vienes me manda al campo más alejado y me satura de trabajo—confesó Bill en voz baja—Porque sabe cómo eres, y quiere alejarme de ti por lo que me pudieras hacer.

—Ya, y también imagino que Andreas te habrá contado algo—dijo Tom resoplando.

—Y los dos no estaban equivocados, ¿verdad?—preguntó Bill mirándolo.

—En parte si—contestó Tom muy serio—Porque sé que me he comportado como un cabrón, y estoy muy arrepentido. Sé que me costara obtener tu perdón, y no pararé hasta conseguirlo. Porque...porque me gustas mucho.

Esa confesión dejó a Bill sin habla. ¿Le gustaba? Entonces recordó las palabras de Andreas...

"Tom te dirá justo lo que quieres oír solo para llevarte a su cama. Así hizo conmigo...dijo que era el chico más guapo que jamás había visto y yo caí tontamente a su pies..."

Negó con la cabeza resoplando, jamás podría confiar en Tom porque solo salía una mentira tras otra de sus labios. Se puso en pie y sacudiéndose las manos en los vaqueros que llevaba echó a andar de regreso a casa.

—Sé que me estás mintiendo—dijo sin dejar de andar—Andreas ya me advirtió que lo harías para conseguir mi cuerpo. Ya lo has hecho, y ahora lo mejor es que te olvides de mí.

—Me gustas mucho Bill—repitió Tom sin moverse de donde estabas—Y te demostraré que te estoy diciendo la verdad.

Bill siguió andando con el corazón encogido. ¿Cómo se lo iba a demostrar? ¿Y...por qué una parte de su corazón no podía dejar de latir agitadamente desde que le volviera a ver? ¿Es que acaso podría olvidar lo pasado, creerle y que entre los dos pudiera pasar algo?



Los días siguientes fueron un verdadero infierno para Bill. David le mandaba trabajar lo más lejos de Tom que podía, pero él siempre se las apañaba para saber donde estaba y dejarse caer "casualmente". Siempre iba solo y se limitaba a saludarlo e invitarle a tomarse un café caliente del termo que llevaba y comer unos bizcochos que había cogido de la cocina. Bill siempre se negaba, por mucho frío o hambre que estuviera pasando jamás lo aceptaría porque eso sería darle falsas esperanzas.

Luego regresaba con los demás compañeros y Andreas le notaba silencioso y distante. Y por más que le preguntaba no le sonsacaba nada. Y no era el único, David tenía ojos en la cara y también oídos. Había escuchado conversaciones que no le habían gustado nada, como la otra mañana estando Tom paseando por las tierras en compañía de ese amigo, Gustav. Él se estaba tomando un descanso y fumaba bajo un árbol, no estaba escondido pero eso era lo que parecía cuando Tom pasó por su lado en ese momento y hablaba de Bill en voz baja.

Escuchar mencionar su nombre hizo que David se pusiera tenso, eso quería decir que ya se había fijado en el chico y por su bienestar le alejaría de Tom todo lo que pudiera.

No lo pensó más y llevándoselo aparte junto con Andreas les dio dos días libres.

—¿Estás seguro, David?—preguntó Andreas sin entender—Ahora hay mucho trabajo, y...

—Y hay gente de sobra—dijo David con firmeza—Y vosotros sois los más jóvenes y os merecéis un descanso. Haced como siempre, cogeos mi camioneta e iros a divertíos.

Please, forgive meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora