Alteración.
¿Por qué los días pasan tan rápido? Sus cosas ya estaban en las camionetas para llevarlas al departamento.. donde iba a vivir con los dos peores alfas de la ciudad. ¿Aunque podría darles una oportunidad? ¿Podria olvidar los malos tratos hacia ella? ¿Podria intentar llevarse bien con ellos? Si hay algo que estaba empezando a aceptar era que no iba a poder escapar. Miró sus muñecas los llevaba tatuados en la piel, en su vida para siempre. Deslizó sus dedos acariciando las iniciales. ~Alfas~ suspiro su omega sintiendo la electricidad en su piel "voy a intentarlo por vos omega, te lo prometo".
Alguien toco la puerta de su habitación.
- ¿Ya estas? - era su madre
- No - respondió honestamente y fue a sus brazos para abrazarla - No quiero irme
- Pequeña tampoco queremos que te vayas pero es lo que debe ser, te veremos muy pronto
"Los omegas les pertenecemos a los alfas" era lo que la sociedad había dicho durante muchos siglos. Y al parecer no iba a cambiar por más que las leyes de libertad a los omegas existieran.
Fueron hasta la puerta de salida. Su padre se acercó a ella.
- No pensé que fueras a dejar la casa tan pronto
- Solo es temporal
- Te vamos a extrañar Lunita - su padre la abrazo también despidiéndose de ella
Antes de subirse al auto les dio a sus padres adoptivos una última mirada. Más que eso ellos eran sus padres.. quienes la habían cuidado y protegido estos últimos años. Los quería con todo su corazón y sabía que estuviera donde estuviera podía contar con ellos. Eran su familia.
Y la hora de la verdad se hizo presente cuando el auto se estacionó en la entrada del departamento. Estaba Nicolás y Lorenzo esperándola. ~Alfas, Alfas~ saltaba su omega. ¿No tenes lógica vos? Se bajo y acercó a ellos para entrar definitivamente al departamento.
Era aún más grande que las fotos. Se sentía inmenso con todos los muebles que habían, estaba lleno de artículos y decorados como si ya tuviera vida propia. Este sería su hogar de ahora a quien sabe cuando.
Camino un poco y rápidamente fue hasta las ventanas para abrirlas. A los alfas se les hizo curiosa esta acción. Pero ella debía saber que ahí podía respirar aire puro. Estaba consciente que si vivía ahora con ellos iba a tener que soportar sus aromas, sus aromas tan deliciosos, exquisitos a sus sentidos agudizados. Su omega no iba a resistirse a eso por mucho tiempo. Así que ella debía luchar por las dos.
- Omega - le hablo Lorenzo y ella volteó - cociname algo tengo hambre - ella sabía que era un broma pero un tanto si le molesto
- En tus sueños imagíname cocinandote - le devolvió la jugada
- En mis sueños te imagino haciendo tantas cosas - y esto la acaloro de golpe
- Espero te sientas cómoda aquí - expresó Nicolás con una sonrisa
- También lo espero - sabía que sería difícil
El primer día rápido, solo se baso en ordenar sus cosas en sus habitaciones y en ir de a poco descubriendo los lugares del departamento. Tenían un cine personal. Un gimnasio. Un salón recreativo. Un pequeño invernadero de flores. Y baños en cada habitación. Era un lujo total este departamento. Camila no lo habría imaginado ni en un millón de años.
Y la noche cayó, a lo que se dispusieron a hacer la cena, por suerte estos alfas si sabían cocinar y ella también lo que haría más fácil la convivencia. Se pusieron un par de reglas también, horarios para lavar la ropa, y poner música, lista de las actividades de la casa como limpiar y ordenar. ¿Invitados? Se hablaría antes. Cada uno en su espacio. Sin interrumpirse.
Era la primera noche que pasaría fuera de su casa, la habitación parecía fría se sentía extraña.. sus cosas estaban por todos lados pero de todas formas no era lo mismo. ~Alfas~ ¿Los viste todo el día y aun quieres ir a ellos?
~Alfas~
Esta bien.
Fue hasta la habitación de Nicolás y toco la puerta con duda, sus dedos temblaron, el rápidamente le abrió.
- Camila ¿Estas bien, necesitas algo?
- No, solo.. venia a.. decirte que descanses bien - le sonrió con la boca cerrada y el se la devolvió
- Vos también Camila - respondió y ambos conectaron miradas por un segundo buscándose en el reflejo de sus ojos - cualquier cosa puedes llamarme ¿Lo sabes? - ella asintió..
Inhalo el aroma a menta antes de irse. Su omega regocijandose ~Nicolás~. La sensación de no poder moverse de el por un momento la domino.
Se recompuso y fue hasta la habitación de Lorenzo, sus manos se sentían transpiradas.. Unos segundos pasaron y volvió a tocar, pero no hubo respuesta.
- ¿Me buscabas? - preguntó a sus espaldas y ella volteó rápidamente
- Solo.. - no pudo hablar por un instante - venía a decirte que descanses bien - le dio una tímida sonrisa
- Lo haré - hubo un silencio mientras el aire parecía consumirlos - espero que vos también.. nos vemos - se dispuso a entrar a su habitación
Ella antes de que cerrar la puerta inhalo el aroma a chocolate. ~Lorenzo~ su omega jadeaba ante la sensación que le recorrió el cuerpo.
Y corrió rápidamente a su habitación como si hubiera hecho algo incorrecto. ¿Así se sentía que su omega los sienta inevitablementes atractivos por sus aromas? ¿Cómo algo incorrecto? Se cuestiono bastante sus acciones. Ellos podrían volverla loca si no se mantenía con fuerza. Hasta que fue a intentar dormir. No sólo iba a ser esto difícil porque no se los podía quitar de la cabeza si no también porque los vería todos los días. Todos los días.
¿Era una maldición? ¿Madre Luna como voy a resistir?
Paso la madrugada y ella se levanto a medio dormir. Fue hasta el baño para alistarse, debía ir a la universidad. Salió de su habitación hasta la cocina, "Buenos días" saludo a los alfas y el saludos fue devuelto con total tranquilidad. Los tres colaboraron con el desayuno. Hasta que llegó la hora de irse. Jugaron al piedra, papel o tijera sobre quien la iba a llevar a la universidad. Ganó Nicolás y Lorenzo se enojo. Esto le parecía tan entretenido.
El día paso más rápido de lo que pensó. Y toco volver a su casa. Su nueva casa. Después de que repasaron para los exámenes que venían, miraron una película juntos. Camila intento respirar lo menos posible y salir en varios momentos con excusas para ir al baño o buscar más gaseosas y comida. Lugares con poco espacio. Aromas exquisitos. Mala idea. La película terminó y los tres fueron a sus habitaciones.
Paso una semana. Difícil semana.
Camila había descubierto que ir al jardin, al pequeño invernadero le ayudaba bastante. Los olores a flores contrarrestaban los aromas de lo alfas. Así que se refugiaba ahí, su omega que tanto amaba la flores se encontraba en una encrucijada entre ser feliz por estas o sentir que estaban opacado los aromas que realmente deseaba. Su omega los deseaba con el correr de los días a Camila se le hacía más difícil.
Al terminar la cena fueron a dormir. Aunque realmente ninguno de los tres dormía bien.
Lorenzo y Nicolás también tenían sueños sobre ella que los desconcertaban. Sus ojos marrones llenas de respuestas que nunca iban a saber. Su voz como si fuera una embelesada ante su conciencia, su actitud caprichosa por momentos serenas por otros. Habían descubierto que le gustaba el color púrpura tenía varias ropas de ese color, incluso tenía un marcador púrpura que usaba en sus apuntes. También que se enojaba cuando no ganaba en el truco, hacía una expresión moviendo sus ojos e inflando sus cachetes "adorable" gruñian sus alfas. Le gustaba el flan sabor vainilla. Y no podía saber que pensaba o que sentía. Era como si las dudas sobre ella crecieran. Necesitaban verla constantemente, la seguían por la casa fingiendo hacer cosas. La buscaban para hacerle preguntas tontas. Camila se volvió una incógnita en sus vidas. Y lentamente se volvía indispensable.
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MENTA CON CHOCOLATE || YA DISPONIBLE EN FÍSICO Y DIGITAL
Science FictionYA DISPONIBLE EN FÍSICO Y DIGITAL!!! Esta historia la voy a mantener como su primera versión aquí en Wattpad. En físico y digital estará disponible la versión final con CAPÍTULOS NUEVOS Y EXCLUSIVOS que te harán conectar más con los personajes. Pued...