Capítulo 30: ¿Me elegirías a mi?

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Ansiedad.

Se había despertado a la madrugada, solo en su cama. Sus ojos seguían muy adormilados, se sentía cansado, como con ansiedad por una extraña razón, unos sonidos lo llamaban lejos de ahí, así que se levantó y camino unos pasos fuera.. sus latidos iban incrementando a medida que se iba acercando a la habitación de.. ella.

No quería abrir la puerta. Algo le decía que no lo hiciera. Pero sus dedos fueron más rápidos y el picaporte se sintió helado en su mano sensación la cual desapareció rápidamente al ver tal escena.

Lorenzo follandosela a Camila. Besándola inmensamente. Ella gimiendo en su garganta. El sujetándola como si fuera de su pertenecía. Como si fuera totalmente suya. En eso ella habló. ~ Soy tuya Lorenzo, te elijo a vos~ y el corazón de Nicolás pareció romperse en mil pedazos. Y aún más cuando el volteó a verlo. Lorenzo lo miraba fijo a los ojos mientras penetraba a Camila. ~Te lo dije Romero, yo nunca pierdo~ su mundo habían sido destruido, la persona que se había vuelto su vida entera en manos de otro, ya no mirando sus ojos, ya no sonriendole, ya no tomando su mano, la había perdido para siempre.

- ¡No!

Gritó.

Y se sobresalto de la cama. Con su respiración agitada. Se frego fuerte los ojos sin entender donde estaba justo ahora. Sentía un dolor punzante en el pecho. Camila se despertó rápido solo estaba junto a él, noto que se había movido y gritado.

- ¿Nicolás estas bien? ¿Nicolás? - le hablo pero el no la miraba, solo tenia los ojos fijo en algún lugar de la habitación - ¿Nicolás? Nicolás.. Mírame por favor.. Nicolás - busco sostenerlo del rostro con ambas manos, hasta que sus ojos se volvieron a encontrar - ¿Nicolás? ¿Qué pasó? ¿Fue una pesadilla? - si, la peor de todas

- Solo.. - ¿Qué iba a decirle? - No fue nada - ella sabía que si era algo, sus ojos tenían tristeza como si algo malo hubiera pasado en su mente

Así que Camila lo abrazo.. se subió a horcajadas de él y se colgó como un koala. Se aferro a su cuerpo y lentamente el también la abrazo. La acuno en sus brazos, escuchando como latía su corazón, sintiendo que de alguna forma curaba esa herida que la pesadilla había causado. Nicolás inhalo el suave aroma a cerezas de su omega tranquilizandolo.

- Estoy aquí con vos ¿Si? Tranquilo - "Estoy aquí con vos" fue lo que el necesitaba escuchar

Era la primera vez que Camila usaba su aroma de esta forma, quería encontrar el balance perfecto para hacerlo sentir seguro y en confianza, así el pudiera contarle lo que pasó si lo deseara, y volviera a estar con sus ojitos iluminados como siempre, con su menta fresca que ahora se sentía algo ácida.

- ¿Quieres que te cuente un cuentito para dormir?

Lorenzo se ríe.

- Eu - le reclama ella, esto también hizo sonreír al alfa príncipe

- Sería interesante escucharlo

- Dale - respira profundo y ve como el se acomoda en la cama, su otro alfa también presta atención - había una vez una cachorra que estaba de paseo por una gran ciudad en visita de unos amigos de sus padres a lo que ella vio que tenían un piano, ella se intereso rápidamente por el y preguntó que era así que su madre le mostró como se tocaba este instrumento.. al sentir ella las primeras teclas sonar en sus dedos se dio cuenta de que esto era lo que iba a hacer latir su corazón siempre, su conexión fue inmediata.. esta cachorra tenia unos 7 años cuando descubrió el piano.. su madre cada vez que venían a visitar a los amigos de ella le enseñaba unas cuantas melodías.. así ella como siguiendo un instinto aprendió a tocar el piano.. la sorpresa llegó un día cuando su madre le contó de un viaje que hizo a Italia donde había conocido un conservatorio de música donde podría aprender a tocar el piano ante muchas personas.. entonces se volvió el sueño de esta cachorra un día conocer ese lugar.. - concluyó ella

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