Capítulo 32: La Investigación

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Amalgama

Lorenzo estaba haciendo ejercicio en el gimnasio del departamento cuando recibió una llamada, al principio pensó en contestar o no, de todas formas solo le faltaba una repetición más de la última serie. Pero decidió frenar y hacerlo.

Era un amigo de su padre, el que había contratado para la investigación del caso: Camila Montiel.

- Hola, si habla Álvarez

- Señor Álvarez buenas tardes, espero se encuentre bien

- Si buenas tardes igualmente, ya tienes la información que te pedí

- Sobre unos lobos en el año 2010 cerca de los bosques de Palermo, sobre el asesinato de un joven lobo y si hubo alguna denuncia en ese entonces de un ataque a una niña cachorra

- Si justamente eso, más sobre lo último

- No encontraron ninguna denuncia que fuera llevada al tribunal pero si una denuncia de una madre sobre que intentaron atacar a su hija la denuncia fue descartada

- ¿Por qué?

- Falta de pruebas

- ¿Y que pruebas habían?

- La niña cachorra tenía la ropa rasgada, estaba llena de tierra, tenía sangre sobre su cuerpo, no entendieron mucho que decía ya que estaba llorando - Lorenzo se imagino a una pequeña Camila asi y se le rompio el corazón - el otro joven que estaba junto a ella murió dicen que fue un ataque pero nunca se llegó a confirmar nada

- No se sabe nada sobre los atacantes

- Hay un par de nombres que suponen ya que unos bandidos solían recorrer la zona normalmente

- Y bien..

- Estamos trabajando en eso

- ¿Lo pedí lo más ante posible y aún no lo tienen?

- Señor Álvarez hacemos lo que podemos

- Pues hagan más y rápido - el se fastidio y corto la llamada

Se sentía tan frustrado, quería descubrir quieres eran esos malnacidos que lastimaron a su omega cuando era una niña cachorra, nunca pensó sentir tanto odio por unas personas desconocidas, pero esto le había llegado muy profundo a sentimientos oscuros y malvados. Sentía una necesidad de destrucción, no iba a detenerse hasta encontrarlos y hacerlos pagar por lo que habían hecho.

En eso siente un aroma ingresas a la habitación. Cerezas. Voltea a verla y está Camila entrando en la habitación, se veía aún más hermosa lo que ella era ante los ojos de Lorenzo, radiante como el mismísimo sol, se sentía suave casi con timidez pero la ropa deportiva ajustada, esa media coleta, sus mejillas ruborizadas que traía puesta le dieron varias ideas.

- ¿Ya terminaste tu entrenamiento?

- Define terminar - sus juegos de palabras la volvían loca por momentos - estoy jugando, si ya casi

- Venía.. a.. bueno.. quería entrenar 

- ¿Vos? Que nunca has visto una pesa en tu vida ¿Queres entrenar? - le pareció curioso - ¿A que se debe esto? - se acercó a ella para presenciar sus ojos con destellos verdes más de cerca

- Quizás porque me gusta el entrenador - su voz sonó casi seductora

- ¿Directa? Me fascina - estaba encantando con su actitud

No tardó mucho en tomarla de su cintura, acercándola a su cuerpo, las cerezas se sentían ansiosas, pensó un poco y recorrió su cuepo con la mirada, su respiración se agito podía ver esos pezones ponerse duros debajo de la remera ¿Acaso verlo entrenar le excitaba? Interesante.

- No voy a ser suave contigo ¿Lo sabes no?

- Quizás por eso quiero hacerlo - las palabras que salían de su boca eran un festín a sus pensamientos

- Voy a hacérte transpirar, vas a arder omega, te va a acalorar, tu respiración no lo va a soportar - deslizo sus dedos por esos rosados labios - hasta que te duela cada parte de tu cuerpo.. va a ser muy duro cerezita - su aroma estaba estallado ante su declaración

- Si quiero Lorenzo - su pulso temblaba y el sonrió con ideas pecaminosas

Ella se acercó para besarlo, no lo soportaba mucho. Pero el se aparto tan solo un poco.

- Estamos hablando de entrenar ¿Qué pensabas vos? - las mejillas de ella se pusieron completamente coloradas

- Creía que.. - ella mordió sus labios y acaricio la piel desnuda de Lorenzo, sus brazos tan firmes, deslizó sus dedos por su torso y abdominales, delineo sus tatuajes.. incentivando sus pensamientos con las cerezas dulces - podrías enseñarme todo eso.. de otra forma

Su forma de sugerirlo le jodian las ideas.

- Me vas a volver loco cerezita

Sus labios se veían tan tentadores justo ahora.

- Acuéstate en el piso omega - ordenó a lo que ella hizo caso y lentamente se sento en el suelo del gimnasio - que obediente, me gusta - tenía un par cosas que deseaba hacer, busco subirse encima de ella, la tomo de las muñecas acorrandola contra la cerámica - abre tus piernas - le indico y el cuello de Camila se puso todo rojo, ella siguió su pedido - vas a observar ¿Okey? - ella asintio, el coloco sus piernas en medio de las suyas subió un pie encima del otro y comenzó a flexionarse sobre ella.. llegaba hasta sus labios pero no la besaba y volvía a subir.. ella se sentía perdida en sus ojos grises con brillos azules.. su respiración lentamente se iba volviendo irregular.. era una provocación para ir jodiendo de a poco su auto control

- Lorenzo - suspiro sintiéndo las ganas de besarlo aumentar

Fue hasta sus labios esta vez, mordisqueando el inferior.. causándole un temblor en la piel. Se sostuvo como sus brazos y fue hasta su cuello para dejar su camino de besos haciéndola estremecer. Volvió a flexionarse sobre ella. Camila no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, lo duro y fuerte que era Lorenzo. Definitivamente la palabra caos quedaba a la perfección con el.

Sus ojos grises con destellos azules la observaron como un lienzo en blanco por el cual en deseaba pasar su pincel, marcarla era una tentación muy grande para el. Necesitaba tanto proclamarla como suya. Pero ella aún no lo había elegido, no era correcto debía contenerse. Le beso llenándose de ideas pecaminosas.

El chocolate se mezclo con la menta en un momento así que ambos detuvieron que estaban haciendo para voltear a verlo, las cerezas se hicieron suaves ante su presencia.

- Nicolás - dijo la omega muy emocionada, el alfa heredero se corrió para ella pudiera ir a los brazos del alfa príncipe, y envolverse en un abrazo con el

- Que oportuno Romero - le reclamo

- Que te puedo decir Álvarez - se aferro al cuerpo de la omega

- ¿Y si pedimos helado? - preguntó ella más como un pedido desesperado

- Lo que vos quieras bonita - Nicolás acaricio su mejilla dulcemente

- Yo pido cerezas - Lorenzo levantó su mano recibiendo una sonrisa de parte de ella

Esto se sentía una vida para Camila. Teniéndolos a los dos. Nicolás y Lorenzo siendo sus alfas. Nunca lo imagino que se pudiera sentir tan plena con quienes un día la habían tratado incorrectamente, pero ella lo había superado.. ahora conocía a los verdaderos Nicolás y Lorenzo. Quienes la consentían, protegían y amaban su aroma.

¿Nadie podría cambiar eso verdad?

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