Capítulo 3

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La familia Addams se encontraba reunida en la mesa para degustar de los platillos de la noche ya que era hora de la cena.

— ¿Cómo te fue en tu primer día querida? —preguntó Morticia mientras con un cuchillo cortaba un poco de la carne que se encontraba servida en su plato.

— Supongo que bien, apenas entre y tuve que toparme con un montón de "monjas". —respondió Wednesday sarcásticamente mientras jugaba con su comida— fascinante.

— Cariño, sabes perfectamente la razón del porque tuvimos que cambiarte de escuela. —Homero bebía la copa de vino que tanto le gustaba.

— Lo sé padre, ¿pero tenía que ser exactamente a una escuela llena de chicas que afirman creer en alguien que probablemente ni siquiera existe?

— Siempre es bueno creer en algo o alguien Wednesday. —exclamó Pericles entrando en la conversación— se le llama fé.

— Me pregunto en que momento te pregunte. —la pelinegra odiaba cuando su hermano metía su cuchara.

— ¿Ves? ¿Crees que actuando así conseguirás una amiga?

— No quiero hacer amigas, no me interesa.

— Eso es lo que dices ahora, y lo dices solo para darme la contra.

— Piensa lo que quieras.

— ¿Y cómo estás tan segura de eso Wednesday? —Morticia quería saber la razón del porque su hija pensaba de esa forma.

— Porque no estoy en esa escuela para hacer amigas, madre. Es un castigo el tener que incluso utilizar ese uniforme... y encima con esa chica que me mira como si fuera un bicho raro. —murmuró Wednesday por lo bajo.

— ¿Cuál chica?

La pelinegra pensó que su madre no había logrado escuchar lo último que había mencionado.

— Bueno, digamos que mi nueva profesora decidió no solo presentarme al frente de todas mis compañeras, sino que además, hizo que esa chica de apellido extraño se convirtiera en mi guía por un día.

— ¿Y cuál es su apellido?

— Sinclair. —respondió Wednesday con un tono de desagrado— Enid Sinclair, esa tipa parece estar tan metida en su papel de "religiosa", que desesperante.

— Te irás adaptando Wednesday, recuerda que es tu primer día. —Morticia intentó ser positiva— aunque sea date la oportunidad de conocer a nuevas personas.

— Prefiero mi soledad.

— Cariño, tu madre tiene razón. —interrumpió Homero tomando la mano de su esposa— tienes que intentarlo, no será como en la anterior escuela.

— Eso no lo sabes padre. —suspiró Wednesday— nunca voy a olvidar esas miradas...

— Hija, perdón por hablar del tema, yo-

La pelinegra dejó a un lado sus cubiertos para luego agradecer por la cena y subir a su habitación, mañana sería otro día en el que tendría que soportar esas miradas de extrañeza y miedo que provenían de sus compañeras, por lo menos era consciente de que nadie sabía de aquel "secreto" que escondía, nadie podía saberlo, nadie podía saber la razón del porque había sido transferida a otra escuela.

Se acercó a su escritorio para sacar un diario que su padre le había obsequiado cuando tenía 6 años. Se acomodó en una de las sillas y escribió una breve nota.

"Querido diario o como sea, se que ya no tengo 6 años y esto me parece estúpido hasta cierto punto pero, hoy fue mi primer día en esa escuela deprimente. Espero mañana no me vaya tan mal o terminaré acabando en un manicomio"

Sin pecado concebida - wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora