Capítulo 5

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La alarma empezó a sonar por toda la habitación de una rubia que ahora permanecía sentada en su cama intentando recordar lo que había pasado la noche anterior. Lo único que tenía en mente era de ella desmayándose para luego aparecer en su cama como por arte de magia.

Cuando intentó levantarse sintió como su ropa interior se encontraba bañada de una extraña humedad haciendo que esta saliera corriendo hacía el baño para ver lo que estaba pasando.

— ¡ENID, BAJA DE UNA VEZ, SE HARÁ TARDE¡ —gritó Esther desde las escaleras con una sartén en la mano ya que andaba preparando el desayuno.

— ¡Y-ya voy! —la rubia se encerró en el baño, fue quitándose los pantalones y con miedo bajó su ropa interior para encontrarse con una terrible escena que al menos ella lo consideraba de esa forma. Sus amigas le habían platicado de esta situación por lo que sabía lo que tenía que hacer.

En cuanto termino por vestirse, bajó de las escaleras para encontrarse con su madre que estuvo a punto de regañarla pero Enid se las ingenio para poder salir rápido de su casa tomando a penas una manzana para el camino.

— "Eso estuvo cerca". —pensó la rubia llevándose la manzana a la boca y dándole un mordisco, fue en ese momento que se le vino a la mente la imagen de una chica que tenía un gran parecido a... ¿su compañera de salón? ¿Qué clase de sueño puedes tener con una chica con la cual apenas has intercambiado unas cuantas palabras? Realmente no quería saberlo, por lo que decidió seguir con su camino directo a clases.

Como era de esperarse, Yoko y Divina eran las primeras en ocupar los asientos y las primeras en hablar sobre chicos. En cuanto vieron entrar a Enid la saludaron como si no la hubieran visto durante años.

Pero la rubia aunque intentó integrarse en la conversación que tenían sus amigas no podía ya que ahora su mirada se centraba en la pelinegra que ahora se encontraba sentada una vez más en la ultima fila.

Wednesday alzó la mirada al notar que alguien la observaba pero rápidamente Enid volteó fingiendo tener una conversación con Yoko.

Minutos después la profesora Thornhill ya se encontraba dictando su clase, escuchando la participación de cada una de las estudiantes, todas excepto Wednesday que parecía estar haciendo cualquier otra cosa menos atender a la clase, fue en ese entonces que recordó la conversación que había tenido con la madre superiora, Larissa Weems.

— ¡Atención señoritas! —Thornhill chasqueó los dedos haciendo que todas voltearan a verla guardando silencio— como ustedes saben, esta escuela no solo existe con la intención de que renueven su fé, ustedes son estudiantes que tal vez en algún momento puedan ascender a ser monjas y pueda que luego tengan que convivir con otras monjas, es por eso que como tarea se formaran en grupos de dos e investigarán...

El silencio que en algún momento estuvo presente, se perdió con el sonido de diferentes voces de adolescentes cuchicheando entre ellas. Yoko ya tenía pensado en hacer equipo con Divina, dejando que Enid no tuviera otra opción que trabajar con Wednesday pero no lo aceptaría tan rápido.

— Disculpe madre Thornhill. —la rubia se levantó de su asiento, levantando la mano y acaparando la atención de las que se encontraban presentes.

— ¿Si señorita Sinclair?

— ¿No puede ser individual? —preguntó la rubia sintiendo las miradas centrarse en ella.

— Oh, ¿acaso no tiene con quien formar grupo?

— No... bueno si pero-

— Entiendo que para usted sea diferente el tener que trabajar con una nueva compañera, pero también tiene que aprender a tener esa voluntad de compañerismo. Además podrán conocerse mejor, ¿no lo cree?

Enid tuvo que morderse la lengua para no decir algo que terminará haciendo que todas la vean como una "mala compañera" pero tenía sus razones del porque no era buena idea juntarse con la Addams.

— Si... si lo creo.

— ¡Excelente! —Thornhill sonrió— ¡okey chicas, eso sería todo por hoy!

Wednesday pudo notar desde lejos la incomodidad que sentía su compañera con los gestos que hacía, sin embargo le haría caso a su madre, por primera vez.

— Disculpa. —la pelinegra pudo notar como su compañera se había sobresaltado al momento de llamar su atención.

— Oh... hola. —Enid no podía verla a los ojos por lo que mantenía baja la mirada— oye no es nada pers-

— ¿Nos podemos reunir en tu casa?

— Si... está bien.

— Okey, adiós.

Era de mala educación pero no podía verla a los ojos, el recuerdo de ese sueño o pesadilla que ahora catalogaba como "húmedo" hacía que la rubia se sintiera avergonzada y a la misma vez asqueada.

Porque ahora recordaba que quien aparecía en ese "sueño" tenía un gran parecido a su compañera y eso la aterraba pero ahora sería peor porque tendría que convivir con ella.
























































Nota del autor: eu ya volví, aunque no por mucho tiempo :"u




















































Sin pecado concebida - wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora