Heaven | Rafe Cameron

14. Discusiones.

RAFE CAMERON;
Baje al salón después de un rato y mi padre estaba poniendo la mesa mientras nos esperaba.
Fui a la nevera a por algo de beber y me acerqué a ayudarle a preparar todo.

— Rafe vete a avisar a Sarah y Whez, Rose está al llegar — me dijo.
— Ahora vuelvo — dije mientras iba a subir las escaleras.
— ¡Rafe! Acércate un momento — me indicó.
— ¿Que pasa Papá? — dije confundido.
— Ya sabes como se pondrá Sarah cuando se entere de que vas tú en vez de ella, así que déjame hablar a mi — explicó.

Asentí con la cabeza y subí las escaleras rápidamente hacia la habitación de Whez para avisarla y después entré a la de Sarah.

— Sarah, papá nos espera abajo para cenar — dije.
— Ahora bajo — dijo mientras seguía mandando mensajes a alguien.
— Vamos no tardes, ya tendrás tiempo para hablar con tu novio el pogue — dije riendo.
— Cállate, no seas pesado ahora bajo — se levantó y me cerró la puerta en la cara.
— No la soporto — me dije mientras bajaba las escaleras.

Mi padre hablaba con Whez abajo, y yo me uní a ellos.

— ¿Y Sarah? — pregunto Ward.
— Según ella ahora baja — dije.

Rose entró por la puerta y dejó unas bolsas encima de la encimera. Parece que había estado de compras, seguramente fundiéndose la tarjeta de mi padre en ropa.

— ¡Cariño has llegado pronto! — sonrió mi padre al ver a Rose.
— ¡Si! Quería llegar a la cena — dejó en bolso en la silla y vino hacia nosotros.

Rose saludó a Whezzie con un abrazo, después me miro a mi pero yo seguía con mi cara de indiferencia y decidió no saludarme.
Efectivamente no tenia buena relación con ella, nunca me había caído bien.

— ¿Queréis que os ayude con algo? — preguntó.
— No, no te preocupes ya esta todo listo, solo falta que baje Sarah — dijo mientras le daba un beso a Rose.

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Nos sentamos a la mesa y después de un rato vimos a Sarah aparecer bajando las escaleras.

— ¡Sarah! Te estábamos esperando — sonrió mi padre.
— Pues si que has tardado — dije con mala cara.
— No es mi problema que seas un impaciente de mierda — me soltó.
— Chicos no os peleéis, siéntate Sarah — dijo Rose mientras traía la cena a la mesa.

Después de un rato cenando y hablando, mi padre decidió sacar el tema de los negocios de la familia y yo le seguí el rollo.

— Bueno, lo que os tenía que decir es que tengo que hacer un viaje a las Bahamas este fin de semana — explicó mi padre.
— Pero papá, ¿no me habías dicho nada? — exclamó Sarah.
— Es por negocios cariño, no son vacaciones — afirmó él.
— ¿Y no necesitas a alguien que te ayude? — preguntó Sarah.
— Precisamente, Rafe me acompañará estos días. Estaremos de vuelta el lunes, será poco tiempo. — explicó mi padre.
— ¿ESPERA RAFE? — Sarah escupió la bebida.
— ¿Cálmate quieres? — le dije.
— ¿Que me calmé? Papa como se te ocurre llevar a Rafe en vez de a mi — dijo ella enfadada.
— Cariño repito que es por negocios, y él está más metido en todo esto, creo que será de ayuda — explicó Ward.
— Yo me quedaré con vosotras mientras ellos están fuera, no os preocupéis — interrumpió Rose.
— Me parece increíble — dijo ella.
— No eres el centro del mundo Sarah — solté.
— No me hables en tu vida Rafe — me contestó.
— Si, venga enfádate como haces siempre. Parece que tienes 10 años, madura un poco — respondí.
— ¡YA ESTA BIEN RAFE! — dijo mi padre.
— NO TE SOPORTO — gritó Sarah mientras se levantaba de la mesa y subía a su habitación.

Todos nos quedamos en silencio durante unos segundos.

— Rafe, ¿que te dije antes? — me miró decepcionado.
— Perdona Papá... — respondí.
— Sube a hablar con tu hermana — me dijo.
— ¿YOO? Pero si pasa de mí, ya has visto como se ha puesto por esta tontería — expliqué nervioso.
— No te lo repito, sube — dijo firme.

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Me levanté y subí las escaleras de mala gana hasta la habitación de mi hermana.
Es ese momento solo podía odiarla. ¿Como podía ser tan egoísta? Para una vez que mi padre contaba conmigo no iba a dejar que lo fastidiase.

Llamé a la puerta. Pero como me esperaba no iba a abrirme.

— Sarah abre la puerta — dije con calma.
— ¡Vete de aquí Rafe! — me gritó ella.
— Sarah... abre un momento ¿quieres? Déjame explicarte lo que pasó — respondí.

Finalmente me abrió y me senté a su lado.

— ¿Que quieres? — preguntó ella.
— ¿Porque te pones así? Ni siquiera te importan los negocios de papá — expliqué.
— No tienes ni idea — dijo.
— Si que la tengo, van a ser un fin de semana volveremos pronto, ¿cual es el problema? — pregunté.
— Por mi te podías quedar allí a vivir — dijo mientras yo rodaba los ojos.
— Entiende que Papá confía en mi para esto, tu has estado fuera todos estos días, con esos pogues ya no pasas por casa — expliqué.
— Mira Rafe, paso de seguir hablado de esto — empezó a recoger algunas cosas y meterlas en una mochila.
— ¿A donde vas? — pregunté confuso.
— Me voy, dormiré fuera — dijo mientras se ponía los zapatos y una sudadera.
— ¿Te vas con tu novio no? Con ese gillipollas de John B — solté.
— No, Rafe con mi novio no, con tu novia — me respondió cortante.
— ¿Que quieres decir? — dije levantándome.
— Pues si, que me voy con Alice, estaré en su casa y espero que no aparezcas — me replicó.
— ¿En serio haces todo esto solo por celos? — pregunté.
— ¿Celos? ¿De ti? — se rió.
— ¿De quien si no? — pregunté.
— Solo con alejarme un rato de esta familia de locos hago lo que sea — me dijo mientras salía por la puerta.

Me quedé un segundo en su habitación, y baje las escaleras detrás suyo.
Salió por la puerta de atrás para que no le vieran y cogió su bici alejándose.