Una sorpresa

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Al final del día, justo cuando salían del instituto, ocurrió algo que ninguno de los tres esperaba.
—Hola —dijo Juan con timidez—. ¿Me puedo unir a vuestro equipo?
Los tres amigos se quedaron con la boca abierta: Juan, de la clase de al lado, probablemente el chico más popular del instituto, quería unirse a the team para el proyecto.
El primero en pensar con recelo sobre las buenas intenciones, o no, de su petición fue Pablo. ¿Por qué querría ese estirado hacer un trabajo de clase con ellos? Ni siquiera iba a su clase. ¿Sería una broma? Si existiera un ranking sobre la escala de popularidad Stella Maris, the team se encontraría en la mitad hacia arriba más o menos: ni populares ni impopulares. Defensores de los débiles, empáticos, nada engreídos ni presumidos, pero invitados a todas las fiestas de cumpleaños y a los eventos más cool del instituto. Por algún motivo, la gente los tenía en cuenta, y eso que ellos se encargaban de delimitar bien su territorio. Eran autosuficientes, muy autosuficientes, pero solían caer bien a todo el mundo y los tres podían sumar un buen número de buenas amistades entre todos. La gente, en general, les apreciaba mucho.
—¿Y eso? —escupió Lola casi sin pensar sus palabras.
—¡Claro, sin problema! —dijo Pablo dando un codazo a Lola y guiñándole un ojo a Lucía, que permanecía inmóvil. Se asombró de soñar tan natural a pesar de no tener claro si lo quería en el equipo.
—Es que no me apetece ir con ninguno de los equipos de mi clase, preferiría, no sé.
Dudó y respondió con timidez, incluso se sonrojó un poco.
Lucía pensó que su vacilación lo humanizaba. No parecía el Juan inaccesible y lejano que tenía en su cabeza y del que hablaba todo el mundo. Pero claro, qué sabría ella, ni siquiera había cruzado una palabra con él.
—Pero si tú vas a otra clase, no creo que... —interrumpió Lola, a quien no se le escapaba una.
—Sí, sí que puede, lo dijo la profe Elena —añadió Juan casi con insistencia, volviendo a sorprenderse.
—Vale, vale. Pero tendremos que quedar bastante, ¿sabes? A nosotros nos gustan las cosas bien hechas.
Lola siempre mostraba su lado más hostil a la primera de cambio, como si no se fiara de nadie.
—Bueno, a mí también —dijo Juan con un hilo de voz. Sabia que aún no estaba admitido en el grupo definitivamente.
Cada uno a su manera concluyó que Juan era más terrenal y cercano de lo que habían imaginado. No es que se cerraran a abrir su círculo, todo lo contrario, sino que ya habían tomado todas las decisiones iniciales y, añadir a otro miembro, trastocaba bastante sus planes.
—Vale, mañana hemos quedado en casa de Lucía después de clase. ¿Puedes? Más o menos sobre las seis, para que nos de tiempo a hacer nuestras cosas primero —dictó Lola con contundencia.
—Vale... Una cosa, ¿sobre qué va a ser la investigación?
Pablo y Lola giraron sus cabezas hacia Lucía animándola a contestar. Se miraban extrañados. ¿Por qué no decía nada? Hasta Juan se sorprendió de que no hubiera abierto la boca. Viendo que continuaba paralizada e inmóvil, decidieron liberarla de una tarea que parecía costarle demasiado.
—Sobre unos negativos que ha encontrado Lucía en su buhardilla —acertó a decir Pablo.
—Su abuelo era fotógrafo. El otro día encontró un carrete sin revelar. Al trasluz se veían unas personas y le picó la curiosidad. Ahora tendremos que revelar ese carrete, ver qué contienen las fotos... Un trabajazo, la verdad —dijo Lola haciéndose la experta.
—Los abuelos de Lucía tuvieron una vida muy interesante, así que nos picó la curiosidad sobre qué podría contener ese carrete. Seguro que algo digno de ser investigado.
—Seguro que sí —dijo Juan mirando a Lucía de reojo—. Entonces, ¡nos vemos mañana!
—¡Hasta mañana! —se despidieron todos. Todos menos Lucía, que no abrió el pico ante la extrañeza de Pablo y Lola.
—Pero qué mosca te ha picado? ¡Cualquiera diría que te gusta o algo! —inquirió Lola con incredulidad.
—¡Qué va!
—No sé yo, ¿eh?
La mirada de Pablo lo decía todo.
—Que no, para nada. Os lo aseguro.
Mintió mientras bajaba la mirada para no ser descubierta.

Lucía y la cámara olvidada (Libro I Trilogía The Team). Borrador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora