CAPÍTULO 18: Caos.

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"Mi cabeza quería explotar; el vestido perdido y Marco había muerto, todo era irrealista. Aparte Harry no contestaba mis llamadas, es injusto que me dijera ese tipo de cosas así, ¿cómo va a llamarme y decirme que Marco murió y colgar? Y donde todo llegue ser una broma, no, no creo que sea una broma, Harry no bromea conmigo, en lo absoluto." pensé.

Era absurdo todo lo que sucedía, y sé que Marco no era alguien que me sentaba tan bien, pero no era justo que le sucediera eso.

Terminé de arreglarme el cabello y me senté a desayunar.

Marqué desde mi celular el número de Sheila y puse la llamada en altavoz.

- Hol...

- No me lo vas a creer, estoy casi muerta, ¡no sé ni qué hacer! –interrumpí eufóricamente.

- ¿Pero qué sucede Bice?

- ¿No lo sabes cierto?

- Mmm... –pensó– ¿Saber qué?

- Marco está muerto.

Un silenció invadió la llamada.

- ¿Cómo que Marco... murió?

- Harry acaba de darme la noticia, no sé aún el cómo, ni cuando, pero supongo que fue en la noche, tal vez un paro cardiaco... No sé realmente Sheila qué vaya a suceder ahora.

- ¿Por qué lo dices en ese tono?

- El vestido, obviamente si Marco ya no está, buscarán un nuevo presidente para la compañía, si el vestido no aparece, no sé...

- ¿Qué vestido? ¿De qué me estás hablando Bice? –preguntó confusa.

- El segundo vestido de la colección de invierno desapareció, lo diseñó Susana y está en uno de los avalúos más caros debido a que es para alguien de la realeza ya que lo subastaron quien sabe dónde. Es que no tengo ni mente para pensar que todo parece que fuera hecho para que pareciera un fraude...

- Calma.

- No, es que, ni siquiera sé si el vestido, mejor dicho, hay que entregarlo esta semana. Y... Pff –suspiré– Deberíamos ir a la casa de Marco, no sé, buscar a su esposa.

- ¿Puedes pasar por mí en veinte minutos? Me alistaré rápido.

- Allí estaré. –colgué.

Aún con el cuerpo temblando, terminé de comer, saqué un saco, las llaves del auto y la billetera.

Recogí a Sheila en su casa y nos dirigimos a casa de Marco, hace más de tres meses habíamos estado allí, nos había invitado para una cena por el cumpleaños de su amada. Tenía una buena familia, obviamente eran adinerados, vivían muy bien y el consentido de todos sus hijos era un Beagle.

Varios minutos después en casa de Marco.

Desde media manzana atrás vi la camioneta de Harry, sabía bien que estaría con Susana, no sé por qué no pensé en eso antes, pero debía mantener la cabeza en lo que importaba realmente.

Parqueé mi auto justo después de la Urus amarilla, le pedí a Sheila el favor de ser muy prudente y no hacer comentarios fuera de lugar.

Cuando entré por la puerta principal, Amelia se encontraba llorando en hombros de Harry, él me envió una mirada de compasión y asintió.

Ofrecí mi más sentido pésame y Harry me llevó al patio de la casa, aún no lograba ver a Susana por ningún lado.

Amelia tenía un jardín de petunias moradas, y alrededor de este había muchos juguetes para perros, era de suponer que eran de su cachorro Scott. Me recosté en uno de los pilares de madera que sostenía el techo del jardín.

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