12

440 37 3
                                    

Fueron segundos los que pasaron.

Mi cara estaba algo ruborizada, y no tanto la vergüenza, porque en algún momento se iba a reducir y ya, pero... ¿Qué pasaba si respondía la pregunta? Los latidos de mi corazón se aceleraron ante ese pensamiento, teniendo en cuenta que si era positiva iba a incomodarle y a recibir leves punzadas.

-Dahyunnie... me trató bien. -mi mandíbula se tensó y mis manos automáticamente se detuvieron de hacer la figura.

La inocencia de Sana era... de doble filo. No pensaba en las consecuencias de sus palabras o si al menos pensaba en sus respuestas.

Dirigí mis ojos a ella, quien no dejaba de hacer figuras.

-Es alguien importante. Dahyunnie me ayudó en mis problemas, y...

-Te gusta. -Completé su oración y el que asintiera me descompuso el cuerpo. Minatozaki Sana me lastimaba cada que podía y siquiera lo notaba- Iré hablar con Momo, esperame aquí ¿si?

Estaba entretenida lo suficiente para sólo asentir, sin despegar la mirada de las figuras y además de no seguirme.

Los ánimos eran evidente en mi rostro cuando me levanté, pero aún así dejé un beso en su cabeza y me dirigí a ponerme algo en los pies para visitar a Momo.

Creí comprender el comportamiento de Sana hacia mi, pero... no lo entendía.

Si le gusta la terapeuta... ¿Por qué no está con ella? ¿Acaso se siente presionada? ¿Esta conmigo para que yo no me sienta mal por lo que le hice?

Sé que no miente cuando su rostro expresa el deseo por mi, pero eso no significa que me quiera como una pareja... sólo puede ser que quiera follar conmigo y ya.

Quizás solo está confundida, y puede que cuando vea a esa "terapeuta" se vaya con ella.

-No está enamorada de mi...

Sana lo dijo. "Quiero aprender hacerlo", recordé. ¿Acaso ya estaba amando a alguien y por eso lo dijo? Quizás solo me estoy apresurando y Sana no sabe expresar bien lo que siente cuando habla de alguien.

Sin embargo, si esa terapeuta la hace sentir bien, sólo debo hacer que se vean otra vez. A fin de cuentas estoy segura que esa persona no es señalada en la calle cuando sale de paseo, o es amenazada.

-Señorita, para usted. -dice un chico de servicio, entregándome un paquete y una rosa.

Me indica que firme como verificación que ya recibi la entrega y se va como la misma manera que llegó. Frunzo el ceño cuando no tengo idea quién puso haber enviado algo así.

Lo miré con curiosidad y cuidado mientras tocaba la puerta de Momo, aunque no era una bomba que podía explotar en mis manos.
Se veía bastante simple.

-¿Y Sana? -preguntó cuando no la vió entrar después de mi.

Me senté totalmente centrada en el paquete y la rosa que tenía en mis manos, ignorando las tonterías que decía Momo hasta que me arrebato lo que estaba mirando.

-¿Te lo regaló Sana? ¿Qué es?

Ojeó la caja con evidente curiosidad, más no hizo abrirla demostrando que respetada mi privacidad.

-No. Sana quedó en la sala de estar. -levantó la mirada rápidamente hacia mí y frunció el ceño- Me lo trajo un joven cuando venía para acá.

-Y.J. Tiene como firma aquí -se sentó a mi lado, pidiendo aprobación para que abrirlo. Simplemente asentí.

El lazo fue quitado y esa decoración qué se veía llamativa, dejando ver una caja para nada agradable. Momo inmediatamente la deja caer en el suelo y me miró con algo de miedo.

Inocencia | Sahyo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora