13

418 37 0
                                    

Mis emociones estaban variando por las diferentes situaciones que me ocurrían. Y necesitaba calmar mi mente para que Sana no pensara en otra cosa ante mi comportamiento "extraño".

La había dejado con Momo con una excusa que dolía mi estómago, y que regresaba cuando me sintiera mejor. Jamás creí que me quedase dormida después de tocar la cama.

No sabía exactamente qué hora era, pero ya estaba totalmente oscuro cuando se reflejaba atraves de la ventana.

Momo nos había reservado un departamento que era totalmente transparente, si. Se podía ver los edificios que estaban en el frente. Supongo que reemplazando los balcones que tenía el departamento anterior.

No me había puesto a apreciarlo, pero probablemente se vería igual de espectacular.

Mis ánimos no seguían, pero al menos no los tenía tanto por el suelo como hace horas cuando estuve con Momo. Era increíble como tú actitud podía cambiar a peor cuando sabías cosas.

Sin embargo, no queria pensar en ello. Sólo quería tener la mente relajada y sin nada que la perturbara, así que sólo giré mi cuerpo para cambiar de postura y volver a dormir, pero solo pude asustarme cuando vi a Sana mirándome.

Dios mío.

Suspiré, elevando la mano a mi pecho para calmar el susto que su preciosa presencia me había dado.

-¿Estás molesta conmigo... Unnie? -preguntó tiernamente, tomando mi mano que estaba libre para llevarla a su boca.

-No. No pienses eso, Sana. Jamás me molestaría contigo -aseguré regresando parte de su cabello detrás de su oreja, sintiendo como sus labios tibios chocaban contra mi piel con delicadeza, y de cómo su mejilla cuando la acaricié... estaba húmeda- ¿Estabas llorando?

Sentí una terrible culpabilidad por eso. ¿Como podía hacerla sentir mal? ¿Qué carajos me pasaba?

-Lo siento. -murmuró contra la palma de mi mano, está vez dirigiendo su tierna mirada hacia la dirección de la mía y por el reflejo de la luna hacia dentro de la habitación, sus ojos parecían llenarse de agua otra vez.

-Me sentía mal, lo siento. No quise... Sana... -la atraje hacia mi cuerpo y la envolví en un cálido abrazo para que no llorara- Lo siento, no debí tener esa actitud contigo.

No recibí respuesta, pero si sentí como asintió con la cabeza que tenía escondida casi entre mis pechos. Estaba segura que si fuese tenido una camisa de tirantes mi piel estuviese erizada desde que tuve contacto con su respiración, pero por suerte tenía una camisa que cubría hasta mis muslos.

-¿Comiste? ¿Quieres que prepare...? -negó rápidamente, volviendo a salir para mirarme a los ojos.

-Momoring pidió pizza.

Hubiese sido raro que me dijera que había cocinado.

-Claro.

Pasaron segundos que no paraba de mirar mi rostro, y de su mano tocando mi pómulo que ya no dolía, bajando a mi mandíbula hasta terminar en mis labios. Así repetía el proceso, alargando los segundos en minutos cada vez más.

-¿Puedo hacerte... un masaje? Momoring dijo que te dolía tu estómago. -asenti ante su tierna mirada suplicante y me sonrió por aceptar aquello.

Desconocía si en realidad existía un masaje para calmar el dolor de estómago. -Realmente no me dolia-, pero si Sana quería hacer algo jamás iba a negarlo si estaba a mi alcance.

Besó mi mejilla en el mismo momento que decidio bajar a darle masaje a mi panza y cuando estaba a la altura del mismo, volvió a mirarme como si estuviese pidiendo permiso para tocarme. Asentí e inmediatamente quitó la manta que cubría mi parte inferior, volviendo a su posición y tomó los bordes de la camisa para subirla, y en ese proceso sus ojos parecían cambiar a unos más... deseosos mientras me miraba.

Inocencia | Sahyo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora