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Tres días después.

Era una locura por lo que estaba pasando.

El nuevo departamento tenía balcón, por lo que estaba mirando hacia el horizonte donde el sol se encontraba verdaderamente precioso.

Momo había salido después de dejarme en su departamento, diciendo que compraría una buena botella de vino para que me relajara.

Y no era realmente necesario porque... yo estaba físicamente relajada. Por fuera estaba bien, además que no tenía ningún dolor físico que estuviese matándome.
Sólo eran mis emociones que estaban en un completo caos.

No quería ir al departamento donde viviría Sana, cuando fuese era para verla por última vez y aún no estaba preparada para eso.

Mi pecho se comprimía con la idea de que... no volvería a besarla o mímarla. Cuando la fuese a ver sería la última vez para mí de besarla o tocarla demás.

Momo me había convencido de que no sólo podía desaparecer de un momento a otro. Qué quizás por el bien de Sana era que la tratase como una buena amiga y... la incitara a estar con la mujer.

Me reí en ese momento, incluso me estoy riendo ahora porque ella lo hacía parecer fácil cuando para mí no lo era.

—Unnie... ¿Qué haces?

Inmediatamente volteé cuando escuché esa voz preciosa, pero la nada fue que me recibió. El departamento estaba sin una presencia humana además de mi. En el sofá no había nadie, en la cocina tampoco... estaba completamente sola.

La necesidad era tanta que mi mente se la estaba imaginando.
Ya habian pasado dos o tres días, realmente no lo sabía con exactitud.

Momo me comentó que aquel hombre había sido encarcelado por unos cuantos meses, el asunto de Nayeon estaba en trámites —tramites que no me ha querido decir de que trataban—, que ya están casi completados y no debería preocuparme.

Sólo causaba todo lo contrario.

Suspiré, masajeando el puente de mi nariz. ¿Como mi vida cambió de ser una enfermera tranquila, a una mujer "violadora" que apenas puede mantener su estabilidad emocional equilibrada?

Mis sueños tampoco ayudan. He soñado con Sana follandome o yo haciendo un oral a su pene, y despierto muy húmeda. El separarme de ella fue como si se triplicará mi deseo por qué me folle.

—¡Jihyo, ayúdame!

Fruncí el ceño cuando giré la vista y Momo se podía ver con muchas cosas en mano que apenas se le veía el rostro. Me apresure a ayudarle para que respirara un poco y me dijo que aún faltaba más.

—¿Compraste toda la tienda? —refuté mirándola ceñuda.

Cuando salí estaba una chica alta de espaldas con otro hombre con una libreta en mano. Ignoré eso, tampoco me interesaba ser sociable. Tomé lo que podía llevándolo adentro hasta dejar solo una caja que estaba cerca de la chica.

Supuse que esa no iría para Momo, pero inmediatamente la chica me dijo que esa también iba para el departamento 2034. Estúpidamente miré hacia arriba para ver si era verdad, y si, era el departamento de Momo.

—¿Jihyo?

—Ajam. —respondi sin mirarle, no tenía interés en saber quien me llamaba debido a esos protestantes que no sabía de donde salían.

Puede que su voz se me hiciera conocida, pero esa persona estaba a unas horas de donde yo estaba viviendo.

—Hey..., Hyo.

Inocencia | Sahyo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora