ENDLESS BURDEN [HP][Star Wars]

003.

" Dragones y más Dragones "
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Ahsoka Tano le recuerda al espíritu de una Gryffindor.

Feroz, tenaz, temeraria. Es lealtad lo que brilla en sus ojos cuando mencionan el peligro que corren sus amigos, mientras que la simpatía de Helia por ella se intensifica con la misma rapidez.

También le recuerda a sí misma, a Hermione y a Ron, los tres de ellos empujados en una guerra a una edad temprana y enfrentándose a misiones suicidas siendo apenas niños, porque, aunque Helia no reconoce a la criatura que ella es, diferente pero humanoide, Helia sí reconoce la juventud de Ahsoka Tano.

Una joven guerrera. Más cerca de la antigua niñez que de la femineidad.

Ahsoka estaría en su quinto o sexto año en Hogwarts, tal vez, si los mundos se invirtieran.

Helia no está tan familiarizada con los alienígenas, aunque el concepto le parece tan extraño como fascinante mientras lo ata a todo lo que sus ojos ven, así como también a las historias compartidas por que Ahsoka Tano.

Todo el mundo crece con cuentos de hadas, regalados o robados, Helia siempre los tomó de sus primeros años escolares, de la escuela muggle, ya que los Dursley tenían poco interés en todo lo que se consideraba anormal o mítico, y en ellos había poco para ofrecer de buena gana a la pequeña niña huérfana que residía en la alacena debajo de las escaleras. Cuando Helia finalmente fue a Hogwarts, descubrió que muchas de esas criaturas y magia eran reales, lo que volvió cada historia apremiante.

Pero la escuela no le enseñó mucho en el espacio y el tiempo, y cada pequeña cosa le parece bastante ambigua para ahora. Tal vez su memoria había optado por no retener nada de aquello a lo largo de los años. Además, los magos poseen su propio interés e interpretación del espacio. El Departamento de Misterios incluso tiene una réplica mágica del Sistema Solar, y también un montón de secretos.

Helia se había colado en sus pasillos con la facilidad que su nombre pudo ganarle, pocas cosas se le habían negado después de la guerra (tal vez sólo la tranquilidad). Sin embargo, nunca había obtenido nada más que teorías y descubrimientos extraños con los que no podía hacer nada y encontró de poca utilidad para su propósito.

Pero, a pesar de su limitada comprensión del espacio y el tiempo, ella sabe que su mundo y éste mundo, (en extensión de galaxia como Ahsoka había mencionado): no están interconectados. No funcionan en un mismo ritmo.

El Velo de la Muerte solía unirlos y separarlos, creando un vínculo. Pero este ya no es el caso.

Incluso entonces, quizás, por mero disfrute personal, Helia debería de haber indagado más profundamente en los secretos que la Cámara de Espacios ocultaba. Helia siempre encontró más creativas la Cámara del Amor, por su afinidad sobre el tema, y la Cámara de la Muerte, por el razonamiento de que la utilizaría en algún momento, lo que sí hizo.

Evita profundizar demasiado en esas ideas. Lo hecho, hecho está, y ella no puede cambiarlo.

Helia observa con curiosidad las delicadas marcas blancas dibujadas en el rostro de Ahsoka como tatuajes, maravillada por la forma en que contrastan con su vibrante tez anaranjada. Su falta de cabello no la desconcierta, su falta de oídos sí, porque la joven todavía logra escuchar. Tal vez sus cuernos, de rayas azules y blancas, tienen ese funcionamiento. O alguna de esas tres colas, también con el mismo patrón de rayas, que Helia había pensado inicialmente que eran un sombrero.